Lisa Jackson - Susurros

Crítica realizada por Srta_Escarlata

Un hombre ha muerto, al parecer, de causas naturales. Otro ha desaparecido sin dejar rastro, y un tercero se ha ahogado en un lago apacible. El asesino quiere asegurarse de no dejar ningún cabo suelto, de que todos los enemigos guarden silencio. Pero todavía queda una persona que conoce su secreto. Una novela que no deja al lector indiferente y que nos muestra la buena salud que goza actualmente el género negro.

Es un pequeño resumen muy sugerente, ¿no? Debo decir que de esta autora sólo había leído Morir por ti, que no acabó de convencerme, y después de leer Susurros he llegado a la conclusión que le gustan las novelas sobre familias disfuncionales. En Susurros tenemos a los Taggert y a los Holland, enemigos irreconciliables, que seguramente podrían mantener de por vida a todo un autobús lleno de psiquiatras. Padres adúlteros excesivamente autoritarios con sus hijos, de los que esperan demasiado, hijos que compiten entre sí por la herencia familiar, hermanas que tienen relaciones tensas, adolescentes calenturientos... "Todos se acuestan con todos", dice un personaje, y tiene razón. La ambición y las relaciones sexuales son los motores de esta novela. La historia arranca en 1996, cuando el joven Harley Taggert es asesinado. En ese momento conocemos a los protagonistas de la novela (alguno de ellos todavía adolescente) y las relaciones mantienen entre ellos:
- Los patriarcas Holland y Taggert, enemigos en los negocios.
- Los hijos de Taggert: Harley (que mantiene una relación con Claire Holland, contra los deseos de las familias de ambos), Weston (sin escrúpulos, conquistador) y Paige (siempre al acecho, escuchando conversaciones ajenas y espiando).
- Las hijas Holland: Claire (enamorada de Harley, con el que piensa casarse hasta que se tropieza con Kane Moran), Miranda (seria y responsable, quiere estudiar Derecho) y Tessa (adolescente enfrentada al mundo y especialmente a su padre).
- Kane Moran, hijo de un padre alcohólico, abandonado por su madre, tiene fama de vándalo.
A raíz del asesinato de Harley, las hermanas Holland tienen que orquestar una mentira que les dé coartada para esa noche, de la que juran no volver a hablar en su vida. ¿Alguna de ellas fue la asesina? A este problema se suman relaciones amorosas entre los protagonistas, un embarazo, una violación, una desaparición y un supuesto accidente.
Dieciséis años después, Kane Moran, convertido en periodista, regresa a la ciudad para escribir un libro sobre la muerte de Harley Taggert. Este hecho coincide con el regreso de las hermanas Holland, llamadas por su padre, que va a presentarse a las elecciones a gobernador. El viejo Holland desea conocer todos los trapos sucios de su familia para adelantarse a lo que la prensa pueda descubrir una vez que se presente su candidatura, y lo que más le preocupa es que una de sus hijas fuese la asesina de Harley. Tenemos de esta forma a todos los protagonistas de la historia reunidos 16 años después, más maduros, con más vivencias a sus espaldas y con sentimientos (odio, amor, resentimiento) que han sobrevivido todos esos años. La intriga está servida, porque, al tiempo que las hermanas Holland intentan ocultar lo que realmente sucedió aquella fatídica noche, Kane y un misterioso investigador privado pretenden descubrirlo. Por su parte, Weston Taggert considera que las cosas están bien como están, y Paige tiene secretos que no ha desvelado a nadie.
En resumen, es una novela entretenida (también previsible) que narra los hechos sucedidos en 1996 y lo que sucedió 16 años después. Debo decir que mientras leía los hechos del pasado, con los protas adolescentes o recién salidos de la adolescencia, alucinaba con lo calenturientos que estaban y lo maquiavélicos que podían llegar a ser. No sé, no me parecieron creíbles del todo. Me parecían chicos con comportamiento de adultos. Por otra parte, me parece asombroso el hecho de que se mantengan relaciones sexuales con tanta frecuencia y sin usar ningún tipo de preacaución (lo asombroso es que sólo haya dos embarazos después de tanto desenfreno).
Hay algún aspecto de la trama que no queda claro, pero no es esencial.
En cuanto al lenguaje de la novela, me rechina el leísmo constante: el uso de "le" en lugar de "la" (ej. "le vio", cuando se refiere a "ella"). Otra cosa que me molesta es que a veces, en contextos inequívocos, se utiliza el nombre de un personaje por el de otro.