Madeline Hunter - El embaucador

Crítica realizada por mc2

Adrian Burchard, tercer hijo del conde de Dincaster es enviado a París con la misión de traer de vuelta a Inglaterra a la errante duquesa de Everdon. Tras la muerte de su despótico padre, Sophia Raughley, duquesa por derecho propio, ostenta uno de los títulos más poderosos de la nobleza. La tarea encomendada a Adrian es llevar a Inglaterra a Sophia con la intención de votar a favor de los conservadores y de ese modo rechazar un proyecto de reforma.
Adrian no puede fallar, su propio futuro está en juego. Sophia no quiere volver a Inglaterra.
¿Cómo puede Adrian conseguir que todo se mantenga en su lugar sin la ayuda de Sophia?

Novela de la Regencia muy bien recreada por la autora, Madeline Hunter, se centra en un periodo de revueltas acaecidas en Inglaterra entre 1831-1832. Utilizando este hecho de fondo dará forma a una bonita historia de amor entre Sophia Raughley, dama importante de la nobleza, y un diputado del parlamento, miembro de la Cámara de los Comunes, controlado por ella. Se trata del tercer libro de la serie Amantes Indomables pero, como El Seductor y El Santo, se pueden leer de forma independiente.

El primer encuentro de Adrian y Sophia no es el más adecuado para hacerse una idea de una mujer, pero el estado escandaloso de la dama, medio desnuda, drogada y en brazos de un espléndido joven extranjero, le llevarán a pensar a Adrian que su misión no va a ser tan fácil como en principio había supuesto. Escogido tal vez por su paciencia y caballerosidad deberá hacer gala de sus cualidades para llevar de nuevo a Inglaterra a tan extravagante dama. Cargado con una duquesa reticente de veintinueve años, y sus múltiples mascotas, entre ellas un ocelote y una iguana, deberá conseguir dejar atrás a dos poetas, un novelista y un compositor a los que ella además mantiene. Tarea muy difícil que le llevará más de un quebradero de cabeza. Los recuerdos que guarda Sophia de su pasado en Inglaterra le producen tanto miedo y terror que la infelicidad amenaza con ahogarla, y presentará un montón de dificultades a Adrian durante buena parte de la novela. Pero, en Inglaterra, hay grandes peligros a los que deberán enfrentarse. Un antiguo revolucionario deportado por el padre de Sophia, un antiguo pretendiente muy cercano a su padre y un pueblo soliviantado y cercano a la rebelión. Sophia deberá enfrentarse a sus fantasmas si quiere ser feliz y mejorar las condiciones de vida de sus arrendatarios. También deberá aprender a confiar en Adrian, el único que de verdad siempre se encuentra a su lado sin juzgarla, y dejar de lado las sospechas y rumores a los que hace caso. Tras caer gravemente herido en su afán por mantenerla a salvo, y con mucho tiempo para pensar y actuar, ella tomará una drástica y difícil decisión en cuanto a sus candidatos. Las pesquisas llevadas a cabo por Colin, el hermano de Adrian, llevarán a descubrir al verdadero impostor, un individuo rastrero y peligroso culpable de muertes hasta ese momento insospechadas, y que pondrá en apuros a los protagonistas.

La novela me ha resultado entretenida pero poco más. Los aspectos políticos en los que se basa la novela me han hecho perderme más de una vez, e incluso he tenido que volver a releer los párrafos, pues no sabía si tendrían importancia después. El personaje de Adrian me ha gustado. Siendo bastardo de un conde, y con una infancia no muy feliz, ha luchado por hacerse a sí mismo gracias a su paciencia y tenacidad. No juzga a Sophia en ningún momento, pero siempre está a su lado apoyándola en todo. Incluso no espera nada de su aventura amorosa pues como bastardo de un noble no puede ni quiere que piense que para él Everdon es más importante que la mujer que ama. El personaje de Sophia en cambio no me ha gustado tanto. Me ha parecido frívola y demasiado excéntrica rodeada de animales exóticos y admiradores viviendo a su costa. Con todo el poder de su familia, e incluso después con el suyo debería haber sido capaz de luchar más por su vida.

Le doy un 3 sobre 5.