Crítica realizada por Maddy
Hawai, 1891
Jared Burkett vive por y para la venganza. Y su objetivo sólo tiene un nombre: Samuel Barrows. Varios años atrás Samuel fué uno de los pretendientes de su madre, y el sentimiento era mutúo. No obstante, por aquel entonces Samuel no tenía nada que ofrecerle y optó por casarse con una rica heredera para así prosperar en la vida. Cuando la madre de Jared ya esta felizmente casada y establecida con dos hijos, Samuel interrumpé de nuevo en su vida, convenciéndola de que abandone a su familia y se fugue con él. En el momento en el que ella casi accedé a sus ruegos, Samuel vuelve a abandonarla. Le acaban de comunicar que su rica esposa se encuentra embarazada. Esa misma noche la madre de Jared se suicida.
Ahora que ya es un adulto y con fortuna propia además, Jared maquina un plan para vengarse del hombre que ha hecho de su vida y de la de su hermana una pesadilla. Con ese objetivo en mente se dirige a Nueva York.
Nueva York, 1891
Corinne Barrows es la mujer mas bella y codiciada de la sociedad neoyorkina. Y si le añadimos el aliciente de que es una rica heredera, las posibilidades de matrimonio que se le ofrecen son infinitas. Solamente tiene una debilidad: el juego. Algo totalmente frustrante para ella, ya que aunque tenga una considerable suma en su poder, no tiene acceso a la misma para gastarsela en las mesas de juego. Para poder heredar solo tiene dos opciones: o esperar a cumplir los 21 años, algo totalmente impensable para la bella Corinne. O bien, casarse. Pero no con cualquiera, sino con un pelele que le permita seguir controlando sus bienes. A tal efecto ha encontrado al candidato ideal, o al menos eso es lo que ella cree.
Repentinamente los planes de Corinne se trastocan cuando aparece en su vida Jared. Rodeado de un halo de misterio, Jared se convierte rápidamente en uno de los solteros más codiciados de la ciudad. No obstante, él solo tiene una meta: seducir a Corinne y posteriormente repudiarla. Pagarle con la misma moneda que Samuel pagó a su madre. Sobra decir que Jared consigue su objetivo, una de las noches en las que localiza a Corinne en una de las salas de juego a las que suele acudir, la emborracha, la lleva a un hotel y le hace el amor apasionadamente. De este modo Corinne se ve envuelta en una situación comprometida cuya única alternativa es el matrimonio.
Trás un breve noviazgo Jared y Corinne se casan. La misma noche de bodas, Jared la abandona en el hotel, y la repudia publicamente, a través de un anuncio editado en la prensa. La cólera de Corinne no conocerá limites. Ahora es ella la que clama venganza.
Una de las primeras novelas de Johanna Lindsey, en todos los aspectos posibles: venganzas, odios, matrimonios concertados. Los protagonistas también son muy Lindsey, un hombre endurecido, muy machista y que quiere imponer su voluntad ante el resto. Corinne también me recuerda a las tipicas heroínas de esta autora al principio de su carrera: una muchacha muy joven, inmadura, caprichosa y con un carácter que es su perdición. Todo ello ubicado en el Nueva York de finales del siglo XIX, y posteriormente en una tierra tan éxotica como Hawai.
Aunque no es el mejor libro de esta autora, ya que personalmente el personaje de Corinne me resultó un poco "inaguantable", la historia se deja leer solamente por el ámbiente de sol, amor y aventuras al que nos traslada la escritora. Así como por la historia de Jared y Corinne, al principio un odio visceral que les corroé por las entrañas, pero poco a poco cada uno revelará su verdadera personalidad al otro, la convivencia día a día limará sus diferencias, apareciendo un sentimiento más profundo.
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