Linda Howard - Valle de pasión

Crítica realizada por Maddy

El pequeño pueblo de Prosper, Colorado, está creciendo poco a poco, cada vez es más la gente que se establece allí, movidos por la abundancia de tierra y la prosperidad que se respira en los ranchos. Trás diez años de ausencia, Lucas Cochran decidé regresar al lugar de su infancia. Ahora que su padre ha muerto, el rancho objeto de las discrepancias entre padre e hijo, es suyo. Dispuesto a empezar una nueva vida y hacerse uno de los hombres más ricos del Estado tiene muchos sueños depositados en la tierra que posee. Pero para ello tiene que ampliar sus dominios. La cantidad de ganado que tiene prevista comprar para establecerse economicamente es demasiada para sus pastos, además, sus tierras dependen totalmente del riego de un pequeño riachuelo, insuficiente en las temporadas de gran sequia.

Dee Swann, vive sola en el pequeño valle de Angel Creek, llamado así gracias al rico y abundante rio que lo cruza. Se mudó a Prosper con catorce años, su madre era la nueva profesora del pueblo, sin embargo la dura vida de aquellas tierras terminó con ella a los dos años, y dos años más tarde también lo hizó con su padre, dejando a Dee sola en la vida. Ahora a sus veinticuatro años, se ha acostumbrado a vivr sola y ocupandose de la pequeña granja, así como del huerto que la sustenta. Su independencia es lo que más aprecia, aunque ha recibido varias propuestas de matrimonio, aún no ha encontrado al hombre adecuado.

En su empeño por asegurar el futuro de sus reses, Lucas encuentra los pastos adecuados para ello, Angel Creek. El único problema es que no puede reclamar la tierra para sí mismo, ya tiene un dueño. Pero, no hay nada que el dinero no pueda comprar. Con esa idea se dirige al pequeño valle. Seguro que con una bonita suma de dolares podrá persuadir al propietario. Nunca estuvo más equivocado. En primer lugar no era propietario, sino propietaria, y además, muy hermosa. En segundo lugar, Dee no acepta su oferta. Ama demasiado aquella tierra, nunca se desharía de ella.

Sin embargo, a Lucas le gustan los retos, y la bella Dee Swann, sin duda lo es. Desde el primer instante en que posó su mirada sobre ella, tuvo la certeza de que conseguiría sus tierras y a ella también. Desde entonces no deja de visitarla, tramando un plan de seducción que la ablande y conseguir sus objetivos.

Pero Lucas no es el único interesado en las tierras de Dee. El verano ha llegado, y con él una sequía que no se recordaba desde hacía décadas. Los granjeros y los hacendados cada vez están más nerviosos, viendo como sus cosechas se secan y como el ganado adelgaza rápidamente. Éste echo hace que uno de los terratenientes pierda la cabeza y movido por la locura invade el valle de Dee con su ganado. Ella les recibe con una escopeta en la mano, y no duda en abrir fuego con tal de defender aquello que es suyo. Pero, ¿qué puede hacer una mujer sola ante treinta hombres?.

Lucas, alertado de la situación, corre a salvar a la mujer que le calienta la sangre con solo dirigirle la mirada. Aunque sus intenciones no son honestas, este incidente le viene como anillo al dedo para demostrarle a Dee que no puede vivir sola en mitad de la nada. Pero una vez más tendrá que afrontar la ferrea obstinación de la mujer.


No sabía que esperarme de esta novela, debido a las críticas que había leído, en algunas la definian como inmejorable y en otras no salía favorecida en absoluto. No puedo decir que sea la novela del año, pero sí que me ha hecho pasar un buen rato. Tiene una narración rápida, no se estanca, las situaciones avanzan con ligereza, haciendo que su lectura sea ágil. Sin embargo, la historia en sí no me ha llenado, en mi opinión, la autora no ha llegado a profundizar demasiado en los personajes. Aunque se vislumbra química entre los dos, no es la misma a la que esta escritora nos tiene acostumbradas.
Paralelamente a la historia de amor entre los dos protagonistas hay otra, la de Olivia y Luis. Ésta támpoco me ha llenado, la he encontrado un poco noña y sin sentido. Para mí gusto la historia hubiese sobrevidido perfectamente sin la presencia de la misma.

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Crítica realizada por Lilian

Lucas regresa a Prosper 10 años después, para hacerse cargo del rancho familiar. Posa sus ojos sobre Olivia, que puede ser la esposa perfecta, pero sus piernas siempre le conducen a la indómita Dee (que tras unas dudas), está más que dispuesta a acogerle entre sus brazos.

Después de leer Una dama del Oeste que es un novelón y pensando, que el libro pertenece a la misma serie, te llevas un pequeño chasco al leerlo.

La parte que me gusta, es la de los esfuerzos de Dee por hacer su pequeña granja un lugar rentable. Debe defender su hogar con uñas y dientes. Joven, huérfana y con un arroyo -que es la envidia del resto de los rancheros vecinos- tiene que ahuyentar a todo forastero, que se acerca a su territorio. Con la escopeta al hombro, reparte perdigonazos a diestro y siniestro. Lucas tiene más suerte: Hace su aparición frente a la casa de Dee, y empieza a visitarla regularmente. Su relación está llena de altibajos pero cuando acercan posturas, no se andan con medias tintas. Es un Howard y como tal, tiene unas cuantas escenas hot (en ocasiones, es difícil imaginar tanta hembra subyugada...).

Las descripciones del valle de Angel Creek, son preciosas. Todo ese verdor alrededor de la cabaña, el agua cristalina regando el huerto, la vaca, las gallinas...

Mi puntuación es 3/5