Lindsay Armstrong - Sonata de pasión

Crítica realizada por LILIAN

"A pesar de los consejos de todas sus amistades para convencerla de que no lo hiciera, Hillary estaba a punto de casarse con Ray Saunders. Él era comprensivo, atractivo y la amaba. Ella sólo deseaba que sus padres fueran distintos, sobre todo el señor Saunders, hombre ambicioso y egoísta, que le hacía sentir incómoda. ¿Qué derecho tenía para echarle en cara su tempestuoso matrimonio con Clive como si fuera algo de lo que tuviera que avergonzarse?

Aquella relación ya había terminado, y pertenecía al pasado de Hillary. Su carrera como decoradora y su futuro con Ray era lo único que ahora le importaba y no iba a dejar que nadie la persuadiera de otra cosa..."

Hillary Morris, tenía apenas dieciocho años cuando se casó con el temperamental violinista Clive Eastman. Tras unas castas citas que empiezan cuando Hillary -a los cinco segundos de conocer al gran genio- acaba empapando su camisa con sus sollozos. ¿Por qué el drama? Pues porque Hillary perdió a su abuelo, hace poco tiempo, y Clive lleva un reloj igual que el suyo. Clive, queda enternecido por tanta dulzura y encima en horas laborables, se propone no dejar escapar a la damisela. El matrimonio apenas les dura un año y Hillary, queda destrozada. No entiende por qué tiene que elegir entre cuidar a su absorbente madre o marcharse de Australia junto a Clive. Total, que Clive rompe con ella como el que se quita una mota de polvo de una chaqueta oscura.

Seis años más tarde se produce -en una fiesta- el reencuentro de los antiguos tortolitos. Ahora Hillary está enamorada de Ray Saunders y ha madurado un poquito. Está a punto de fijar la fecha de su boda pero es ver a Clive, y de nuevo su vida se pone patas arriba...

La novela se me ha hecho muy pesada de leer y la he terminado, por pura fuerza de voluntad. Es curioso, pero tenía guardado este harlequin desde hace muchos años y estoy segura de que -en su momento- tuvo que gustarme mucho porque si no, me hubiera desprendido de él. Pero por más que me esfuerzo, no recuerdo nada. Desde luego mi valoración aquí y ahora, es muy negativa.

Supongo que todo podría resumirse, en que no puedo soportar las historias en las que me paso la mitad del tiempo pensando: ¡Anda...! ¡Uf, esto no hay quien se lo crea...! Y precisamente esto, es lo que me ha pasado con Sonata de pasión (por cierto, bonito título). No logro comprender la postura de Hillary. Está a punto de casarse con Ray y afirma amarle, pero se ofrece enterita a su ex marido para consolarle. Clive aprovecha la ocasión y empieza con su maratón amatorio. Os cito la escenita: Él (Clive) le hizo el amor con gran pasión y pensó que había sido para él lo que ella (Hillary) pretendía -una descarga física de su angustia mental-. ¡¡Madreeee, esta Hillary cómo se las gasta! ¡Eso sí Ray, no puede acercarse a ella ni a dos metros porque es pecado! Simplemente no encaja, que la dulce y tímida Hillary se traiga entre manos estos jueguecitos y luego la autora nos la presente virginal y apocada. Es más, ha habido veces que era tal mi perplejidad, que retrocedía unas cuantas páginas por si me había saltado alguna parte y por eso no seguía el hilo.

En cuanto a la ambientación, Lindsay Armstrong nombra mil lugares pero no profundiza en ninguno, así que, le doy también un cero patatero en este punto.

Mi puntuación, siendo muy generosa, es 1/5