Edith Wharton - Ethan Frome

Crítica realizada por Crishi

En esta historia, Edith Wharton nos sumerge en una pequeña localidad ficticia situada en el estado de Massachusetts llamada Starkfield a finales del siglo XIX principios del XX, donde sus habitantes viven sumidos en un monótono ambiente invernal acorde con la homogeneidad de sus vidas.

El libro comienza con un prólogo a modo de introducción escrito en primera persona cuyo narrador, un ingeniero destinado a realizar un trabajo en la central eléctrica de Corbury Junction, será hospedado en una noche de tormenta por Ethan Frome, el protagonista de esta bellísima historia. El narrador, atraído por el lamentable estado físico de Ethan, trata de buscar información sobre su vida entre los vecinos del pueblo.

He de decir que, en ningún momento, la autora hace referencia al nombre del narrador, el cual, tan sólo se halla presente al principio y al final del libro, haciéndonos retroceder en el tiempo y mostrándonos los fatídicos acontecimientos que suceden en el grueso del relato.

Ethan es un joven reservado cuya ternura y sensibilidad están sujetas bajo su superficie. Años atras, debido a la muerte de su padre y después de su madre, se sintió obligado a dejar sus estudios para hacerse cargo de la granja y del aserradero. Este hecho condicionará su vida.

El joven granjero vive junto a su esposa Zeena y una prima de esta, Mattie Silver, una chica desvalida que ayuda en las tareas domésticas de la granja pero cuya ineficacia es encubierta por Ethan. Entre ambos surge un amor contenido que levanta sospechas en Zenna, una mujer devastada por la enfermedad con un carácter huraño y dominante. Un paisaje níveo y opresivo es testigo mudo del amor soterrado que viven Ethan y la dulce Mattie. Sus sentimientos, ocultos por un acusado sentido de la responsabilidad, de la culpa y de las apariencias, flotan etéreos en un ambiente humilde y constreñido.

La relación entre estos tres seres es tan tensa e insostenible que Zeena, alegando que su enfermedad está en un avanzado estado, decide despedir a su prima para contratar a una persona que la cuide. Ante esta situación, Ethan se debate en un conflicto interno ocasionándole diversas dudas y odios con respecto a su enigmática esposa. La intensidad que le produce ese mismo odio, le da el suficiente impulso para poder expresar su amor a Mattie. La tragedia está servida.

Con un lenguaje poético, Edith Wharton describe con maestría los sentimientos y pensamientos de los protagonistas pero, sobre todo, los de Ethan que, desde mi punto de vista, es el personaje mejor definido. Así mismo, la autora dibuja mediante palabras escritas paisajes blancos de belleza cruda y austera, y los relaciona o compara con la forja del carácter del protagonista cuya desdichada vida se ve afectada por las hastiadas y rígidas costumbres rurales, y una moralidad afín a la época en cuestión que llega a ser exasperante.

Este libro es tan corto que se lee en un suspiro. Su sencillez e intensidad, narrada con una enorme delicadeza, ha hecho que la historia de amor haya despertado en mí sentimientos encontrados, y me haya mantenido intrigada hasta el final de la historia. Un final sorprendente que bien merece un profundo análisis.

No puedo decir que el libro reúna los clásicos clichés propios de la novela romántica, porque no sería cierto, pero no por ello la historia es menos recomendable.

Valoración personal: Muy bueno.