Lori Wilde - La conquista del placer

Crítica realizada por Mailo

Había merecido la pena esperarla diez años...

Abby Archer siempre se había considerado tranquila y serena... quizá alguna vez hasta reprimida. Pero eso había acabado en el momento en el que su prometido la había dejado por una bailarina exótica. Había llegado el momento de volverse salvaje y traviesa, y para ello iba a necesitar a un hombre muy especial, como ése al que había rechazado diez años atrás y con el que había seguido fantaseando desde entonces.

Diego Creed llevaba años guiando a los turistas por el desierto. De pronto, apareció su amor de la adolescencia. Él se propuso realizar un itinerario que iba a poner patas arriba el pequeño mundo de Abby... y la primera parada era un encuentro sexual.

Es entretenida y me ha gustado la protagonista por eso de liarse la manta a la cabeza y decidir que ya está bien de ser una mujer sensata y tranquila. De vez en cuando hay que hacer alguna locura y ella decide lanzarse al vacío cuando su prometido la deja por una bailarina. Tampoco demasiadas locuras, claro, porque pueden afectar a la carrera de su padre.

Como ayuda tiene a una buena amiga, Tess, que la incita a gastarse el dinero que tenía reservado para irse de viaje con su novio.

En la novela se toca el tema del abandono maternal y la obsesión de la protagonista por hacerse querer como sea por su padre. Por eso, casualmente, ha sido una muchacha muy protegida, tal vez para que no haga las mismas locuras que su madre.

Diego es un protagonista que sabe estar, que es agradable y que ha estado encandilado por Abby hace años. Hubo de irse por problemas familiares porque se llevaba mal con su madrastra y porque Abby no le prestó el apoyo debido cuando hubo de hacerlo.

Sí, hay una pincelada de rencor y querer vengarse cuando vuelve a encontrar a la chica, pero puede más la antigua pasión, ahora es otro hombre, es libre e independiente y ha conseguido crear un mundo feliz a su alrededor disfrutando de lo que hace.

Lectura fácil, sin irse por las ramas, con un romance bonito y agradable, con alguna escena calentita sin muchas pretensiones, y buenos secundarios.