Lydia Dare - El encanto de un lobo

Valoración:

Crítica realizada por Mencía

Libro 1 de la serie "Los hermanos Westfield".

Simon, duque de Blackmoor, es el cabeza de familia de los Westfield, un clan compuesto por hombres lobo. Rico, poderoso y atractivo, ha llevado una vida salpicada por el escándalo. Todo el mundo lo teme y lo respeta, todos excepto Lily Rutledge, una mujer tan indomable como él y cuyo encanto es más fuerte que el de la luna. Lily acude a Simon cuando Oliver, su querido sobrino, empieza a comportarse de un modo inexplicablemente salvaje. Pero el concepto que él tiene de la palabra «ayudar» es muy distinto del suyo y, sin poder evitarlo, Lily se encuentra instalada en la mansión del duque y prometida a ese granuja que le quita el aliento.

¿Qué ocurre cuando mezclamos un arrogante, pendenciero y vividor duque, con corazón de lobo, y una perfecta dama, decida y vital? Pues que si viene de la mano de esta autora, por lo que he comprobado, una novela para disfrutar desde el principio hasta el final.

Nunca había tenido ocasión de leer a Lydia Dare y lo cierto es que tras la lectura de El encanto de un lobo, estoy deseando tener de nuevo la oportunidad de hincarle el diente a otra de sus novelas. Me ha ofrecido unos personajes estupendos y con carácter, unas escenas y unos diálogos con esa tensión que siempre espero hallar, y además, ese ingrediente paranormal que hace volar la fantasía. Debo reconocer que después de tanto ser oscuro, maldito y tenebroso encontrarme con un lobo como el duque de Blackmoor ha resultado de lo más adictivo y refrescante.

Simon, el protagonista, es altivo y lascivo, rico y atractivo, y tiene un genio de mil demonios. A la muerte de su primo se encontró con la responsabilidad de que había sido nombrado tutor de Oliver, el hijo de su primo que había quedado huérfano. Pero siendo un niño pequeño y contando con que la tía por parte de madre quería hacerse cargo de él, no tuvo mayor reparo en dejarlo a su cuidado.

Lily, después de la muerte de su hermana, recibió como una bendición poder dedicarse al cuidado de su pequeño sobrino. Sin embargo, en los últimos meses, el muchacho está cambiando de forma alarmante y no solo por la imponente constitución física que está desarrollando, de hecho lo que más le preocupa es la forma en que está variando su personalidad, manifestando un carácter bastante rebelde y agresivo, muy lejos de la dulzura de la que antes daba muestras. Lily no duda de su buen corazón y del cariño que Oliver le profesa, pero es muy consciente de que poco a poco está perdiendo el control sobre él y teme que ella no tenga la suficiente fuerza para reconducirlo.

Durante años Lily ha estado enviando cartas a su tutor para no recibir respuesta alguna por su parte. Tal muestra de despego no ayudaba en nada a mejorar el concepto de crápula que de él tenía. Su vida licenciosa, de la que está al corriente toda la sociedad, no era de su incumbencia, pero sí procurar lo mejor para Oliver, su sobrino. Y dados los cambios que se estaban operando en el muchacho, el duque iba a tener que ofrecerle su ayuda.

La secreta herencia del duque se manifiesta en todo su esplendor con la luna llena y la joven dama tiene la desgracia de acudir a su encuentro en los días previos, cuando Simon es muy consciente de que apenas puede controlar sus instintos. Estupenda escena en la que se nos presenta a un maleducado y hosco duque, desesperado por controlarse, y a una dama determinada a que la atienda.

Desde ese momento, comienza la lucha entre la atracción instintiva que siente el lobo y la necesidad de protegerla de él, que siente la parte humana de Simon. Echarla de la mansión ducal tras darle con la puerta en las narices es el primer paso, y salir tras ella, tras recapacitar y darse cuenta de lo que le estaba pasando a su sobrino, el segundo.

Dadas las circunstancias el muchacho no podrá seguir viviendo con ella y Simón tendrá que hacerse cargo de que Oliver aprenda a aceptar su oscura herencia. Pero ¿cómo privar a Lily de la compañía de Oliver? ¿Cómo podrá explicar la necesidad de que se separen sin desvelar su secreto? Y ¿cómo podrían vivir todos juntos cuando no puede controlar el instinto que le llama a arrojarse encima de ella?

Está claro que en esta novela al protagonista le espera una hercúlea tarea abocada al fracaso más absoluto.

El encanto de un lobo es una estupenda novela de Regencia aderezada por la complicada personalidad de un protagonista masculino que es mitad lobo. Entretenida, divertida y adictiva, cuenta con unos maravillosos secundarios, y con ese punto de tensión que te mantiene siempre alerta. La pareja protagonista ha sabido ofrecerme toda esa gama de sentimientos que espero encontrar en una novela romántica, junto con los enfrentamientos, dudas, pasión, reconocimiento, amor y rendición, e incluso ese pellizco de protectora posesión y lascivia que suele acompañar a los lupus man.

Estupenda tarjeta de presentación para una serie y una autora, que sin duda será del gusto de gran número de lectoras. En mi caso, y después de tener ocasión de conocer en esta novela a William, el segundo hermano de la familia Blackmoor, y a Prisca, la muchacha que espero que le haga morder el polvo, cuento las horas para poder conocer su historia.

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