Emily Snow - Mareas

Crítica realizada por Irdala

Willow, una famosa actriz de tan solo diecinueve años, es dada de alta en un centro de desintoxicación y recogida de allí por su representante. Sus padres, a los que exclusivamente les preocupan sus éxitos y acallar todos los escándalos que ella con su drogadicción origina, ni acuden a recogerla ni tan siquiera se molestan en hablar con ella por teléfono. Eso sí, entre ellos y su agente, han concertado ese mismo día una comida con un director de cine que, en la teoría, va a ofrecerle a Willow el papel con el que lavará su imagen y su nombre y, si todo sale según lo previsto, podrá obtener unos muy buenos beneficios económicos.

Willow no solo no está aún recuperada de su adicción a las drogas, sino que está tan destrozada emocionalmente que la línea que separa el volver a caer o no es casi transparente. A unos padres que la ignoran, un representante para el que sólo significa dinero, un fracasado pasado que la atormenta y la prensa rosa que acecha para pillarla en otro tropiezo, se suma una amiga superficial y tan adicta como ella.

La película se rodará en Hawái y hasta allí ha de marcharse Willow para preparar su papel. Será entrenada por el sexy Cooper Taylor, un excelente surfista australiano quien deberá, en un par de semanas, hacer que se defienda sobre una tabla de surf.

Según se conocen chocan y todo indica que no van a tenerse mucha simpatía, sin embargo, son capaces de darse cuenta de la química sexual que existe entre ambos. Sus mundos no pueden ser más distintos y ellos tampoco tienen nada en común... ¿o quizá sí?

La verdad es que esta novela se lee bien y resulta entretenida, pero no es una historia que profundice en ninguna de las tramas que toca. Son todas ellas nada más que meros decorados que si bien tampoco son imprescindibles para el romance que surge entre Cooper y Willow, cargadas de un poco más de consistencia y mejor trabajadas, hubieran hecho del libro una novela mejor.

Lo mismo que con las tramas me pasa con los secundarios. La autora nos presenta una serie de personajes a los cuales perfila muy bien, así que te haces a la idea de que a medida que avance la novela irán afianzándose en la historia, y sí, claro, ocupan su hueco, pero solo eso. Son, nuevamente, simples comparsas para componer el todo que es el libro.

En cuanto a los protagonistas, sucede más o menos lo mismo que con trama y secundarios: la idea de lo que es y lo que le pasa a cada cual está clara y bien trazada, pero le falta solvencia, alma y credibilidad. La llama del amor prende por combustión espontánea y entre que el protagonista masculino es un sol y ella está tan falta de cariño y destrozada, acabas encantada de que la pareja termine unida y feliz, pero si lo analizas como estoy haciendo yo ahora mientras escribo, pues...

La ambientación y la escritura de la autora tampoco merecen mención alguna: la primera porque para lo que cuenta la novela es la suficiente y la segunda porque es correcta y punto.

Por lo que he leído por ahí, la autora tiene mucho éxito y de sus novelas se dice que tienen un alto contenido en erotismo (yo en esta no he visto nada fuera de lo normal) y que la autora es fantástica. Para mí es un estilo a Lori Foster: bien para pasar un rato pero sin mucha sustancia.

Como decía al principio, la novela está bien, es entretenida y se redondea con un dulce y bonito epílogo.