Georgette Heyer - Cotillion

Crítica realizada por Judith

(Sin traducir)

Kitty Charing, nuestra impetuosa y valiente heroína, huérfana desde que tiene memoria ha sido criada por el hermano de su madre, sir Matthew Penicuik, un hombre tan rico como excéntrico, en un ambiente rural, aislada de cualquier metrópolis. Dado que su tío no tiene ningún hijo, Kitty ha crecido sin la compañía de otras personas de su edad, lo que por cierto no ha mermado su carácter alegre y decidido, más allá de sus primos, que esporádicamente visitan la finca. Estas escasas visitas han sido básicamente de Freddy, un dandy con muy buen fondo, y Jack, un joven manipulador por quien Kitty siente una especial atracción, y que es el favorito de su tío.

Fruto de esta soledad y aislamiento, el deseo de visitar algún día Londres termina por convertirse en casi una obsesión, así que cuando el tío Maththew toma la excepcional decisión de nombrar a Kitty la heredera de su vasta fortuna, con la única condición de que se case con alguno su extensa colección de sobrinos, hijos de su variada y detestable familia, traza un plan que la dirija directamente a la ciudad.

El tío en cuestión organiza una pequeña reunión familiar para dar la noticia, reunión en la que recibe dos proposiciones matrimoniales, que rechaza de plano: una de su primo Dolph, un joven de buen corazón pero dependiente de su manipuladora madre, y otra de un reverendo venido a menos que considera a Kitty la esposa perfecta a la que poder reformar para hacerla a la imagen correcta de Dios.

A dicha reunión no acude su adorado Jack, quien sabe que antes o después se casará con la joven, sabedor de quer ella no se le negará y de que la dote (si no la herencia) que recibirá, será sustanciosa. Pero como está convencido de que ella no aceptará a ninguno de sus primos, y que le esperará el tiempo que sea necesario aunque nunca haya habido un acercamiento entre ellos, prefiere por el momento mantener su estilo de vida basado en el juego y el libertinaje.

Pero sí acude al campo Freddy, quien es lo suficientemente rico como para no necesitar una heredera, y a quien Kitty considera un buen amigo, tanto que la intrépida joven le propone algo que roza el escándalo: un compromiso ficticio, secreto para cualquier persona ajena su tío. Y este acepta, conmovido por los deseos de la joven, además de por sus lágrimas.

O eso pensamos nosotras, pues después descubriremos que es mucho más que simpatía lo que lleva al estupendo Freddy a aceptar tan disparatado plan.

Este es el trato: le dirán al tío Matthew que Freddy es el elegido, le pedirán un mes de silencio, mes que la joven pasará en Londres en compañía de su prometido para conocerse mejor y confirmar que el suyo será un buen matrimonio, y partirán hacia la capital, donde Freddy ayudará a Kitty a poner celoso a Jack, además de enseñarle la ciudad que tanto ha ansiado conocer.

Y en Londres comienzan los enredos: Freddy y Kitty pasan gran parte de su tiempo en compañía el uno del otro dado que ella vive en casa de los padres de Freddy, sus tíos, claro, y lo pasan maravillosamente bien juntos; Dolph insiste en casarse con ella, por orden de su madre, según confiesa, a pesar de estar enamorado de una joven sin linaje, historia que conmueve a Kitty quien intenta por todos los medios unir a la desdichada pareja; Jack se pone celoso ante la atención que Kitty recibe, no solo de Freddy y Dolph, y trata de separarla de sus admiradores, especialmente de Freddy; Freddy se ve obligado a anunciar a sus padres el compromiso, pero no dice que sea falso, para no escandalizar a la familia, por lo que ella deberá romper públicamente el compromiso una vez Jack se haya rendido a los pies de Kitty; una escapada sorpresa a Gretna Green con más corazón que cabeza... Y para colmo el irascible tío termina atrapado por su ama de llaves.

Y para cuando Kitty recibe la ansiada proposición de matrimonio por parte de Jack...

Ya no os cuento más, u os la destripo enterita.

Solo diré que el título, Cotillón, se debe a que este es un baile que se baila en cuadrilla de dos parejas. Creo que Heyer se quedó corta, y debió buscar un baile donde hubiera al menos cinco parejas, y muchos enredos

No es mi favorita de Heyer, pues la prota es magnífica, pero tal vez él se queda un pelín corto, pues Kitty le hace demasiada sombra. Pero esta escritora siempre tuvo el listón muy muy alto. La pondré como muy buena.