Elizabeth Adler - La fortuna tiene cara de mujer

Crítica realizada por Teresa

Francine Harrison era la hija no deseada de un multimillonario de San Francisco. A los dieciocho años fue repudiada por su cruel padre y forzada a hacer su propio camino.

Annie Aysgarth, una educada joven inglesa, no había sido más que una criada muy convincente para su padre viudo.

Los dos caminos de estas mujeres tan maltratadas y repudiadas por sus padres se cruzaron por primera vez después del terremoto de San Francisco en 1906. Sola y desesperada, Francie había sido rescatada de las desvastadas calles por un misterioso mandarín chino llamado Lai Tsin. Luego el destino los acercó a Annie y los tres formaron una alianza que les proporcionaría una enorme riqueza y una amistad que perduraría hasta la siguiente generación.

Había leído en alguna parte que la novela empezaba bien pero que acababa siendo un poco tediosa. No me atrevía a leerla. Por otro lado, el argumento no me llena del todo, parecía que no iba a encontrar lo que busco en una novela del genero románico, porque la vida de dos mujeres y un mandarín de por medio, pues... vamos, que no.

Pero la he leído. Y tengo que decir que no me ha desagradado, aunque tampoco he dado saltos en el sillón. Pero qué duda cabe, esta autora conoce el modo de escribir y atraparte, no sé si es por su narrativa, que encuentro estupenda, o por el modo en que desarrolla las historias.

Es una historia de mujeres con fuerza y coraje, a las que las vicisitudes no hacen bajar la cabezas para humillarse. Ambas son mujeres que han sufrido un trato deleznable, pero que siguen adelante.

Hay que contar, además de la estupenda puesta en escena de los personajes, el mundo que las rodea: otra cultura, otro idioma, otro modo de ver las cosas. Con estos datos se aprende, para que luego digan que no se aprende nada leyendo este género literario.

Hong Kong. Una ciudad fabulosa, llena de magia, de historia y con una cultura milenaria, es el lugar elegido por la autora para recrear la novela a medias con otra ciudad con igual cúmulo de adjetivos positivos, como es San Francisco, donde el gran terremoto que tantas veces han recreado en el cine, pone el telón de fondo.

Francesca es hija de un banquero, pero nunca ha gozado del amor paternal, ha sufrido humillaciones y no ha sido una niña feliz. Aysgarth es una mujer que busca a su hermano. La personalidad de ambas arrolla.

En cuanto a Lai Tsin, que también ha sufrido el fatídico terremoto de San Francisco, podíamos decir que es el punto de unión de ambas protagonistas. Se inicia entre los tres una amistad auténtica, duradera, que se alarga en el tiempo.

Triunfos y desgracias a partes iguales rodean la vida de estos tres personajes de carácter, a los que se toma cariño de inmediato. Porque no se dejan vencer. Porque luchan. Porque son de esas personas que sacan fuerzas de donde no las tienen. Me ha parecido un libro que enseña a superarse.

Recomendable.