Elizabeth Bowman - Magia en las estrellas

Crítica realizada por Marta_11

Estrella es una joven de diecinueve años que desde la muerte de su abuela y de su madre vive completamente sola en los bosques gallegos. Como todas las mujeres de la familia, ha heredado los dones de la clarividencia, el toque sanador, así como conocimientos en herboristería y hechicería.

Diego Valmaseda es el procurador fiscal del Santo Oficio, que se desplaza a Arcadia para estudiar el caso de la bruja de la fraga.

¿Qué sucederá cuando la ciencia y la razón choquen de bruces con la superchería de cientos de años de antigüedad? ¿Podrá el corazón de un hombre sensato resistirse a la razón y a lógica para sucumbir a los encantos de la inocencia y el amor?

Estrella es una joven que desde muy tierna edad sabe lo que es estar completamente sola, su única compañía es Misifuz, un gato que le da cariño y calor en las noches más frías. Trabaja como sanadora, sus artes no son bien vistas por la mayoría del pueblo, sobre todo por el sacerdote que se santigua nada más verla, durante generaciones su familia ha cuidado a los habitantes a través de métodos naturales.

La historia se desarrolla en el año 1730, concretamente en Galicia, en esta época en España teníamos al Tribunal del Santo Oficio quien vigilaba que todas las personas que habitaban este reino eran fieles al Señor, debían profesar y respetar la fe católica como buenos cristianos. La brujería era uno de los delitos-pecados que perseguían duramente, Estrella está en el punto de mira.

Don Evaristo Meitín ha odiado a la familia de Estrella desde que tiene uso de razón, es un fiel defensor de las "hazañas" de Torquemada, lleva la Inquisición al extremo y cualquier comentario o actuación poco común lo tacha de herejía. Su mayor aspiración es ver cómo arde Estrella en la hoguera, así que ni corto ni perezoso pide que investiguen a la joven. Aquí es donde entra en escena el inquisidor Diego Valmaseda, nuestro protagonista.

Me ha sorprendido desde el principio la relación entre Estrella y Diego, pensaba que me iba a encontrar con una novela llena de odio y rencor mutuo. Cada uno de ellos están en bandos distintos y tenía claro que ella no iba a ceder, para Estrella todo lo que hace es una pasión, es su vida, así que Diego era el que me tenía con la mosca detrás de la oreja.

Mi idea era conocer a un Diego arisco y taciturno, de convicciones fuertes e intolerante, que prácticamente iba a iniciar el procedimiento inquisitorial nada más toparse con Estrella -que menuda forma, esta parte me encantó-.

Nada más lejos de la realidad, veremos a un protagonista fuerte y decidido, justo y leal. Que no se dejará embaucar por engaños y que solo quiere saber la verdad, sin mentiras ni falsas acusaciones. Inevitablemente, para conseguir esto debe acercarse muy mucho a Estrella -tampoco le supondrá ningún problema-, el roce hace el cariño... Diego descubrirá que la muchacha no es solo hermosa por fuera.

La relación entre ellos es muy tierna, no hay dramas ni discusiones tontas -bastante populares en los últimos tiempos-, los protagonistas se van conociendo poco a poco, van poniendo nombre a lo que sienten y son sinceros en el momento oportuno. Es algo progresivo, no hay secretos entre ellos y saben que deben actuar juntos para poder seguir adelante.

Hay dos breves subtramas que giran en torno a Estrella: quién es su padre y la extraña muerte de su abuela.

Una historia que engancha desde el principio al final y que te traslada a la terra meiga de antaño, con una trama complicada que engloba la fe y la magia, las injusticias del pasado y los temores infundados. Un ejemplo de cómo en esta tormentosa época, había gente noble y justa que no abusaba de su poder para jugar a ser Dios.

Es la historia de dos jóvenes que ven más allá de lo que impone la sociedad, religión o política, dos personas que solo quieren compartir sus vidas juntas.

El único pero es que quería leer otras doscientas páginas más...