Crítica realizada por Paciencia68
Milla y David hace poco que han sido padres, se podría decir que ahora todo gira en torno a esa nueva personita que está con ellos. Así que han decidido que se tomarán una noche para disfrutar de su vida en común. David es médico en México y le espera una jornada laboral antes de regresar con su familia, ese tiempo lo utilizará Milla para visitar con su hijo el mercado más cercano. Un momento que se convertirá en la peor pesadilla que puede vivir una madre; Justin, su hijo, le es arrancado de los brazos, por mucho que lucha no consigue evitar el desenlace: Su hijo ha sido secuestrado.
Han pasado diez años y muchas cosas han cambiado en la rutina de Milla, después de perder a Justin comenzó una cruzada para buscarlo, investigando cualquier pista que pudiese surgir, prometiendo una recompensa si existían datos para localizar a su hijo; pero nada ha dado resultado. Su vida familiar se destrozó a partir de ese terrible suceso. David y Milla han seguido caminos diferentes, y aunque él le sigue ayudando monetariamente para que no abandone la búsqueda, nadie confía en tener noticias de Justin algún día.
Milla ha fundado “Rastreadores” una asociación destinada a la búsqueda de niños secuestrados. Acude a fiestas para recaudar fondos, tiene una oficina que funciona como base de operaciones, pero jamás ha dejado de insistir en lo fundamental: encontrar a su hijo. Ni los años transcurridos, ni el abandono de su familia, ya que no consiguen comprender que no rehaga su vida, han podido hacer mella en su idea de seguir adelante. Es cierto que una pista tras otra se ha ido cerrando el circulo y nunca llega a ningún dato que pueda resultar interesante, pero aún así, no se ha desanimado.
Díaz está considerado un mercenario, un criminal, con una reputación temible, sólo mencionar su nombre, provoca pánico. Por pura casualidad, o quizás no, entra en contacto con Milla y de alguna forma el contemplar su lucha, el tesón y la insistencia con la que sigue adelante, decide que debe ayudarla a localizar a ese hijo que perdió hace tiempo.
El encuentro entre ambos está plagado de desconfianza en inicio, pero subyace un interés que va más allá del trabajo, algo que sorprende a ambos. A Díaz porque jamás se ha involucrado tanto con una mujer y a Milla, porque por primera vez parece dispuesta a dejar un poco de lado su búsqueda para embarcarse en una relación.
No catalogaría este libro como romántico, es una historia demasiado dura y centrada sobretodo en las desapariciones de niños y también en el tráfico de órganos, de todos modos tienen ingredientes Howard para sus seguidoras. Porque Díaz es el típico hombre Howard, que a pesar de su coraza de frialdad consigue ganarse el afecto de Milla.
Me ha gustado la lucha de Milla por llegar hasta el final de su búsqueda, por no dejarse amilanar por los escollos que encuentra en el camino y porque a pesar de todo jamás perdió la esperanza de saber que había ocurrido con Justin. Reconozco que he llorado mucho con este libro, porque es difícil asistir al sufrimiento de una madre e intuir que quizás jamás resuelva el misterio que rodeó la desaparición de su hijo, y aún si consiguiese descubrirlo habría perdido 10 años, que nadie podrá devolverle nunca.
Es difícil entender que Milla se haya quedado sola en su búsqueda y que nadie la ayude a seguir adelante, porque sólo la ayuda económica no es suficiente, supongo que sólo una madre podría entender el sufrimiento de perder un hijo en extrañas circunstancias. De alguna forma esta historia nos muestra el impacto que tiene una desaparición y la aceptación del hecho según cada personalidad. Quizás no tenga tanto que ver con ser madre, sino con el tesón y la confianza en poder averiguar lo ocurrido.
Un argumento muy duro, diferente a lo que Howard acostumbra a escribir, pero a mí me ha gustado mucho. La parte de romance, NO, está poco trabajada y no parece que puedan compenetrarse como pareja; pero como historia reconozco que he disfrutado de su lectura.
Valoración: Bueno
Crítica realizada por Mariam
Milla y David son unos jóvenes padres para los que el nacimiento de su hijo Justin cambia la vida. Aunque son estadounidenses se encuentran en México donde David trabaja en un hospital para gente de pocos recursos. Para no separarse de su marido, Milla le acompaña y es allí donde da a luz a su bebé. Pero apenas seis semanas más tarde, Justin le es arrebatado de los brazos mientras hace la compra en un mercado al que acude con asiduidad y ella es apuñalada hasta casi morir.
Cuando vuelve en sí en el hospital su primer pensamiento es para Justin; encontrarlo se convierte en el centro de su vida, en su único objetivo y obsesión. Una obsesión que romperá su matrimonio y la separará de su familia.
Diez años más tarde, Justin sigue sin aparecer pero Milla no se ha rendido. Para ayudar a otros padres que han sufrido la misma experiencia, fundó Rastreadores, formado por voluntarios que acuden a cualquier lugar del país donde desaparece un niño y, a la vez, le sirve para seguir investigando qué sucedió con su hijo.
Milla vive El Paso, ciudad en la frontera mexicana y estadounidense. Durante años ha seguido el rastro de un hombre, uno de los secuestradores al que en la lucha dejó tuerto. Pero durante ese tiempo ha dado palos de ciego, ha dado vueltas sin sentido para volver al mismo punto del que partió hasta que le llegan noticias sobre un hombre: Díaz. De él se dice que es un asesino, un justiciero, un cazador de recompensas. Aunque inicialmente Milla cree que puede ser el tuerto al que busca, pronto se percata que no lo es y él se convierte en la última oportunidad de encontrar a Justin.
Díaz es sigiloso como un lobo, escurridizo como una sombra. Se mueve como el humo y acaba de manera letal con aquellos que se convierten en su objetivo.
Una noche su camino y el de Milla se cruzan e interviene evitando que la joven sea asesinada. Sin embargo, pronto descubre que trabajando juntos ambos pueden obtener beneficios.
La desconfianza es inicialmente lo que Díaz le inspira a Milla pero pronto entiende que a pesar de su reputación -o más bien gracias a ella pues la simple mención de su nombre mete el miedo en el cuerpo a los hombres de peor calaña- es el hombre que necesita para llegar hasta la red de contrabandistas que secuestraron a su hijo.
Pero el contacto entre ambos despierta en ambos sentimientos para el que ninguno de los dos están preparados. En diez años Milla no ha vuelto a enamorarse ni a pensar en un hombre, sus pensamientos y su corazón están en Justin; Díaz descubre en Milla a la única mujer que le empuja a involucrarse, dejando a un lado su sangre fría, su hermetismo y distancia con el mundo.
Me gustan mucho las novelas de acción de Linda Howard, aunque no las considero cien por cien románticas, me parecen historias que te atrapanpor la sensualidad que envuelve a sus parejas y, no puedo negarlo, por la testosterona que página a página destilan los protagonistas masculinos.
Obsesión y venganza me parece una buena novela que aúna suspense, acción y, aunque en un segundo plano, una historia de amor que, a mí particularmente, me ha gustado mucho.
El tema alrededor del que gira la novela es el secuestro de Justin, el hijo de Milla que fue secuestrado siendo un recién nacido. Recuperar a su hijo o, según pasan los años y siente cómo eso es menos posible, saber qué le sucedió, si aún vive o no es la obsesión que rige la vida de Milla.
No hay lugar para nada más en su vida, incluso su matrimonio con David se rompió, pues la pérdida del hijo en común los fue alejando.
Es investigando a una banda de contrabandistas que roban y venden bebés como Milla conoce a Díaz, al que inicialmente asociaba con dicha gente, pero acaba convirtiéndose en su última baza y oportunidad de rastrear a los hombres que le arrancaron a su hijo de los brazos.
La verdad es que tanto Milla como Díaz son dos personajes a los que les cuesta mostrar sus sentimientos, hasta tal punto que parecen incapaces de sentirlos pero basta que se encuentran, estalle una pequeña chispa para que, en su interior, ambos sepan que el otro los ha cambiado de un modo imprevisto pero definitivo.
Si bien la historia no es realmente romántica, ya que por un lado las novelas de Linda Howard no las catalogaría como tal -creo que son otros los sentimientos que imperan o no se manifiestan con declaraciones de amor dulces y tiernas- el tema principal de Obsesión y venganza es tan duro y es descrito con tal crudeza que, en mi opinión, tiene mayor protagonismo que la historia de amor entre Milla y Díaz, aunque debo decir que ésta me ha gustado mucho.
Creo que es una novela que aúna una trama de acción trepidante, con una carga emocional y denuncia social importante, como lo es el secuestro y venta de bebés o el contrabando de órganos, lo que hace que no puedas olvidar en ningún momento la fealdad de una realidad que salpica de tal modo a los protagonistas.
Sin embargo, el resto de la novela me parece cien por cien Howard: el protagonista masculino, así como la sensualidad que reina entre Milla y Díaz y la acción que rige la trama.
La única pega que le pondría a esta novela es que con una temática tan dura, si bien sientes el dolor y sufrimiento que atenaza a Milla, he notado en falta un matiz más humano, un desnudar los sentimientos de una manera más intensa, pues la protagonista ha creado tantas murallas que sabes que sufre pero me ha faltado ver antes un pequeño resquicio más en su coraza.
Con todo, Obsesión y venganza es una novela que me ha gustado mucho, intensa, dura, emotiva y muy sensual y, por encima de todo, el tema que trata y el tesón que muestra Milla por saber de su hijo, sin renunciar jamás, sin rendirse aún sabiendo que no puede recuperar el tiempo perdido es, sin duda, lo que más me ha conmovido de toda la historia.
Crítica realizada por Crishi
Linda Howard es una autora que vengo descubriendo de un tiempo a esta parte. No es una autora que me fascine, pero he de reconocer su habilidad para construir historias que enganchan a partir de unos ingredientes muy marcados por los que se rigen sus novelas. Sin más dilación paso a comentar a groso modo esta historia que me ha dejado sin aliento.
David es un excelente cirujano que decide tomarse un año sabático para trabajar en una pequeña clínica rural de El Paso, México. Junto él viaja su esposa Milla, una joven con un futuro prometedor que decide seguir a su marido aún sabiendo que está embarazada, el amor que les une es tan grande que eclipsa las dificultades de su estancia en aquel árido lugar. Milla da a luz a su hijo Justin y un durante un día de compras por el mercado dos desconocidos le arrancan el bebé de sus brazos. En un desesperado intento por recuperar a su hijo, Milla deja tuerto a uno de los atacantes mientras que el otro la hiere y está a punto de perder la vida. Su niñito ha desparecido y con él un futuro privado de felicidad.
Pasan diez años de este trágico suceso y Milla solo vive, respira y sueña por recuperar a su hijo, este hecho se ha convertido en el eje de su existencia y por ello vuelca su vida en buscar personas que han sido víctimas de una desgracia similar, es así que Milla funda Rastreadores, una organización destinada a la búsqueda de gente secuestrada o desaparecida. Pero en el camino Milla ha tenido que pagar un alto precio, David y Milla se divorcian y David la apoya económicamente en la infructuosa búsqueda de Justin. El objetivo de Milla es encontrar a aquellas personas que están implicadas en la desaparición de su hijo hasta encontrarlo. El coraje, la firmeza de espíritu y las esperanzas de una madre ante este duro trance se yuxtaponen a otros sentimientos que Milla cree incompatibles logrando establecer una coraza que aísla su corazón.
James Díaz es un hombre oscuro, solitario e inexpresivo que adopta las características de un felino para ganar dinero de manera ilegal, es peligroso y capaz de hacer cualquier cosa con tal de impartir su propia justicia. Como Milla, Díaz también arrastra un pasado penoso. Hijo de padre mexicano y madre norteamericana, Díaz ha sufrido durante su infancia la inestabilidad sentimental de una madre que lo abandonaba según sus intereses. Ahora, Díaz intenta desmantelar una red de tráfico de órganos humanos poniéndolo tras la pista de un matón sin autoridad alguna. La acción me ha gustado mucho y el suspense está bien desarrollado, hay una serie de personajes secundarios que hacen más interesante esta historia.
El primer contacto entre Díaz y Milla se produce cuando ambos, por distintas circunstancias, se hallan ante las personas que buscan las cuales, de alguna manera, guardan la misma relación con sus respectivos asuntos. Aunque en un principio Díaz se niega a ayudarla, este descubre los riesgos a los que se enfrenta Milla y es a partir de aquí cuando se inicia una estrecha relación que los llevará a situaciones peligrosas, pistas falsas y una fuerte atracción sexual acentuada por grandes dosis de adrenalina.
Admito que los tipos peligrosos me atraen debido a esa parte oculta y misteriosa que los hace actuar de forma imprevisible. Este es el caso de Díaz, un tipo que es incapaz de expresar emociones, sentimientos o cualquier otro aspecto que recuerde a un ser humano, pero cuando conoce a una Milla con unos valores extraordinarios algo cambia en él. En su lucha constante por encontrar a Justin, Milla sabe lo que quiere, tiene una meta y no quiere desviarse de ella evitando las relaciones serias, aunque conocer a James Díaz le ha supuesto un despertar a la lujuria que no esperaba.
La relación de James y Milla me ha parecido básicamente primitiva, cargada de ese tórrido erotismo al que nos tiene acostumbradas esta autora pero sin dejar atrás un atisbo de ternura desprendida de sus correspondientes situaciones personales. Pero, ¿hay amor? Sí, lo hay, pese a no ser un sentimiento desarrollado en la historia que surge de forma pausada, bella y amable para aquellos que lo sienten, es más bien un abrupto espejismo que nace y se sustenta del dolor, de la incapacidad de canalizarlo hacia sendas más placenteras. En este punto doña Howard es como un David Copperfield en el escenario, o, si queremos algo más cercano y terrenal al común de los mortales, el Juan Tamariz que esconde bajo su manga un as de corazones. Sabes que el truco está asegurado pero desconoces cómo te lo va a filtrar.
No esperaba demasiado de esta historia pero me he llevado una gran sorpresa cuando con cada página que leía se me escapaba un suspiro desconsolado y no podía abandonar su lectura. No sé si por aquello de ser madre y ponerme en el lugar de la protagonista o por la forma en que la protagonista hace frente a tan desagradable suceso, en cualquier caso, las emociones que producen leer este libro son desgarradoras, emociones que reflejan las difíciles tesituras por las que pasa esta luchadora y valiente protagonista femenina. Si algún pero tengo que ponerle a esta historia es la escasez de romanticismo tan habitual en esta autora, pero a pesar de esto el libro me ha gustado mucho. Leer esta historia ha sido como leer esa elegía que expresa el dolor y la nostalgia por lo inalcanzable, pero siempre con la incierta esperanza de poder reconstruir una vida mejor junto a los seres que más amamos.
En Obesión y venganza me he encontrado con una historia tensa y dura de principio a fin que aborda varios temas peliagudos. Con un argumento muy adictivo y unos protagonistas bien construidos Linda Howard hace gala de esa fluidez narrativa que te atrapa sin apenas darte cuenta. Sin embargo, aunque en esta novela el desenlace es el propio de toda novela romántica que se precie de serlo, el sabor agridulce no hay quien te lo quite de la boca. En mi opinión, un libro muy recomendable.
Valoración personal: Muy buena.
Crítica realizada por Sandrayruth
Madre mía, todavía estoy en estado de sock. ¡Menuda novela!!
Me ha encantado, me enganché desde la primera página y ya no pude soltar el libro. En ningún momento decae la acción, desde la primera página empieza el ritmo y no decae hasta el final. Me han encantado los protagonistas. Dos personas que llevan una carga demasiado dura a sus espaldas, pero dos personas que han decidido seguir adelante con sus vidas.
Qué decir de Milla. Por dios, esta mujer sufre lo indecible en todo el libro, me ha parecido magnífica. Todo lo relacionado con su hijo, el sufrimiento que pasa buscándolo, lo que hace para intentar sufrir un poco menos. La asociación que monta para así paliar un poco lo de su hijo. Yo no sé que hubiera hecho en su lugar, pero lo que hace Milla es quizás lo que alguna mujer en algún lugar del mundo hace, y eso te remueve algo por dentro, y aunque sé que es un libro, no he podido evitar pensar y estremecerme con todo ello.
Y de Díaz, qué decir. Me ha encantado como personaje. Cabezota, machista en muchas ocasiones, sí, el típico protagonista de la autora, pero a mi me ha encantado como personaje, y ver su evolución con Milla, cómo la protege y cuida de ella. Por favor, las últimas páginas del libro, cuándo él demuestra cuánto la quiere.... Ufff
Y de los malos, qué decir... Es verdad que alguno lo intuyes, pero hay alguno que a mí me ha dejado a cuadros aunque es verdad que se desvela enseguida. ¿Cómo puede haber gente así en el mundo? :histerica: :histerica:
En definitiva un libro que habla del amor. Del amor de una madre que lucha hasta el infinito por su hijo, y del amor de dos personas supervivientes en un mundo que no es perfecto, pero que demuestra que aun en las peores circunstancias, se puede encontrar a esa persona que te complementa...
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