Diana Palmer - Tierras salvajes

Valoración:

Crítica realizada por Sara

CONTIENE SPOILERS

Si, mea culpa, por ser una buenaza he vuelto a darle otra oportunidad a la Sra. Palmer y aun me estoy fustigando y castigandome: tres meses sin salir de casa y a pan y agua  - a ver si la lectura del bodrio me sirve para adelgazar -por haber vuelto a caer en otro error..........por burra.,....................y encima es la continuación de un libro que puse en su día a parir, titulado PARA SIEMPRE..................si ese era malo, éste se lleva la palma y lo supera. No me di cuenta que era la continuación y pensé en darle otra oportunidad, pero me ha parecido:
Vomitivo, espeluznante, intragable, irrisorio, os lo cuento pero muy por encima por si alguna lo quisiera leer, no me gustaría quitarle el "placer" de disfrutar de este galimatias, rompecabezas, puzle, o juego de troll.

Como el capataz de Jason (en el anterior libro) salvó a la mujer de este del secuestro, como pago le dió unas tierras y un rancho, donde iban incluidos un capataz y su hija de 19 añitos para ayudarle en la cocina y trabajos de casa. Ésta chica es virgen pero está enamorada de su jefe Grange Winlow -  ahora me he acordado del nombre-, pero Grange que es militar haciendo horas extras la vé como una cria y ni le hace caso, y eso que cada vez que puede ella le restriega las domingas por la espalda, el pecho, los hombros, le provoca diciendole que no importa el tamaño, que si a las vacas les vendría bien un metodo anticonceptivo, etc etc.........y claro Grange que no es piedra, aunque lo parezca, en el establo le dá un repaso que ella se queda  A N O N A D A D A, como os lo cuento, pero le dice que lo siente si se ha psado un pelin con sus escarceos pero que ella es VIRGEN y que no sabe como seguir ...........esperad , esperad ............... él le contesta que su padre era pastor y que él tambien es virgen...........................aquí yá comencé a llorar de rabia de tristeza, de lo que os imagineis, pero seguí leyendo.....................................
Grange tiene que irse a sud-america a invadir un país y devolverselo a su amigo el auténtico presidente, y le dice que tardará unos meses en volver.

Clarisse es una periodista millonaria que se dedica a perseguir a los tios sean militares, mercenarios, rancheros, ó picha-flojas, y cuando llega a plena selva persiguiendo a Granger éste la despacha diciendole que tiene a una chica dulce esperandole en casa y que se olvide de él, por lo que Clarisse coge su avión - que para eso es muchimillonaria, vuelve a Texas y con engaños secuestra a la chica de Grange y la deja en medio de la selva.

Imaginaros: una niña sin estudios, que solo sabe cocinar y hacer bizcochitos de coco porque a Grange le encanta, sin haber salido de su pueblo, y cuando llega a la selva se hace amiga de Clarisse, la convierte, ayuda a salvar el amazonas, a casi todas las tribus, y casi todos la veneran, y ella se siente como en su propia casa.

Cuando la encuentra Grange, les entra un calentón de tres pares de narices, pero ojo...............no hay hamacas disponibles, ni camastros y como son virgenes antes tienen que casarse.................  y entonces pasaba por alli  ¿qué?...............pues eso ..........un cura, premio para quien lo haya acertado.

En una incursión restablecen el país y le devuelven la presidencia a Machado y éste le dá a Grange el poder para reorganizar las fuerzas armadas........................ahora no me acuerdo si le ponen su nombre a una plaza o a una calle.

En fin todos casados, todos contentos, todos tienen hijos, el rancho funciona de maravilla, las amistades se conservan para toda la vida. Los malos se mueren, no sé si de enfermedad ó por alguna bala perdida, pero lo seguro es que yo estoy a punto de pegarme un tiro si vuelvo a ver otro libro de Palmer

Os imaginais mi valoración................................... -00


Crítica realizada por LILIAN

CONTIENE SPOILERS

Estaba yo dispuesta a ponerme con esta novela cuando decidí primero darme una vuelta por el foro y descubrí la crítica que había hecho Sara. Miré un poco por encima, busqué la puntuación que le había dado (por debajo del cero patatero) y reconozco que por un momento me asusté. Pasado el susto y con pocas ganas, comencé a leer Tierras salvajes. Creo que no había llegado a terminar el primer capítulo cuando comprendí que estaba ante una de esas historias para no dormir, que nos endilga la Palmer de vez en cuando. Seguí leyendo, con coraje y determinación, pensando en Sara y en todas esas sufridas compañeras lectoras que lo habían hecho antes que yo y no habían abandonado a las primeras de cambio. Y a medida que iba avanzando, más tonto me parecía el argumento: Peg Larson, jovenzuela de diecinueve años, trabaja junto a su padre en el rancho de Winslow Grange. Peg es una excelente cocinera y lo mismo hornea bizcochos de coco que se insinúa al jefe. Se le ha metido entre ceja y ceja que Grange tiene que ser para ella, así que, cada vez que se cruza con el pobre hombre le torpedea con comentarios picantes -o eso cree ella-. Winslow no sabe como pararla y se pasa el día huyendo campo a través en busca de su ganado y comiendo los dulces que le prepara Peg con tanto amor. Mientras, su aguerrido capataz está a uvas con lo que pretende su niña y está extrañado ante el mal humor que destila Grange.

Ahora que ya os he puesto en antecedentes sobre la chica dorada voy a por el protagonista. Grange es una especie de híbrido vaquero-soldado. Desaparece un tiempo de Texas y se va a Sudamérica porque tiene que derrocar a un dictador. Y cuando cree que el mayor de sus problemas se resume en cuantos tiros va a tener que disparar para devolver a Machado la presidencia -de Barrera- aparece super Peg. Una Peg que surge como una diosa ante los ojos de Grange, que olvida que no hace mucho huía de ella como de la peste. Ahora con tantos peligros que les acechan no puede evitar sufrir más de un acaloramiento y por más que se empeñe la susodicha en buscar una hamaca, Winslow quiere hacer las cosas bien. Convenientemente aparece un cura de la nada que bendice su unión y colorín colorado, los Grange acaban unidos en la guerra y el matrimonio.

Y por si no merecía un premio por aguantar a semejantes personajes principales, todavía tengo que armarme de paciencia porque los secundarios son también de nota. Tenemos a Clarisse, que no es la de El silencio de los corderos porque se dedica al periodismo y a obsesionarse con un mercenario distinto cada dos por tres, a Maddie una tejana que anda por la selva de Barrera curando a quién se lo pida y que acaba casada con Machado, a todos los soldados que alguna vez inventó la señora Palmer: Colby Lane, Eb Scott, Micah Steel... En fin, una mezcolanza imposible de digerir.

Mi puntuación es 1/5 y siendo buena porque a pesar de todo, no me borro del club de fans de esta escritora.

 

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