Maria Daniela Raineri - Menos mal que te tengo

Crítica realizada por kkekka

Allegra tiene diecisiete años, y a veces se siente transparente. Sus padres apenas si se ocupan de ella. Las compañeras del nuevo instituto la excluyen de su círculo. Y después está Gabriel, el chico perfecto, que la trata como a una hermanita menor. Luisa tiene treinta y cinco años y a veces se siente insatisfecha. Trabaja en un banco, es soltera y mantiene una relación desafortunadísima con un hombre casado.
Allegra y Luisa no se conocen, pero un incidente que cambia las vidas de ambas de forma radical hace que se encuentren. Allegra tendrá una oportunidad para volver a sentirse parte de una familia. Sin embargo, parece empeñada en alejar de sí a todas las personas que la quieren. Menos mal que las amigas de verdad siempre están a mano...

Allegra es una adolescente de diecisiete años que vive con una madre adicta a las operaciones de cirugía estética, al culto al cuerpo, la belleza exterior y la ropa. Todo esto se lo intenta inculcar a su hija, una joven que se ve a sí misma como alguien que no encaja en ningún grupo. Ni es lo suficientemente superficial para encajar en el grupo de las guapas, ni lo suficientemente inteligente para hacerlo en el de las feas.
También vive con un padre que apenas las hace caso y apenas se molesta en ocultar el hecho de que lleva una doble vida.
En el instituto su vida social va de unas amigas con las que no está especialmente unida y que se interesan más en criticar la imagen, novios, errores, etc de las otras y su deseo por conseguir algo con su amor de siempre, Gabriele. Gabriele es un chico guapo, culto, que se lleva a todas las chicas con solo una sonrisa y que parece que la considera como una hermana pequeña.
Toda su vida cambia cuando sus padres deciden hacer un viaje a Kenya y mueren en un accidente. Justo la noche en la que ella estaba a solas con Gabriele le comunican la triste noticia. Su vida entonces parece detenerse, o avanzar en sentido opuesto al que ella deseaba. Ha de irse a vivir con su abuela materna a una casa a hora y media del instituto, donde le espera una pareja de ancianos compuesta por una mujer alcohólica y un hombre medio senil. Ella lo soporta como puede, sorprendentemente la ayuda de Gabriele y el comienzo de su relación forma parte de eso.
Un día mirando el portátil de su padre, descubre unos correos de este con su amante. Leyéndolos ve reflejada en ellos a una mujer a la que le gustaría conocer y semanas después va a su encuentro. En un principio no le da su verdadero nombre, pero cuando lo hace todo parece encajar e incluso parece que se llevan bien, tanto que Alegra se va a vivir con ella.
Luisa es una mujer de más de treinta años, de carácter jovial y dulce, a la que le sobran unos kilos y que estaba profundamente enamorada de su padre. Al conocerla Allegra entiende muchas cosas y ve en ella una mujer totalmente opuesta a su madre.
Aunque la convivencia a veces es difícil y ambas tienen problemas a los que enfrentarse en sus vidas, forman un pequeño núcleo donde sentirse seguras que esperan no se rompa. Pero quizá el futuro y las circunstancias les pongan retos.
Nuevos hombres en su vida, los celos horribles que se apoderan de Allegra y que no le permiten disfrutar de su relación, la madurez a la que deben enfrentarse ambas.

Esta es una novela que se lee muy rápido, apenas he tardado día y medio. Pero me temo que se puede olvidar igual de rápido. No es una historia original, aunque eso no tiene porqué ser malo. 
Es una historia de amistad, de amor y familia, con risas y dramas.
En las solapas del libro vienen las palabras del director que adaptó la novela alabando los personajes protagonistas. Califica a las dos protagonistas como “dos mujeres extraordinarias y dos heroínas". Personalmente no estoy de acuerdo.
Si algo tienen de bueno estas dos protagonistas es la normalidad de las mismas. Poseen muchos de los defectos que nos gustaría negar en el género femenino, pero que ahí están: la necesidad de gustar por nuestro físico tanto a los hombres como a las mujeres, la necesidad de tener una pareja, la preocupación por tener hijos o no quedarse solas ya sea por nosotras mismas o por el qué dirán… Muchas de estas cosas aparecen en la novela, tanto en la protagonista adolescente como en la treintañera. Pero también aparecen esas cosas buenas: el espíritu de lucha, la amistad (mención importante para las amigas de Luisa, fantásticas), el no rendirse jamás…
Cierto que muchas veces no las entiendes en sus reacciones o actos, incluso no aceptas lo que hacen, pero su carácter lo justifica. Eso la autora lo deja claro. Son dos personajes bien definidos, te gusten o no, estés de acuerdo con ellos o no.
Allegra y Luisa se protegen, se cuidan y discuten. Son una familia unida por el azar y un suceso inesperado, pero afortunado en el fondo. Luisa calma a una Allegra que se desboca por momentos y que no sabe cuál es su sitio. Allegra da a Luisa un motivo para salir adelante cuando creía que todo había acabado.
Los que peor parados salen son los hombres. Salvo Gabriele chico culto, sensible, que ama a Alegra y que hace todo lo posible por estar con ella pese a muchas cosas.
Lo que menos me ha gustado es el abuso que hace en las últimas páginas de elementos dramáticos, que se acercaban a un final más que predecible. Esto contrasta con el tono del libro que en un principio es bastante ligero, hasta el punto de hacerme dudar si estaba leyendo un libro juvenil. La parte de las adolescentes llega recordarme al estilo Moccia, pero más profundo.

Es un libro muy ligero, para leer sin problemas. Mi valoración es: Bueno