Joanne Harris - Zapatos de caramelo

Crítica realizada por Teresa

Vuelve el encanto de Chocolat, con París como telón de fondo.

Vianne ha cambiado de vida. Ahora se llama Yanne, regenta una bombonería en Montmatre y tiene una segunda hija, fruto de su relación con el atractivo gitano Roux. Solo quiere pasar desapercibida, y su comportamiento es más convencional y controlado. Pero su encantadora ayudante Zozie resulta ser una verdadera arpía que quiere apoderarse de su vida. Solo el guapo Roux podrá ayudar a Yanne a defender lo suyo y a recuperar sus poderes mágicos para que la malvada bruja Zozie reciba su merecido

¿Quién no vio la película de Chocolat? ¿Quién no se enamoró de ese personaje tierno y dulce como el mismo chocolate que incluso consigue conquistar el corazón más duro del pequeño pueblo? ¿A quién no enterneció su historia de romance con ese hombre extraño que resulta ser un ser estupendo y romántico?

Joanne Harris acaparó la total atención de muchas personas con su novela llevada al cine. Y ahora, tiempo después, ha decidido mostrarnos la continuación de la vida de esa mujer con su novela Zapatos de caramelo, que suena tan dulce o más que la primera.

En esta novela, la protagonista de Chocolat vive con sus hijas en otro lugar, pero sigue manteniendo su espíritu de ayuda a los demás regentando una tienda pequeña en el centro de Paris, en Montmatre. Esta zona de la capital francesa siempre me ha parecido mágica, aunque no sé el motivo, seguramente es su nombre.

Zozie es el personaje que viene a poner la vida de la protagonista cabeza abajo. Es un personaje curioso, alegre, llamativo, que se une a nuestra maestra del chocolate para, solo en apariencia, ayudarla a relanzar la bombonería. Llena de vitalidad, empieza a hacer cambios, a ayudar en la tienda, a relacionarse con los vecinos. Sin embargo persigue otra cosa. Me ha gustado la personalidad de esta mujer porque es un torbellino, contrariamente a la tranquilidad en la que ha caído Yanne, que así se llama ahora nuestra añorada protagonista de Chocolat, porque para defender a su primera hija y a la que llegó tras su idilio con Roux, se ha planteado un cambio de vida, ha perdido parte de su alegría,parte de ese encanto anterior. Yanne quiere vivir sin sobresaltos, quiere una vida normal para sus hijas, que no las miren como bichos raros. Zozie, por el contrario seduce por el placer de seducir, es amiga de todos, todos la adoran.

Por desgracia para Vianne, o Yanne, como se hace llamar ahora, abre su corazón a Zozie, le cuenta su historia.

También la hija de Vianne ha tomado otro nombre, otra identidad, se llama Anne y es casi una adolescente con sus problemas y sus dudas lógicas de la edad. No está del todo de acuerdo con el cambio de las cosas, pero entiende a su madre, aunque chocan en el modo de ver la vida y enfrentarse a los problemas.

En este libro, Rosette es una criatura divina, la niña que aparece para continuar con la dulzura de Vianne, pero teniendo también el carácter aventurero de su padre, Roux, con el que su madre tuvo un precioso romance.

Thierrie, el hombre que acapara ahora la atención de Yanne,es un empresario. Ama a Yanne y quiere casarse con ella y hacerse cargo de sus dos hijas, quiere darle un hogar, formar una familia feliz. Por supuesto, nada sabe de lo sucedido años atrás.

No nos olvidemos del encantador gitano, Roux, porque también en esta novela está presente y no solo como un recuerdo dulce, sino que aparece en ella para ayudar a Yanne a luchar por lo realmente quiere y contra Zozie. A mí Roux me enamoró en la película por su forma de ver las cosas, por esa vida que lleva lejos de convencionalismos y ataduras, es un personaje libre como el aire y aquí, en Zapatos de caramelo, sigue manteniendo ese aire infantil y pícaro que tanto me gustó.

Recomiendo la novela porque creo que lo merece, porque pienso que hay que degustarla como el buen chocolate, porque nos enseña a ver desde distintos prismas los problemas, pero siempre dentro de un marco de cariño y dulzura, de ayuda a los demás, de entrega y de pasión. Y recomendaría leerla con calma, en una tarde tranquila y a ser posible con una taza de chocolate al lado. Es una novela para saborearla de verdad.

Muy bonita.