Julia London - La venganza de lord Eberlin

Crítica realizada por Mariam

2º Los secretos de Hadley Green

Quince años atrás, el testimonio de una niña de ocho años, Lily Boudine, la pupila de los Condes de Ashwood, fue determinante para acusar a Joseph Scott del robo de las joyas Ashwood y, por ello, fue encontrado culpable y condenado a la horca.

Lily siempre se ha resentido del papel que, involuntariamente, desempeñó en aquel juicio. Los recuerdos no sólo de la noche del robo, sino de aquella época, le han perseguido desde entonces. Por esa razón no acogió con agrado convertirse en la heredera de Ashwood y verse obligada a regresar a Hadley Green. Pero tras la charada representada por Keira y tras su necesaria huida a Irlanda, Lily debe ocupar su legítimo lugar como la condesa de Ashwood, salvar sus tierras y el porvenir de su gente.

La llegada de Lord Eberlin, que ha adquirido Tiber Park, la finca colindante, ha sembrado el caos. El misterioso conde danés parece determinado a llevar a la ruina a Ashwood, robándole terratenientes, las tierras más fértiles y construyendo un molino que compita con el suyo.
Pero detrás del nombre de Lord Eberlin se esconde Tobin Scott, el hijo de Joseph Scott, quien ha regresado a Hadley Green decidido a vengar la muerte de su padre y la injusticia que supuso la ruina y el exilio de su familia.

Tobin ha hecho su fortuna traficando con armas. Fue así como compró el título a un endeudado conde danés. Sus planes son claros, están minuciosamente esbozados: arruinará Ashwood, a la que más tarde indulta a cambio de la deshonra de Lily. Pero aún tiene más en mente: hará que todos aquellos nobles que los despreciaron y obligaron a abandonar Hadley Green lo adulen y agasajen como el conde que ahora es.

Tras leer El año que nos amamos peligrosamente, estaba impaciente por disfrutar de la segunda novela de Los secretos de Hadley Green.
Las historias de venganzas tienen algo que me resulta irresistible. Tal vez se deba a que, hace años, se publicaron algunas de las mejores novelas sobre venganzas que he leído y, en el fondo, las echaba un poco en falta.

La venganza de Lord Eberlin dista un poco de aquellas turbulentas y apasionadas novelas de amor y odio, pero, confieso, que me ha mantenido en vilo y con el corazón encogido durante un gran parte de la lectura. No destila la violencia ni la amargura de las novelas de venganzas de antaño -las había realmente angustiosas- pero a mí me ha gustado mucho. Y como con su predecesora, he encontrado una historia a ratos divertida, a ratos turbulenta, que te va envolviendo poco a poco, hasta que, sin percatarte, has llegado a la última página.

De entrada contamos con un protagonista masculino que está a años luz del prototipo de héroe romántico. Hablo del que podría ser un hombre fuerte, protector y pelín rufián. Tobin Scott, por el contrario, resulta a menudo odioso, y no el sentido agradable -si es que lo hubiera- de la palabra.
Su comportamiento durante gran parte la novela es atroz. Hacia Lily, hacia las tierras de Ashwood. Cuando desenmascaró a Keira y la amenazó con denunciarla ya nos hicimos una pequeña idea de su carácter, pero, en este libro, comprobamos que aún es capaz de mucho más lejos.

Sin embargo bajo esa fachada, casi inhumana, que muestra se esconde el pequeño Tobin Scott, el guardián de Lily. Juntos compartieron en el pasado algunos momentos, aunque cada uno los vivió de una manera y el recuerdo que permanece es diferente. Pero ese pasado en común terminará por unirlos un poco.

La imagen que tenía de Lily era la de una joven frívola, coqueta y un poco mimada. Pero lo cierto es que, como la condesa de Ashwood, es una rival formidable. Valiente, decidida y descarada, planta cara al impenitente Lord Eberlin. Lo que propicia escenas de esas que te mantienen en vilo, expectante, incapaz de dejar de leer.

Además la novela cuenta con una serie de personajes secundarios a remarcar: desde la pequeña y parlanchina Lucy, que al menos a mí me ganó con su cháchara incesante, Charity Scott, a algunas de las damas de Hadley Green, como Daria Babcock, los Orgley, los Morton, los duques de Darlington, Lord y Lady Harncostle, el señor Fish o ese escocés grandullón, Mackenzie, que con cada novela me gusta más. Juntos, dan lugar a una trama repleta de diálogos, complots, chismes, dimes y diretes que me han hecho pasar una lectura deliciosa.

De modo que, pese a que como digo antes, lejos está de parecerse a aquellas intensas y a veces desgarradoras novelas de venganzas de antaño, la historia de Lily y Tobin me ha conquistado. Pese a que de entrada el protagonista masculino no parezca ser capaz de despertar muchas simpatías, poco a poco ha ido ganándose un pedacito de mi corazón. La razón son, principalmente, varias escenas en que la coraza que lo recubre comienza a resquebrajarse; la razón es la dulzura que, para mi sorpresa, ha mostrado en alguna, rara, ocasión. La razón es que, a la postre, los héroes atormentados y vengativos tienen algo de por sí que me resulta irresistible. Incluso los que parecen lejos de la redención, como Tobin Scott.

Además, poco a poco, va desvelándose más sobre los acontecimientos ocurridos en 1792, alrededor del robo de las joyas Ashwood, y la muerte de Scott. La historia de la tía Althea y Joseph Scott, al menos a mí, me ha dejado aún más con el corazón en un puño. ¡Lástima que al acabar el libro sigamos con un montón de interrogantes en el aire!

La venganza de Lord Eberlin es una novela que, sin ser tan apasionada ni violenta como aquellas antiguas, con una cobertura más dulce, más divertida pero no exenta de amargura, me ha envuelto en sus páginas casi como hechizada.
Creo que es una buena historia, con diálogos entretenidos.
Es romántica, hay cierta dosis de humor, secretos a desvelar, una venganza largamente esperada.
A mí me ha bastado para cerrar el libro feliz pero, a la vez, con pena por acabarlo.

Crítica realizada por Anasy

El segundo libro de esta serie ha sido una sorpresa para mi porque me enganchó desde el principio y lo disfruté mucho, digo esto porque con el primero no llegué ni a la mitad, no sé si lo cogí en mal momento o por lo que sea, pero me dejó con pocas esperanzas para la segunda entrega.

Lily Boudine es por caprichos del destino, la condesa de Ashwood. Siendo pequeña se quedó huérfana de padres y pasó a vivir con su tía Althea, Lady Ashwood y su tío político el conde de Ashwood en la población de Hadley Green, pero sólo pasó con ellos unos pocos años hasta que una terrible tragedia acabó con la muerte del señor Scott, la desaparición de las joyas Ashwood y con la idílica vida que la pequeña Lily tenía allí. Después de eso pasó a vivir con otros parientes en Irlanda, donde junto con su prima Keira, vivió una vida tranquila siendo querida como una hija más, y sobre todo, intentando olvidarse de Ashwood, el ahorcamiento de Joseph Scott y la posterior muerte de su querida tía. Pero ahora y tras la sorprendente noticia de que es la heredera del conde, tiene que regresar a Hadley Green, sólo que lo hace en un mal momento cuando toda la población está predispuesta en su contra gracias a las triquiñuelas de su prima y con la llegada del conde Eberlin, que no es otro que Tobin Scott, el hijo del carpintero que Lily mandó a la horca siendo pequeña.

Tobin llega buscando venganza, después de la injusta muerte de su padre y de todas las penurias que él y su familia tuvieron que pasar a partir de aquel momento, ha conseguido hacerse a si mismo, pasando desde la más estricta pobreza a ser un hombre rico y poderoso que se puede permitir comprar una mansión maravillosa al lado de la condesa de Ashwood y arruinar la propiedad de esta más de lo que ya está. Tobin ha conseguido fortuna e incluso se compra un título, tiene propiedades, pero sigue sin estar satisfecho,en su vida sólo tiene a su hermana Charity y la venganza que anida en él de una manera oscura y obsesiva. Pero Tobin no contaba con que la antigua compañera de juegos de su niñez sea ahora una mujer hermosa que le provoca distintas reacciones y sentimientos, no siempre negativos.

Lor Eberlin le deja claro a Lily que está allí para que pague por la muerte de su padre, pero Lily está dispuesta a lo que sea para salvar Ashwood y conocer la verdad de lo que pasó aquella noche tantos años atrás y donde están las joyas desaparecidas. Para intentar salvarse de la venganza de Tobin tendrá que armarse de valor y de un ingenio superior al de él.

Son dos personajes con un pasado complicado que los enfrenta sin remedio, pero pese a la hostilidad y frialdad que Tobin intenta mantener, en el fondo no es capaz de ser cruel ni malvado y mucho menos con la condesa Ashwood. Lily siente remordimientos por la muerte del señor Scott, está decidida a limpiar su nombre y cuando empieza a conocer mejor a Tobin no puede más que sentir admiración por ver a lo que ha llegado.

Es una historia que atrapa desde el principio, que continúa donde terminó el anterior y con dos protagonistas inteligentes, cabezotas e ingeniosos que intentan luchar contra lo que sienten pero que al mismo tiempo nos narran una historia muy tierna que disfruté de principio a fin.

Muy bueno.

Crítica realizada por Elsa

Como la sinopsis indica Lily llega a su propiedad y se encuentra con que lo que antes fue una propiedad floreciente está ahora en franca decadencia, y además presionada por su vecino Lord Eberlin que desea arruinarla, Lily no puede adivinar que el vecino que tantos quebraderos de cabeza le está ocasionando es el hijo del hombre que ella denunció y que además fue compañero de juegos, rápidamente se dan a conocer y Lord Eberlin le manifiesta sus intenciones, pero Lily le hace frente, ya que no está dispuesta a que Ashwood con toda la gente que vive de ella vaya a la ruina.
La verdad es que esta serie me ha enganchado, si me gustó la primera parte por su agilidad de diálogos por la viveza de sus dos protagonistas, ésta no se queda atrás, estos protagonistas son más intensos, Lord Eberlin destila resentimiento, cosa muy lógica teniendo en cuenta que fue testigo del ahorcamiento de su padre, y como consecuencia de ello de la destrucción de su familia, pero a la vez se siente atraído por Lily.
Teniendo en cuenta el papel que nuestra protagonista tuvo en el procesamiento de su padre, parece difícil que puedan llegar a un entendimiento, pero la autora con su saber hacer, consigue que ambos recapaciten y lleguen a la conclusión de por qué pasó todo, algo que no voy a desvelar para no estropearos la novela.
Ya he comentado antes que esta era una autora que no me gustaba, pero sinceramente creo que en esta serie ha demostrado que sabe escribir y crear unas historias maravillosas, me han encantado los dos protagonistas, son uno digno del otro, ambos fuertes, con sentido de la justicia porque Lily no descansará hasta saber si lo que vio aquella noche era lo correcto, pero esto no se resuelve completamente, así que nos deja esperando el siguiente libro de la serie.
Describe muy bien el mundo de la nobleza rural menos elitista que el de Londres pero aun así , lo suficiente snob, para menospreciar a Lord Eberlin, por poseer un título que compró a un noble danés, así que los miembros relevantes del pueblo componen unos secundarios muy convincentes, todos buscando un novio apropiado para la condesa, incluso llevan a conseguir que Lily piense como una salida para salvar Ashwood en un matrimonio de conveniencia además nos encontramos como unos secundarios de lujo: los protagonistas de Escándalo en palacio, otra serie de la misma autora. Sin olvidar a la hermana de Lord Eberlin, una mujer que está muy resentida ya que se vio privada de su niñez y además por circunstancias de la vida se vio obligada a trabajar como criada y es madre soltera,
Tiene momentos muy emocionantes, cuando el protagonista reconoce que está profundamente enamorado de Lily y deja atrás el pasado y se lo plantea, consiguiendo que Lily deje sus planes para seguirle.
Hay una cosa que me ha chocado un poco y es que en una sociedad donde las mujeres no heredan, dónde a veces se las expulsa de su propiedad porque algún pariente lejano es el heredero del título, aquí se la heredera de un tío político, pero supongo que esto forma parte de las licencias que se permiten las autoras. Pero realmente es una novela que vale la pena leer.