Jill Smolinski - Con chanclas y a lo loco

Crítica realizada por Teresa

Keeley Barker-Kekuhi se trasladó a Hawai y ejerce como vulcanóloga llevando una vida tan apagada como el volcán que estudia desde que su marido, Kam, la abandona por una bailarina. Además, él pretende quedarse con la custodia del hijo.

Keeley busca un abogado para arreglar el divorcio y los asuntos de la custodia del pequeño, porque Kam y la bailarina pretenden llevarse al niño a Fiji.

Será Ian Gadiner el que haga que la vida de Keeley vuelva a tener alicientes.

La novela, cuyo título me ha parecido malísimo y nada tiene que ver con la comedio de casi el mismo nombre, está escrita en primera persona.

El argumento, nada del otro mundo. Mujer abandonada por su marido que se enamora de una bailarina y quiere quedarse, además, con el hijo. Pero hay ciertos factores que consiguen hacer agradable la lectura. Ian, el hombre que aparece en su vida, una buena amiga e incluso su suegra que, en vez de apoyar a su hijo, está a favor dela protagonista.

Los personajes: la protagonista es una mujer marcada por la conducta de la madre que se pasaba la vida analizándolas, y no es amante de los volcanes como se supone que debo serlo una especialista, sino que su carrera se debe a la influencia externa. Los restantes pasan casi de puntillas por la novela salvo Ian, un hombre agradable, complaciente.

Qué duda cabe de que la autora nos presenta la novela con un cariz especial para intentar minimizar el enorme problema que puede representar para una mujer verse sumida en este tipo de acontecimientos. Pero para mí ni me ha parecido comedia ni ha conseguido su propósito. Y eso a pesar del jocoso título.

No voy a negar que tiene dosis de humor porque sería mentir. Los tiene y hacen gracia, supongo que como en muchas novelas de este estilo. Se centra tal vez demasiado en detalles que podría haberse ahorrado y le faltan escenas cómicas. No es agradable ver el modo en que dos personas se distancias y hacen cualquier cosa por conseguir sus propósitos, habiendo una criatura de por medio.

Por último, me ha parecido que hay una especie de trío-comida-de-coco ya que no he sabido muy bien donde quiere ponerse la protagonista, unas veces colada por su marido y otras por Ian. Para mí que, a pesar de ser madre y adulta le falta un hervor.

Entre 0 y 5, un 3.