Kiera Cass - La heredera

Crítica realizada por Paula

Esta novela es la 4ª parte de la serie La Selección.

Veinte años atrás, America Singer concursó en La Selección y conquistó el corazón del Príncipe Maxon. Ahora ha llegado el momento de La Selección para la Princesa Eadlyn. Ella no espera que su Selección vaya a ser la gran historia de amos como lo fue la de sus padres, pero al comenzar la competición, ella descubrirá que para descubrir su propia felicidad no será tan imposible como ella siempre había pensado.

Una nueva generación de personajes y de historias de amor cautivadoras nos esperan en esta cuarta entrega la serie La selección.

Como puesta a punto de las que no hayan leído las 3 entregas anteriores: Illea es un país del futuro donde gobierna la monarquía y donde, cada cierto tiempo, 35 muchachas tienen la oportunidad de convertirse en princesa. América tomó parte en esa selección y acabó conquistando a Maxon.

Han pasado los años y ahora lo que tenemos entre manos es la historia de la hija de América y Maxon. La muchacha ha crecido escuchando historias de romance sobre sus padres, pero ella tiene otro modo de pensar, no quiere pertenecer a ningún hombre y, por tanto, no tiene intenciones de casarse. Todo lo que se refiere a romanticismo, le parece bobo.

Como es lógico, muchos de los personajes anteriores ya no están, y otros solo se presentan al nombrarlos. Es lo que tienen las sagas en las que pasa mucho tiempo de una historia a otra, que cambia el contexto. Pero no por ello es menos entretenida esta entrega.

América y Maxon tuvieron mellizos tras casarse, Eadlyn, que es nuestra protagonista actual, y su hermano. Al nacer primero, la muchacha es la heredera y deberá pasar por la misma selección que pasó su padre, porque en eso nada ha cambiado en Illea a pesar del tiempo. Han cambiado otras cosas, para mejor, como es la desaparición de las distintas castas que existían en el país. A pesar de todo, no se consigue la deseada paz para todos, sigue habiendo revueltas, hay gente descontenta, existen altercados en las calles y peleas que pueden desembocar en otra rebelión como la de hace 20 años.

Vuelve por tanto a ponerse la Selección en marcha, modo más que adecuado para entretener a la gente porque, al estar pendiente de quién será el elegido, aparcan sus diferencias.

Choca esta antigua tradición, obsoleta del todo, con el modo de pensar de Eadlyn. Ella se ha criado independiente, segura de sí misma y con ideas propias, así que eso de tener que elegir un marido y, por si fuera poco, entre varios candidatos, como si se tratara de un concurso -que no es otra cosa-, casi la escandaliza. Pero sabe que no le queda más remedio si quiere que los ánimos se calmen.

Me ha gustado Eadlyn. Para mí es un personaje con más fuerza que América, su madre, a la que encontré demasiado dudosa a la hora de decidirse por una u otra cosa. La hija sabe mejor lo que quiere.

Decisiones complicadas, dudas, sentimientos encontrados, romance y una pizca de intriga. Vemos el concurso de misses desde el otro lado, desde el lado de los hombres, que son quienes tendrán que luchar con los demás concursantes para llegar a conquistar el corazón de la princesa.

Como imaginaréis, los argumentos y las argucias de los seleccionados para conseguir el amor de Eadlyn, aunque no son exactamente iguales a los de las chicas que deseaban ser elegidas por Maxon, tienen algo de similar. La autora nos pasa por delante a los candidatos, nos cuenta cómo son y lo que piensan, cuáles son sus sueños.

Me ha gustado reencontrarme con América y Maxon, no han perdido su atractivo aunque han pasado veinte años.