Érika Gael - Bitácora de nuestra luna de miel

Valoración:

Crítica realizada por Irdala

Ni en sus peores sueños Cecilia hubiera imaginado en lo que iban a transformarse lo que se suponía que sería el día más feliz de su vida, su boda, y su fantástica luna de miel. Pero las cosas han pasado así y ella, en lugar de estar como quisiera, llorando amargamente y encerrada en su cuarto autocompadeciéndose, se encuentra en un crucero de lujo, recién embarcada en Lisboa y con destino Estambul. Un crucero que debería haber hecho con su flamante novio... no, novio no, su ya marido, pues a esas alturas de la película debería ser una mujer casada.

Pero la buena de Cecilia no ha sido capaz, por enésima vez en su vida, de llevar la contraria a su distinguida y notable familia. Desde el día que nació ha hecho cuanto le han ordenado sus padres con respecto a sus estudios, su trabajo en la empresa familiar, sus relaciones personales... Hasta la fecha vive amoldada a un orden de vida establecido para ella, cuadriculado y cómodo, en el que todas las piezas encajan y ni se plantea sacar los pies del tiesto. Es por eso que se ha dejado manejar y embarcar para hacer sola su viaje de luna de miel.

Así las cosas, una vez que está dentro del barco, no le queda más remedio que compartir un par de semana con un buen número de viajeros, especialmente con sus compañeros de mesa, cada uno de ellos con su carácter e historias personales. Lo cierto es que no tiene la más mínima gana de cruzar dos palabras con ninguno de ellos, pero muchísimo menos con ese camarero graciosillo, Damián, que está para mojar pan, pero que la saca de sus casillas, le hace sentir extrañas sensaciones y con el que, por mucho que pretenda evitarlo, se cruza cada dos por tres.

Bitácora de nuestra luna de miel, de Érika Gael, como no podía ser de otra manera tratándose de esta escritora de la que más de una vez me he declarado fan acérrima, me ha encantado. Como siempre, su escritura es extraordinaria y su sensibilidad a la hora de ambientar sus historias exquisita. Y esto último se advierte de manera palpable en esta novela ya que cada una de las paradas que hace el barco en los diferentes puertos en los que atraca, consigue hacerte ver y sentir el lugar. Y hago hincapié en el verbo sentir, porque la sensación que produce su narración es la de estar in situ: porque notas el sol y la lluvia en tu piel; porque escuchas el rumor del mar y las voces de la gente; porque hueles cada uno de los lugares por los que transitan los personajes de la historia; porque saboreas y tocas todo lo que narra... y eso no es algo que consigan todos los autores.

No voy a contar nada de la historia de amor que encierra, como es obvio, esta novela, tan solo diré que tras el aspecto frívolo o desabrido que en principio muestran Damián y Cecilia respectivamente, se esconden dos almas llenas de matices, dos corazones y dos cerebros que son mucho más que lo que dejan entrever a simple vista. Damián ha recorrido mucho camino y sabe lo que quiere, pero a Cecilia le queda mucho por andar y aprender.

Érika Gael también ha logrado crear unos personajes secundarios cargados de vida y personalidad, desde Laura, la adolescente frágil y rebelde hasta la anciana y sabia Paulette pasando por el resto de actores de la trama. Una trama en apariencia sencilla, creada para despertar en el lector momentos de risas y sonrisas, ternura y emoción, que comienza pausada y lentamente y que a medida que va transcurriendo la historia va in crescendo (como tiene que ser), hasta llegar al final dulce y feliz que te hace cerrar el libro encantada con su lectura.

 

Crítica realizada por Rociodc

La vida de Cecilia ha sido siempre ordenada, controlada y planificada al detalle. Hasta el día de su boda, en el que su novio le planta y NO en plena ceremonia. Y casi sin saber cómo, llega a Lisboa para embarcarse en el crucero que tenían planeado como viaje de novios, para pasar lo que tendría que haber sido su luna de miel, sola.

Sintiéndose sola, triste y abandonada intenta afrontar su situación y pasar ese viaje lo mejor posible para saber qué le deparará ahora el destino, y cómo afrontar su nueva vida de ahora en adelante.

El principio del viaje no es un camino de rosas como debería haber sido, pero autocompadecerse no es la solución, así que intenta echarle ganas al asunto. Claro que, cuando decide salir por el barco y encuentra a las personas que compartirán mesa y viaje con ella por quince días no sabe si podrá resistirlo.

Para colmo todo el barco parece saber su situación, convirtiéndose en el foco de los chismes, sobre todo entre la tripulación.

Todo esto lo hubiese podido aguantar si el camarero asignado a su mesa, Damián no le metiera tantas pullas por el asunto. Poniéndola al límite, y con el que se cruza más veces de la que le gustaría... O no.

Poco a poco Cecilia va superando, o lo intenta, su pena. Y Damian tendrá mucho que ver en eso...

No puedo contar más sobre la historia, no puedo desvelar lo que en realidad esconde esta preciosa novela.

Al principio parece que los personajes no tienen nada en común, sin embargo son más parecidos de lo que parecen, ambos esconden una vida difícil por donde les ha tocado nacer, con la diferencia que Damian hace años tomó el timón de su vida, y Cecilia no. Y no sabe cómo hacerlo.

Pienso que es una bonita historia de superación que tiene de todo, con momentos algo tristes, pero que los superan los momentos divertidos, pasionales y románticos, con una ambientación de fondo que me ha hecho viajar y conocer muchos lugares, sin demasiados detalles que me hayan hecho despistarme de la historia en ningún momento.

Con unos personajes secundarios con mucho peso, ya que harán del viaje de Cecilia algo especial, cada uno con sus vidas y su forma de ser, acogen a Cecilia apoyándola en un momento tan difícil.

Me encanta la forma de escribir de la autora, y con esta novela me ha sorprendido, ya que es un género en la que la desconocía. Me ha encantado los detalles de cómo Cecilia y Damian van forjando la relación, de una manera suave, y cómo ha finalizado la historia, con coherencia por todo lo que pasa en la vida de Cecilia.

Aunque debo añadir, que el final me ha sabido a poco, me hubiera gustado saber un poco más, que no quiere decir que no sea bonito, sino que soy muy curiosa y cuando una historia me gusta tanto, siempre me sabe a poco.

Recomiendo la novela por su originalidad sobre todo.
Mi valoración: muy buena.

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