Kasey Michaels - El sabor de lo prohibido

Crítica realizada por Mc2

Durante años, Courtland Becket se había negado a sí mismo la única mujer capaz de  llegarle al corazón, pero ya no podía seguir ignorando a Cassandra.

La niña que en otro tiempo jugaba a provocarle se había convertido en una mujer decidida a mostrarle sus sentimientos. Ya era hora de que él, que se consideraba a sí mismo protector de la familia Becket, se permitiera disfrutar del sabor de lo prohibido.

Pero el precio de la pasión podía llegar a ser excesivamente alto por culpa del regreso de un viejo enemigo dispuesto a vengarse de todo el clan; un regreso que obligaría a Courtland a debatirse entre el amor y su deber hacia una familia que para él significaba más que su propia vida.

Séptimo y último libro de la serie Romney Marsh.

Court, con solo trece años, no había podido hacer nada por salvar la vida de Isabella Baskin. Cuando Edmund Beales decidió traicionar a su amigo Geoffrey, asaltando su isla y asesinando a todos los que encontró, sólo pudo coger a la pequeña Callie y huir tierra adentro entre la abundante vegetación de la zona. Con un Geoffrey derrotado anímicamente, se había convertido en el fiel compañero de la pequeña hija de Baskin. La había enseñado a caminar, a leer, a volar cometas, a andar…  La había consolado en las noches de tormenta y la había sostenido la mano cada vez que había hecho falta. Sabía que ella se había enamorado de él, pero se consideraba protector de toda la familia y no era capaz de aceptar sus sentimientos.

 Nathaniel Beates, antes Edmund Beales, se había convertido en un hombre poderoso. Su dinero y posición le habían permitido sobornar a todos los que podían apoyar de una manera u otra su venganza. Sólo deseaba una cosa: vengarse de Geoffrey, capitán del Fantasma Negro, y de Jacko, capitán del Fantasma Plateado: los dos barcos corsarios de su antiguo amigo. Y, para conseguirlo, bastaba un poco de dinero aquí o allá para crear las pistas falsas suficientes que les condujeran a la prisión de Dover. Aunque quería algo más. Cuando Geoffrey estuviera encarcelado le permitiría salvar a las mujeres de la familia a cambio de la Emperatriz. La esmeralda más grande y perfecta jamás encontrada en Sudamérica.

Y, mientras el peligro acecha Becket Hall, las mujeres de la familia tratarán de olvidar la angustia dándole clases de seducción a Cassandra, empeñada en reclamar a Courtland como algo más que un amigo.

Me ha encantado el final de esta serie. Hay de todo: misterio, persecuciones, contrabandistas, piratas, tumultos, una fuga desesperada, el secuestro de casi toda la familia en su propia residencia y el desesperado rescate por parte del héroe de la novela. Y, cómo no, una pasión desenfrenada de la que no podrá huir Court. Pero no todo sale bien, pues algunos miembros de esta gran familia pierden la vida por la avaricia y ambición de Edmund Beales.

En cuanto a los protagonistas: Callie ve como hasta el momento ha sido una niña protegida por todos. La hija del patriarca a la que no se puede molestar y hay que obedecer. Tras una serie de hechos se da cuenta de que siempre ha vivido entre algodones. Y es entonces cuando debe madurar y luchar por algo más que su vida. Court es el serio y responsable de la familia. Lleva años trabajando por ellos. Para mejorar las defensas en tierra, para construir artilugios que mejoren la independencia de Rian… Es el hombre hogareño y tranquilo del que una podría enamorarse si se olvida del resto de los hermanos.

En conclusión, esta es una de las sagas que más me han gustado en los últimos años. La puntúo con un 4.5/5.