Emily Blaine - Solo tienes que pedírmelo

Valoración:

Crítica realizada por Maribel Moreno

Cuando decidí comprar este libro no tenía ninguna referencia, simplemente sabía que lo tenía que leer, y la verdad es que ha cumplido perfectamente mis expectativas dejándome con un buen sabor de boca.

Hace ocho años que Laura, la mujer de Cooper, murió después de luchar duramente contra una larga enfermedad. Cooper no lo ha superado, se ha dedicado a trabajar y a ver cómo crecía su hija Cecilia, pero con ella las cosas no están bien, cada vez están más alejados el uno del otro. Cooper se niega a hablar a Cecilia de su madre, ya que aún resulta muy duro para él, pero la niña quiere saber cosas ya que era muy pequeña cuando su madre la dejó.

Cooper se da cuenta de que, o pone remedio o la perderá para siempre, así que aprovechará las vacaciones en la playa, donde los recuerdos de Laura no están tan presentes como en su propia casa y se abrirá poco a poco a su hija.

Un día en la terraza de un hotel donde ha recibido un premio a su trabajo, conoce a Julianne, una joven con una sonrisa maravillosa, muy misteriosa y con la que se encuentra a gusto, pero después de un rato se dicen adiós sabiendo que probablemente no se volverán a ver nunca más.

Cooper y Cecilia, tensos por la situación que tienen en casa, emprenden camino hacia la playa, a casa de su madre, donde él espera ser capaz de poder acercarse a su hija. Allí, con mucho dolor, empezará a abrirse a ella, pero una caja de recuerdos será lo que verdaderamente le haga abrir su corazón y comience a explicarle cada uno de esos recuerdos a Cecilia.

Pero quiere el azar, que Cooper y Julianne se vuelvan a encontrar y pasarán horas hablando, paseando y sintiéndose bien, aunque la joven también parece tener mucha oscuridad en su vida y desaparece sin más.

Cooper se siente mal porque con ella tiene esperanzas de un futuro, algo que no había sentido desde hacía mucho tiempo.

Ya de vuelta y también por casualidad se volverán a encontrar y empezarán a ser confidentes el uno del otro, aunque esta vez Cooper no está dispuesto a dejarla marchar y esperar que sea el azar quien los junte, prefiere ser él el que propicie otro encuentro.

Tras unos pocos encuentros empiezan una relación, pero ¿será capaz Cooper de dejar el pasado atrás, o perjudicará su futuro con Julianne?

Cuando leí la sinopsis me pareció que sería una novela romántica donde había que superar el dolor de la pérdida, pero me he encontrado mucho más, una novela más de corte sentimental donde el romanticismo es un más a más, aunque no es el centro de la historia. Aun así, me ha parecido muy bonita.

El libro está escrito en primera persona desde el punto de vista de Cooper, algo que me ha encantado para variar, y por eso conoceremos de primera mano su dolor y sus sentimientos.

Cooper me ha gustado mucho, está atrapado en su pasado y no avanza, sus amigos y familia ya no saben qué hacer para que mire hacia delante y siga con su vida, pero él está sumido en una tristeza que ni su hija es capaz de eliminar. Pero Cecilia le dará un ultimátum y le hará replantearse si por fin se abre a ella o la pierde para siempre, aunque le ayudará también conocer a Julianne una joven que, poco a poco le devolverá la paz y las ganas de vivir.

Julianne por su parte también carga una historia dura y trágica sobre sus espaldas, también ha tocado fondo y su vida no tiene sentido, hasta que conoce a Cooper que le abre una puerta a la esperanza, pero la relación no será fácil si el fantasma de Laura siempre está presente.

Me han encantado sus primeros encuentros, cómo van superando su dolor y se van abriendo al amor, aunque me ha chocado un poco que, para llevar tantos años sin dejar a Laura de lado, Cooper se enamorara tan rápido.

Pero también tenemos a Cecilia, que más que un secundario es otra de los protagonistas, una niña de catorce años que se siente sola, a la que su padre parece no ver y que también está entrando en un bucle de tristeza, porque ella quiere conocer a su madre, saber cómo era, y su padre no atiende a razones. Me ha gustado su madurez y su comprensión y me ha encantado su personaje.

Como secundarios hay que destacar a Jackson, socio y amigo de Cooper y Hannah, su hermana, los dos siempre han estado ahí para apoyarle, y entre ellos se cuece algo que no queda resuelto, no sé si es que la autora tiene la intención de hacer su propia historia.

La narrativa de la autora me ha gustado, es elegante, fresca, y aunque el libro tiene un halo de tristeza y melancolía está narrado de forma que no resulta dramático.

Solo tienes que pedírmelo es una bonita historia de segundas oportunidades, de dos personas que han de dejar ir el pasado y mirar hacia delante para alcanzar la felicidad que se merecen, porque ya han tenido su buena dosis de sufrimiento.

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