Lola Vilchez - La felicidad se conquista

Crítica realizada por Clara

Soy lectora habitual (más bien devoradora de libros cuando el trabajo me lo permite) y me gusta la novela romántica de todo tipo, si bien de un tiempo a esta parte prefiero la que se sitúa en la época actual, quizás porque las historias me resultan más cercanas y tengo la impresión de que puedo cruzarme en la calle con alguno de los personajes que les dan vida y yo, igual que la protagonista de esta novela, también soy una soñadora.

Me bajé LA FELICIDAD SE CONQUISTA porque estaba encuadrada en ese género y porque, lo confieso, estaba en una promoción gratuita en Amazon, ya que tampoco conocía a Lola Vilchez, la autora. Así que después de unos días almacenada en mi ebook me decidí a leerla aunque sin demasiadas expectativas. Hace mucho que no “quemo pestañas” en novelas que no me emocionen y no tengo el más mínimo reparo en abandonar una lectura si lo anterior no se cumple.

Ha sido toda una sorpresa. Me ha encantado de principio a fin. Me enganchó en las primeras páginas y no exagero si digo que la leí casi del tirón, una vez empecé no podía dejarla.

Para que una novela me enganche ha de tener unos requisitos mínimos: que la historia despierte mi interés y esté bien contada, sin aburridas descripciones paisajísticas de tres páginas que me hagan saltarme párrafos enteros, que los diálogos sean vivos, frescos y me trasladen la emoción de las palabras que contienen, y que los personajes también me resulten interesantes y atractivos, tanto en su carácter como en las cosas que hacen, por tanto han de estar muy bien dibujados. Y no sólo los protagonistas, me gusta que los secundarios y las historias paralelas tengan peso dentro del relato principal.

Bien, pues esta novela cumple sobradamente con todo lo anterior. La historia, una preciosa historia de AMOR con mayúsculas, es diferente, sugestiva y, más que nada, es la historia más romántica y bonita que he leído últimamente.

No quiero desvelar la trama de la novela porque merece la pena sorprenderse al ir descubriéndola, únicamente diré que más que engancharme, me ha enamorado. Me ha hecho soñar, reflexionar acerca del destino y de las pequeñas decisiones que se van tomando en el día a día a las que no damos importancia, sobre lo que deseamos y lo que realmente hacemos para conseguirlo, me ha hecho sonreír en ocasiones y emocionarme con el final. Hay pasajes concretos y diálogos entre los protagonistas que me han hecho contener la respiración.

La novela nos lleva por diferentes lugares como Miami, Catar o el Caribe y pone a nuestro alcance el mundo de las grandes empresas y los grandes negocios. Los dos protagonistas, Paula y Robert, están perfectamente descritos, ella como una romántica y soñadora sin remedio que se esconde tras el disfraz de brillante y distante ejecutiva, y él como un hombre poderoso, calculador, serio y seguro de sí mismo que teniéndolo todo, desea lo único que no puede tener: un hijo.

Ambos lucharan con las armas de las que disponen, Paula con su romanticismo y Robert con su sentido práctico, para llegar al punto común que tanto ambicionan: la felicidad.

Me ha gustado especialmente la exquisitez, la delicadeza con que la autora nos transmite la fuerte atracción y la pasión existente entre los protagonistas, totalmente acorde con el final del libro y sin caer en la tentación de recreaciones puramente físicas que muchas veces sobran. La historia transcurre entre el pasado y el presente y el lector cruza esa línea con una facilidad asombrosa.

En cuanto a los secundarios, decir que también en ese punto mis expectativas se han cubierto con nota. Uno de ellos, Eduardo, un guapo, divertido y carismático cura mexicano, he de reconocer que es mi favorito. Se merece una historia para él solo.

En fin, no soy crítica literaria y por tanto nunca me atrevería a calificar rotundamente una novela como buena o mala, prefiero moverme en el terreno del me gusta o no me gusta, y en este terreno vuelvo a repetir que ME HA ENCANTADO.