Lynn Shepherd - Crimen en Mansfield Park

Valoración:

Crítica realizada por Srta_Escarlata


Las cosas en Mansfield Park han cambiado...

Si hay un personaje de Jane Austen que despierta rechazo, ésa es Fanny Price, la moralista, insípida y tímida protagonista de "Mansfield Park". Por ello, Lynn Shepherd no ha podido resistir la tentación de transformarla en un personaje radicalmente opuesto. Fanny es aquí una rica y malcriada heredera, y Mary Crawford se ha convertido en un ser bondadoso que sufre todo tipo de humillaciones a manos de su vengativa vecina. Cuando Fanny es asesinada en los jardines de Mansfield Park, Mary asume el protagonismo, aliándose con el investigador Charles Maddox para resolver el crimen.

Los protagonistas, escenarios y episodios son los mismos que en el clásico de Jane Austen, pero vistos a través de un prisma totalmente distinto. La ironía de Austen se combina con la acidez de la novela negra, lo que convierte a "Crimen en Mansfield Park" en una novela brillante que enriquece el universo de Jane Austen.


No he leído "Mansfield Park", por lo que sólo puedo valorar "Crimen en Mansfield Park" sin entrar a compararla con la obra de Jane Austen, de la que sólo sé que Fanny Price es una huérfana pobre acogida por sus parientes los Bertram, y que Mary Crawford es una oportunista en busca de un matrimonio ventajoso.

En “Crimen en Mansfield Park”, Fanny Price, huérfana, heredera de una gran fortuna, es acogida por sus tíos los Bertram en su hogar de Mansfield Park. La familia Bertram tiene dos hijos y dos hijas, y, además, con ellos viven los Norris: la hermana viuda de lady Bertram y Edmund, el hijastro de la señora Norris. Desde la llegada de Fanny a Mansfield Park, la señora Norris ha ido preparando el camino para que en el futuro se celebre la boda entre la joven heredera y Edmund; todos en la casa cuentan con ello, incluso los dos futuros "novios", que parecen resignados a ese matrimonio.

Sin embargo, Masfield Park no es un hogar feliz. Fanny es una joven altanera y orgullosa que desprecia a todos los habitantes de la casa, y se lo hace pasar especialmente mal a sus dos primas, aunque en presencia de sus tíos siempre adopta la apariencia de una muchacha dócil y dulce.

Esta vida se ve completamente alterada cuando Mary y Henry Crawford, hermanos “pobres” de la esposa del reverendo Grant, llegan a la casa rectoral próxima a Mansfield Park. Mary es una joven inteligente y perceptiva que pronto se hace amiga de las hermanas Bertram, aunque se gana inmediantamente la antipatía de Fanny, quien le gasta alguna fea jugarreta. La señora Norris ve a Mary como una amenaza para Fanny, pues piensa que puede sentirse atraída por Edmund debido a la buena situación económica de éste. De esa manera, cada vez que Mary está cerca, la señora Norris no ahorra desprecios y malas respuestas para ella. Por su parte, Henry es una avispado paisajista que pronto se pone al servicio de lord Bertram para mejorar el aspecto de Mansfield Park, y, al mismo tiempo, intenta atraer la atención de Fanny con la esperanza de conquistarla.

Para complicar un poco más el asunto, en Mansfield se presenta el señor Rushworth, por cuyas atenciones rivalizan Fanny y María Bertram. Fanny demuestra gran desprecio hacia su prometido Edmund; María y ella riñen acaloradamente por el señor Rushworth; el señor Rushworth flirtea con Fanny; Edmund parece sentir algo por Mary; Mary cree que se ha enamorado de Edmund; Henry intenta conquistar a Fanny, quien también lo desprecia... Todo ello sin que los señores Bertram y la señora Norris se enteren de nada.

En este estado de cosas, un día, Fanny desaparece. Lo que todos pensaban que había sido una huida con un amante desconocido, pronto se convierte en un horrible asesinato. Y mucha gente en Mansfield Park tenía motivos para eliminar a Fanny Price. Charles Maddox, detective londinense contratado por los Bertram, intentará encontrar al culpable, para lo cual debe descubrir los intereses ocultos de los habitantes de la casa.

En cuanto a los personajes, Fanny Price es una joven despreciable y orgullosa, que se deja manejar (aparentemente) por su tía Norris hasta que aparece en escena el señor Rushworth y le hace ver que con su fortuna puede aspirar a algo más que a Edmund Norris. Si la joven no tuviese ese carácter tan orgulloso, incluso podríamos sentir cierta simpatía hacia ella, que está “atrapada” en la familia Bertram y es conducida a un matrimonio del que no está convencida. Pero la solución de Fanny es burlarse de Edmund y hacerle ver que ya no quiere casarse con él, aunque sin confesárselo claramente. Al mismo tiempo que empuja a Mary Crawford hacia Edmund, ingenia trampas que dejen en ridículo a esta joven, que, realmente, no ha hecho nada para ganarse su antipatía.

El personaje más odioso de la novela es la señora Norris, con sus ínfulas de grandeza y su manifiesto desprecio por los que considera inferiores. Ningunea a su hermana, lady Bertram, y es quien de verdad dirige la vida doméstica de Mansfield Park. Tiene a Fanny en un pedestal y no conoce su verdadero carácter, por lo que menosprecia a sus sobrinas Bertram y a Mary, a quien considera una oportunista.

Las hermanas Bertram, María y Julia, sufren las iras y el desprecio de Fanny, que las considera inferiores y menos hermosas. María, que está en edad casadera, se enfrenta a Fanny por el señor Rushworth, pero, dada la herencia de la señorita Price, está en desventaja para ganarse el favor del caballero. Julia es una adolescente a quien la tía Norris riñe continuamente por cualquier nimiedad; sufre porque, a instancias de Fanny, se van a talar todos los árboles de la alameda de Mansfield para mejorar el aspecto del lugar.

Edmund Norris es un calzonazos que se deja manejar por su madrastra, y que nunca le hace a Fanny ningún comentario acerca de su comportamiento. Parece sentir algo por Mary Crawford, pero Fanny se arregla para que la joven quede mal a sus ojos en alguna ocasión.

Henry Crawford intenta mejorar su situación económica conquistando a Fanny, pero ella se lo pone muy difícil. Él no oculta sus intenciones a su hermana, y la propia Fanny sabe que su herencia despierta el interés de muchos pretendientes. Quizás parece un tanto atolondrado, y tiene un pasado oscuro, pero los sufrimientos lo convierten en un joven sensato.

Mary Crawford, la protagonista de la novela, es una recién llegada a Mansfield que sufre el desprecio de la señora Norris y las trampas de Fanny, cuya doblez descubre muy pronto. Su inteligencia y perspicacia pronto la hacen ver cómo son las relaciones familiares en Mansfield Park, y la llevan a ayudarle a Charles Maddox a descubrir al asesino de Fanny. Ello la conducirá a un terrible dilema y, finalmente, a encontrar el amor.

Tal vez el final de la novela es un poco apresurado, se echa de menos saber lo que siente lady Bertram ante tanta desgracia como afecta a su familia, nadie parece revelar el verdadero carácter de Fanny a sus ignorantes parientes, el pasado oscuro de Henry sigue siendo igual de oscuro, su reconciliación con los Bertram es demasiado dulzona, no sabemos cuál va a ser el futuro de María Bertram, Mary se convierte en una Jane Austen...

En conclusión, “Crimen en Masfield Park” es una entretenida novela en la que Lynn Shepherd intenta imitar el estilo de Jane Austen, y, desde mi punto de vista, lo consigue; también el ambiente social que se recrea en esta novela es perfectamente identificable con el de las obras de Austen: el comedimiento de la gente de clase social acomodada, las conversaciones políticamente correctas, las apariencias, las introspecciones de algunos personajes, el análisis de sentimientos, la protagonista espabilada (Elizabeth Bennet, Emma...), etc. Hay, sin embargo, alguna cosilla que seguramente nunca veríamos en una obra de Jane Austen, como la tortura para obtener información, algún ligero insulto, la descripción de un cadáver, la abierta mención de amantes... En esta sociedad encorsetada y ceñida al saber estar y al guardar las apariencias, sólo los criados conocen realmente cómo son sus amos y cuáles son los movimientos que intentan ocultar a los demás.

Como he dicho al principio, no he leído “Mansfield Park”, por lo que no puedo hacer una comparación entre esa novela y “Crimen...”, pero la autora, pese a transformar los personajes, mantiene el decoro que corresponde al estilo de Jane Austen y a la sociedad que ella refleja en sus novelas.  

Un 4.

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