Elizabeth Lowell - Por amor

Crítica realizada por LILIAN

"La hermosa y calculadora madre de Dawn Sheridan había destruido la vida del hermano mayor de Logan, y éste había jurado vengarse. Cuando ganó el rancho de los Sheridan en una partida de póquer, debería haberse dado por satisfecho, pero no había sido así. Dawn, que era la viva imagen de su madre, era el blanco perfecto para su odio. Sin embargo, Logan comprobó que al herirla a ella se hacía daño a sí mismo.

Dawn comprendió lo que Logan temía admitir: lo que quería de ella era amor, no odio. Y le dio amor, arriesgándolo todo para llegar al hombre tierno que se escondía bajo el rencor, consciente de que si perdía, Logan habría conseguido la venganza que buscaba"


Logan Garrett es un hombre lleno de rencor que no puede superar la muerte de su hermano Joe. Joe, era el padre, el hermano, el héroe perfecto de sus sueños infantiles. Le enseñó todo lo que debía saber sobre el manejo de un rancho, hasta que, una mujer se cruzó en su camino y todo se fue al traste. Mary Sue poseía una belleza sin igual, pero también era egoísta, caprichosa y una devoradora de hombres. Durante un tiempo, puso sus garras en Joe hasta que encontró a un tipo que tenía más dinero que él y no miró atrás. Joe nunca se recuperó. Agarró una botella de whisky y no la soltó en doce años, descuidando todos los quehaceres del rancho. Logan tuvo que pelear muy duro para sacar adelante a toda la familia.

Dawn Sheridan, con su melena negra brillante y sus ojos del color de las praderas irlandesas, era un bocado muy apetecible para Logan y la odiaba por ello. La había visto crecer y convertirse en un cisne. Un cisne con la cara y el cuerpo de Mary Sue. Dawn había sido criada prácticamente por su abuela medio india, mientras sus padres llevaban una vida de juego y desenfreno. Nunca tenían tiempo para su hija y, en todos esos años, sólo el amor de su abuela la aportó un poco de estabilidad.

La venganza se sirve en plato frío y cuando el padre de Dawn apostó su rancho en una partida de póquer, Logan lo ganó limpiamente. Los Sheridan pusieron rumbo a Florida abandonando de nuevo a Dawn. Katy, la hermana de Logan, la recogió en el Lazy W. Dawn, a pesar de ser una recogida en su antigua casa, sólo sentía un inmenso agradecimiento. La lucha de Logan consigo mismo era terrible. Sentía una atracción irresistible por Dawn, pero al mismo tiempo, no podía olvidar que era la hija de Mary Sue y que sólo buscaba su dinero. Una noche, la tensión estalló y Dawn abandonó precipitadamente la casa.

Han pasado tres años y Dawn no ha conseguido olvidar a Logan, que ahora está muy enfermo. Cuando Katy la pide ayuda, no puede negarse. Tiene una deuda que debe saldar y acude al Lazy W. El panorama es desolador, la casa está medio abandonada y el gran ranchero es un espectro de lo que fue. La convivencia es insufrible pero donde hubo fuego, cenizas quedan y Dawn debe cumplir con su parte del trato...


He releído Por amor cientos de veces porque es una de mis novelas favoritas y siempre encuentro algo nuevo que me llega al corazón. Publicada por Harlequín allá por la Prehistoria (o por lo menos yo la compré hace más de 20 años...), es una novela llena de sentimientos. Unos sentimientos tiernos y puros, pero que acaban ensuciados por las circunstancias que les ha tocado vivir a la pareja protagonista. Los amores y desamores de Dawn y Logan son el eje central de la historia. No hay sitio para nadie más, ni falta que hace. Los personajes secundarios, brillan por su ausencia.

¡Adoro las novelas ambientadas en un rancho!. Me encantan esos personajes fuertes y aguerridos. Esos vaqueros que siempre dan juego, provocando que la imaginación eche a volar cuando menos te lo esperas. Elizabeth Lowell ha escrito una historia muy visual y acabas formando parte de ella. Tan pronto, escuchas los sonidos del rancho o a Logan en su habitación hablando (por decir algo) con Dawn. El irascible Logan, que quiere hacerle pagar a Dawn los errores de su madre. El odio que siente y su incapacidad por enterrar el pasado da escalofríos. Quiere hacer pagar a la dulce Dawn, una condena que no es suya y ésta soporta estoicamente, reproches y desprecios. A pesar de ésto, no puedo evitar que me fascinen los dos personajes. Dawn, no es ninguna boba a la que pisotean una y otra vez y Logan, no me ha resultado cruel. Me encanta ver como Dawn cuida a Logan, con qué mimo le escucha o cómo le tiende su mano a la menor ocasión. También me gusta mucho como Logan no puede quitarle la vista de encima, ya esté tejiendo, hablando o simplemente limpiando. A pesar de todos los comentarios hirientes de Logan y de la pasividad de Dawn, su amor fluye sin ataduras y va floreciendo poco a poco, como las flores en primavera. En fin, no sé explicarlo mejor porque ni yo misma lo entiendo. Lo único que sé, es que cada vez que leo esta novela siempre siento lo mismo, una mezcla de emoción y de tranquilidad al mismo tiempo.

Mi puntuación es 4/5