Crítica realizada por Savannah990
En esta ingeniosa y divertida secuela de la mítica novela Orgullo y prejuicio, Julia Barrett nos narra con gran talento y precisión la historia de Georgiana Darcy y de otros personajes que Jean Austen dejó en la sombra.
En la idílica serenidad de la mansión Pemberly encontramos a Georgiana Darcy convirtiéndose en mujer y bajo la tutela de su cuñada Elisabeth Bennet Darcy.
Georgiana, de naturaleza romántica y herida anteriormente por sus desdichadas aventuras con el teniente George Wickham, promete no entregar nunca más su corazón a otro hombre. Sin embargo, su promesa se pone a prueba con las atenciones que recibe de un caballeroso capitán recién llegado de la guerra, Thomas Heywood. Otro admirador, James Leigh-Cooper joven y brillante arquitecto contratado por Fitzwilliam Darcy para reformar la finca de Derbyshire, no parece representar ninguna amenaza ya que por alguna misteriosa razón, su espontaneidad y franqueza irrita a Georgiana.
Mientras tanto, la desafortunada familia Bennet sigue acosada por sus desdichas, cuando todo indicaba la recuperación del prestigio social un nuevo escándalo, provocado por su loco tío Philips de Meryton, amenaza gravemente la reputación familiar.
Cuando este libro llegó a mis manos, prometía mucho. Una continuación de Orgullo y Prejuicio nada más y nada menos y...¡ con Lizzy, Darcy ,Jane y Bingley! Pero una vez que empiezas a leer el libro decae. Lo he vuelto a releer, y la buena opinión que tenia de este libro se ha desvanecido. Me he dado cuenta que la primera vez que la lei estaba demasiado entusiasmada con volver a encontrarme con estos personajes para darme cuenta de la narración y el desarrollo de los personajes y de la historia. Ahora mismo estoy muy defraudada.
Jane y Bingley casi ni salen. Lizzy es la que mas sale pero la verdad es que no se parece en nada a la Lizzy de Jane Austen, en lo único que se parecen es en el nombre del personaje. Y lo peor está por venir. El personaje de Darcy, se le da un aire al personaje real de Jane Austen, pero sale tan poco que no da tiempo a comprobar si de verdad se parece o no. Cuesta imaginarse que Darcy, según lo desarrollo su autentica escritora, fuera capaz de dejar a Lizzy sola tanto tiempo, es algo que me cuesta mucho imaginármelo.
Georgiana, la verdad es que es demasiado abierta, cosa que en Orgullo y Prejuicio no lo era, si a su hermano le costaba relacionarse con las personas que no conocía, para ella eso era una tortura, cosa que se puede leer en la novela, pues casi ni habla la pobre. Sin embargo en este libro es demasiado abierta. Por mucho que una persona pueda cambiar es algo exagerado que una de las personas más tímidas, de repente, después de unos añitos, sea la chica más abierta del mundo con las personas desconocidas...es algo que una no se cree. Aparte de eso, están también los dos pretendientes de de Georgiana, uno se le nota a la primera de cambio que busca su fortuna, y el que merece la pena apenas sale en el libro, cosa rara, ya que es con el que Georgiana se queda.
Y por último y no menos importante, la narración. Se nota que la autora intenta emular la narración de Jane Austen, y hay que admitir que la mujer escribe bien en este aspecto, lo malo está cuando intenta incluir en la narración las ironías tan propias de Jane Austen.
Es la primera crítica mala que hago de un libro, la verdad. Y también quiero añadir que por internet he podido encontrar y ver críticas muy buenas sobre este libro. Como siempre digo, para gustos los colores
Mi valoración:
Un 6 sobre 10.