Judith Arnold - Una amistad inquebrantable

Crítica realizada por Bona Caballero

"Una amistad inquebrantable" (en inglés, "Best Friends", 1987; Harlequin American Romance #189; Harlequin Love Affair #160) es una novelita de Harlequin publicada en España en 1990, dentro de la colección American Love n.º 161.

Samantha Janek es una chica de clase trabajadora que, gracias a su esfuerzo personal, con becas y préstamos, logró estudiar en la universidad y ahora ha conseguido su sueño. Como ejecutiva de una firma de cosméticos, disfruta de despacho propio con vistas en un edificio de oficinas de Manhattan. Tenía un novio a tono, de esos que saben escoger el vino en un restaurante. Después de cuatro años juntos, este cretino acaba siéndole infiel y Sam pone fin a la relación.

Lo que la dejó con el corazón roto. Y ahí es donde entra en acción Richard Alonso Reed, Lonny para los amigos. Un niño rico al que conoció en la Universidad. En aquella época Sam era una muchacha pobretona y gordita que sabía escuchar. Y Lonny un chico guapo y de buena familia al que le encantaba hablar con ella. A lo largo de los años, Lonny se enamoró y desenamoró de un sinfín de muchachas delgadas y sofisticadas. Sólo Sam siguió siendo un punto estable en su vida. Lonny se dedica a algo poco glamuroso pero muy varonil, como es la restauración de casas antiguas. Se le da particularmente bien reparar tejados, gracias a su elegante agilidad propia de un felino. Esto horroriza a su familia y a la propia Sam, pues le parece que eso es echar su formación por la borda.

Total, que Lonny le invita a pasar unas breves vacaciones en su casa de la playa, tomando el sol. Así no estará sola durante el inevitable duelo posterior a la ruptura sentimental con su novio. Son amigos, son colegas, pueden hablar de cualquier cosa y se sienten muy a gusto el uno con el otro.

Hasta que, tumbada en la playa con un bikini, sus largas piernas llaman la atención de Lonny. Sam ya no es aquella muchacha regordeta y acomplejada. Cuando el socio de Lonny se insinúa nada discretamente a Sam, Lonny se pone celoso sin saber por qué. Y cuando, para parar el flirteo, la coge en brazos y amenaza con tirarla a las heladas aguas del Atlántico, descubre que lo que siente por la estupenda mujer a la que abraza no es precisamente una amistad platónica.

Lo que sigue es el enamoramiento de dos personas que se quieren desde hace años y pasan a ser amantes. Con ello, ponen en peligro su amistad. Así que deben madurar e integrar las dos cosas, el sexo y la amistad, para lograr algo perdurable. Y al mismo tiempo, ver si están realmente satisfechos con sus trabajos o si pueden o deben cambiar algo en sus vidas, por ellos mismos y por su relación.

Estas novelas genéricas suelen ser de usar y tirar. La mayor parte de las veces la lees y la olvidas, se la pasas a una amiga, o la intercambias. Es verdad que alguna vez traducen y reeditan aquellas novelitas cortas escritas por autoras luego famosas, como Sandra Brown o Nora Roberts.

Pero otras veces, alguna de esas novelas se te queda a ti, como lectora, por algo especial, aunque a nadie más le parezca inolvidable. Y no la tiras al contenedor de papel-cartón, ni la dejas, ni la vendes, ni la intercambias.

Este es uno de mis "harlequines especiales". Con esa portada que representa una escena de la novela, pintada, como los Mills & Boon de toda la vida, ciertamente anticuados pero más elegantes que las posteriores y horrendas imágenes de fotonovela.

Historia sencillita sobre dos personas que se conocen desde hace años y empiezan a mirarse con otros ojos. La transformación de la heroína en la versión mejor de sí misma. La naturalidad con la que hablan y aceptan sus limitaciones, y la perplejidad que a veces causa el sentimiento amoroso. La releo cuando quiero una simple historia de amor entre dos personas muy reales que acaban siendo tus amigos de toda la vida. Para mi gusto, un Harlequin casi perfecto

Valoración: un 9/10 en este tipo de romance genérico.