Marisa Grey - Una dosis extra de amor - Be My Valentine

Crítica realizada por Katon

San Valentín se acerca. Para muchos es un día para celebrar el amor y la amistad, pero para Sabrina y Cameron es un día como cualquier otro porque ninguno de los dos cree en el amor. Además están demasiado ocupados en su peculiar guerra de vecinos. Lo que ignoran es que San Valentín es algo más que una fecha o una cita romántica: algunos se juegan mucho ese día.
La intervención de dos hombrecillos de aspecto inocente cambiará las vidas de Sabrina y Cameron gracias a unas cuantas dosis extra de amor.

Sabrina es una joven que regenta una floristería. Su vida es solitaria y en breve llegará el día más importante del año para su negocio, San Valentín. Si solo su ruidoso vecino pudiera dejarla dormir.

Cameron es un pintor que se ha trasladado de ciudad para olvidar a su ex. Cuando mejor trabaja es por la noche y con música de jazz de fondo, además odia que lo interrumpan. Por eso, cuando su enfadada vecina llama a su puerta de madrugada para ordenarle que baje la música, no duda en cerrarle la puerta en las narices. Tras un par de enfrentamientos, Cameron deberá llevar a Sabrina al trabajo, a partir de ese momento un suceso inesperado conseguirá que Sabrina pose para Cameron.

Primer relato que leo de esta antología, sí, ya sé que no es el primero, pero en estos casos me gusta abrir el libro por una página al azar y leer ese relato (aquí no he podido disfrutar del encanto de pasar las páginas y me he tenido que contentar con poner una página al azar)

Este relato está ambientado en el día previo a San Valentín y tiene como personajes secundarios a dos angelotes muy particulares.

Me lo acabo de terminar ahora mismo y no sé qué decir. Creo que el relato quiere ser gracioso, y algunos de las escenas de los dos cupidos pueden hasta conseguirlo, pero en general me ha dejado un poco indiferente. Una de las cosas que me han hecho pensar esto es que hay muchos detalles que se quedan por el camino, como por ejemplo que él se vaya a comprar flores y deje tanto la puerta de la calle, como la de su casa abierta, y en plena nevada. O que a los dos los abandonaran o traicionaran poco antes de sus bodas. No sé, hay pequeñas cosas como esa que me han chafado un poco.

No llego a entender la llegada de la exnovia sin razón aparente y su marcha menos todavía, creo que ha sido un detalle innecesario y que solo ha servido para precipitar el final.
No puedo decir que no me haya gustado, pero tampoco puedo decir que sí lo ha hecho, de lo que sí estoy casi segura es de que lo olvidaré pronto.

Sabrina y Cameron son dos vecinos que no se llevan demasiado bien, ella trabaja en una floristería, y el es un pintor algo solitario, que solo pinta de noche y bajo la música de Jazz, a un volumen al que Sabrina no puede dormir.

Cansada de la situación, decide enfrentar a su vecino, y tras algunas discusiones, Cameron una mañana le hace el favor llevarla al trabajo, a partir de aquí todo cambiará, pues hay dos hombrecillos a los que se encuentran por casualidad, que sin ellos saberlo tienen que cumplir con una misión, unir a esos dos, que comparten un pasado tan dolorosos.

Son dos ángeles de San Valentín que tiene que lanzarles las flechas del amor en la previa del día, de San Valentín, y hacen hasta lo imposible por hacerlo, lanzando varias flechas.

Cuando consiguen que Sabrina y Cameron dejen las diferencias y mantengan una bonita relación algo se vuelve a torcer, y los vuelve a separar... pero el destino y tantas flechas que los angelitos le han lanzado deben funcionar y volver a unirlos.

Es una novela que tiene un punto gracioso con los angelitos. Quizás si hubiera sido mas larga hubiera mejorado, porque aunque no esta mal, hay varios detalles que quedan en el aire y no terminan de convencer para captar ese punto cómico y romántico.

Mi valoración 3/5.