J. de la Rosa - Siete razones para odiarte

Crítica realizada por Luciago

Serie Siete Razones libro 2º

Cuando leí Siete razones para no enamorarte, me quedé con ganas de saber qué sería de Ana y, claro, José de la Rosa tuvo que escribir su historia. Estas son las divertidas peripecias de la graciosa compañera de Elisa en la revista LUO, donde la malvada Martina la ha enviado a componer un artículo sumamente complicado, que no os cuento para no destriparos nada de la corta novela que se lee en unas horas, tanto por su longitud como porque te engancha y no la puedes dejar.

Cuando empieza te encuentras a Ana parada en la carretera con el miedo metido en el cuerpo porque ha oído una conversación en su última parada antes de que su coche la dejara tirada, no sabe si por falta de gasolina o por alguna avería. Por la zona existe un "Asesino de la dehesa". Ella, ni corta ni perezosa, empieza a hacerse un mundo pensando en un psicópata que ataca a las mujeres y se las come, y ella está parada en la carretera cuando ve unos faros y un mozarrón con linterna que baja y va hacía ella...

El tal mozarrón es Juan, un agricultor de la zona hosco y antipático pero sumamente guapo, lo que enardece el sistema hormonal de Ana y pese a todo saltan las chispas entre ellos y terminan en su casa totalmente exaltados y haciendo el amor seis veces. Al día siguiente quiere huir. Ella ni se lo cree, no puede saber qué es lo que le ha pasado habla con Elisa y ella le dice que aproveche bien el momento, que haga el reportaje y que vuelva a Madrid. Pero al tratar de huir en ropa interior, se encuentra a todos los vecinos en la calle sonriéndole y aplaudiéndola. Se queda de piedra y entra corriendo a pedir explicaciones a Juan.

Todo esto está contado con un delicioso sentido del humor y con doble sentido con el que no he parado de reír mientras describía todos los pensamientos de la pobre Ana, hasta que se descubre toda la verdad.

En la primera parte, por así llamarla, me he pasado el rato riendo. Luego, con la séptima razón para odiarlo, todo cambia: hay mucha dulzura, romanticismo y ternura, pero sigue el sentido del humor; eso no falta en ningún momento.

Los secundarios, ja ja, son el pueblo entero y la Feria de las frutas y verduras; la banda de música, tocando La España Cañí, Paquito el chocolatero y siguiéndola a ella por todo el trayecto, las sonrisas bobaliconas de todos mirándola... Y la mala se lleva una buena bofetada jejeje.

Es una novela corta y sencilla pero muy divertida. Es alegre, fresca, despreocupada y sensual y por supuesto, ha cumplido con mis expectativas como siempre.