Marc Levy - Siete días para la eternidad

Crítica realizada por Luciago

No solía leer libros de literatura romántica escritos por autores masculinos, pero viendo lo que me ha pasado con José de la Rosa, decidí intentarlo con otro de los autores franceses más reconocidos, además de tener a una gran amiga que lleva tiempo insistiendo en que lea algo de él y que luego juzgue.

En mi última visita a la feria del libro encontré esta pequeña novela en un expositor, muy rebajada de su precio, y decidí comprarla porque me llamó muchísimo la atención la sinopsis y, además en algunos blogs de Internet he leído algunas buenas opiniones de él, de hecho he leído muy buenas opiniones del escritor en todas partes, así que he decidido empezar por una de sus obras menos notables, por así decirlo.

Lo primero que me ha llamado la atención es que el mal esté representado por el género masculino y el bien por el género femenino, aunque los dos a efectos del físico sean bastante atractivos, porque Lucas pese a ser un demonio y portarse realmente maleducado a todos los niveles y malvado, es muy guapo y Zofia es preciosa, como lo que es en la realidad: un ángel.

Lo que ni Dios ni Lucifer pensaban cuando decidieron esta última batalla mandando a sus dos mediadores a la tierra es que cuando se conocieran se iban a enamorar, cosa que sucede aunque ellos no saben en un principio quién es quién.

La batalla empieza a la par. Lucas está decidido a romper la economía de San Francisco y para ello no tiene escrúpulos y hace todo lo que puede sin importarle las consecuencias, lo que pasa es que Zofia está en la otra punta defendiendo la postura del bien.

Ya van por el quinto día, Dios y Lucifer van teniendo crónicas de lo acontecido en la tierra y los nervios se van erizando. ¿Quién ganará la contienda? ¿Ganará el bien o el mal? Lucas duda, pero Zofia también... el amor es fuerte y poderoso...

Toda historia, por pequeña que sea, tiene sus personajes secundarios que te llaman la atención y en esta a mí me han gustado y mucho Reina, la anciana casera que acoge a Zofia en su casa y tiene sus misterios. Mathilde, la camarera y ex drogadicta amiga de la protagonista, que además es protegida suya; otro de sus protegidos y también con su pasado misterioso es el viejo mendigo Jules y un inspector, que se ocupa de descubrir el sabotaje que sucede en los muelles Pilguez, todos muy bien retratados y muy implicados en la historia.

Pese a lo corta que es me ha gustado su originalidad su maravillosa y sencilla prosa, la intriga bien llevada hasta prácticamente el final y el velado sentido del humor que se siente en la narración.

No tiene capítulos, son siete días y en ellos van sucediendo los hechos que van a determinar la eternidad de Lucas y Zofia, y por lo tanto la del mundo, si se decantará por el bien o por el mal o tal vez por un término medio, que es donde realmente está la virtud.

Una novela bien escrita que te atrapa desde el principio, que va subiendo el ritmo conforme vas adentrándote en la trama y que termina con un final que no te esperas y que me ha encantado.