María Border - Siete motivos para no quererte

Crítica realizada por Paula

Ella es una fotógrafa profesional, amante de las causas nobles. Él, un empresario que quiere vengar el destino de su padre. En bancarrota y responsable de la inmobiliaria que heredó, Gabriela acepta la oferta de Adrián para cubrir sus deudas. Pero desde el comienzo comprende que deberá saldar el préstamo con intereses.

Obsesionado con su venganza, la toma como único blanco de su odio, obligándola a trabajar para su empresa, sometiéndola a una y mil humillaciones.

Sin embargo, el contacto cotidiano los enfrentará a un sentimiento que desconocían y nacerá entre ellos un amor inesperado.

¿Podrá él dejar atrás su rencor? ¿Podrá ella perdonar su hostilidad?

Tengo que decir que así, al primer golpe de vista, la sinopsis no me atraía demasiado, porque no alcanzaba a ver hasta qué punto podía llegar la venganza del protagonista sobre la chica. Es que estoy harta de ver novelas en que la protagonista pasa las de Caín, y si soy sincera no me gustan nada.

No es de ese tipo este libro. Es más, me ha encantado leerlo porque he encontrado una escritura muy cuidada y una historia que atrapa.

No es muy largo, ni siquiera llega a las 300 páginas, pero no tiene desperdicio ninguna de ellas.

El argumento trae a colación lo mala que puede llegar a ser la venganza. Claro que dependiendo de lo que le haya pasado a uno, hasta se puede entender que quieran resarcirse de lo padecido. Eso es lo que le sucede a Adrian, un hombre serio, al que le importa sobre todo su empresa, y que guarda un resquemor de antaño que llega a convertirlo en un sujeto agrio y hasta hiriente.

Gabriela también me ha gustado como personaje principal, ya que la autora la viste de sentimientos honorables, defendiendo causas a veces perdidas.

Se dice que los hijos no deben pagar los errores de los padres, pero en la mayoría de las ocasiones se queda en un dicho, y la realidad es más dura porque el rencor está en el ser humano, más o menos escondido, pero latente, cuando al que hacen daño es a una persona a la que se quiere.

Una relación amor-odio en la que vamos pasando por distintos momentos de la pareja, desde que se conocen y él intenta vengarse de ella haciéndola culpable de la ruina de su padre, hasta que el roce va limando asperezas y él se da cuenta de que, en lugar de odiarla, se ha enamorado y no quiere dejarla escapar.

Una historia bonita, que yo recomendaría.