Megan Mulry - Cómo seducir a un millonario

Valoración:

Crítica realizada por Irdala

Lady Abihail Heyworth no es para nada la típica heredera de la alta sociedad londinense. Ella prefiere dedicarse a ayudar a quienes más lo necesitan en lugar de alternar con la élite del mundo al que pertenece; de hecho, una buena parte de los últimos años se la ha pasado en el tercer mundo haciendo labores de voluntariado.

Después de poner punto y final a una larga relación con Tully, lleva una temporada en la que no para de pensar en el guapísimo empresario del mundo de la alta costura Eliot Cranbrook. En realidad, para todos e incluso para ellos mismos, son solo buenos amigos, pero ella siente que sus sentimientos empiezan a resultar demasiado románticos. Y no sólo eso, es que nota como cada célula de su cuerpo exige la atención personalizada y los cuidados amorosos de Eliot. Así que aprovechando que están en una playa paradisíaca debido a que es allí donde se acaba de celebrar la boda de su hermano, está dispuesta a solicitarle un beso... y lo que surja.

Eliot Cranbrook es un agresivo, exitoso y astuto hombre de negocios, dotado de una impecable e imponente presencia y un carisma y una personalidad arrolladora. Aunque pareciera que sus numerosos logros empresariales y sus frívolas relaciones con mujeres bandera son lo único que le importa, en su fuero interno sueña con una sincera y profunda relación amorosa como la que tienen sus padres. Desde el momento en el que Abigail ha entrado en su vida, Eliot no ha podido evitar sucumbir a ella. Sin embargo, conoce las circunstancias de la joven y es consciente de que deberá concederle tiempo, mostrarle el camino y esperara que sea ella quien comprenda lo que hay entre ellos y decida.

Ya desde el primer libro de la serie quedé prendada de esta autora. Esperaba con impaciencia la historia de Abigail porque desde que hizo su aparición me tenía intrigadísima. Cuando ya en libro anterior (en el orden que nos los han publicado aquí, porque en la realidad este es el cuarto y el último) se empezó a vislumbrar la feliz camaradería que existía entre Eliot y ella, estaba desesperada por leer su historia. Bueno, pues, no me ha defraudado para nada.

Para quienes no conozcan aún las características de la serie, voy a hacer un pequeño resumen: todos sus personajes pertenecen al mundo de la nobleza y/o a las altas esferas empresariales. La ambientación, como es obvio, se mueve en una órbita de hoteles y coches de superlujo, casas y mansiones soberbias, aviones privados e incluso castillos. Londres, Nueva York, Ginebra, París y Milán, entre otros, son los lugares en los que se desarrollan las novelas. Por supuesto trajes, zapatos y vestidos de ensueño, y en este libro concretamente, una impresionante lencería. Todo ello aderezado con abrasadoras escenas de amor y sexo escritas sin cursilería pero para nada obscenas.

Ahora que estamos situados podemos hablar un poco de la trama de esta novela. La verdad es que tampoco merece la pena contar mucho porque no estamos hablando de una historia trascendental, así que tan solo decir que Abigail es una muchacha diferente, que no encaja mucho en lo que se espera de una mujer de su condición social, un poco hippie, rebelde, sensible, desprendida, generosa y emocionalmente insegura. Su pasado amoroso marca en cierta forma su relación... y no es, precisamente, por con quien mantuvo un romance. En cuanto Eliot, es el típico protagonista divino de la muerte, que ama a la protagonista por encima de la luna y no tiene ningún reparo en confesárselo. Lo tiene todo para enamorar a la lectora del género: un físico que quita el hipo, cultura, conversación, ternura, sentido del humor, paciencia, intuición, es cariñoso, tiene cantidades ingentes de dinero... y mejor no hablar del tema "cama" no vaya a ser que nos suba la fiebre. ¡Este sí que es el hombre perfecto!

En esta novela volvemos a ver a los protagonistas de los libros anteriores, de hecho hay muchas escenas con ellos. También hace su aparición la madre de los cuatro hermanos que, por cierto, ha pegado un cambiazo que cuesta reconocerla. La autora, desde luego, nos da argumentos para explicar la transformación. Bueeeno, a mí tampoco es que me haya convencido mucho, aunque siendo un personaje secundario, no es que tenga mucha importancia.

El desenlace me ha resultado un poco largo debido a la escena innecesaria, desde mi punto de vista, que ha inventado la autora. Está claro que ha querido cerrar la historia de amor de la pareja y de paso cerrar la serie, pero a mí la clausura de la serie me ha sobrado por completo, porque ensombrece, en cierto modo, la historia de los verdaderos protagonistas. Bien es verdad que el final-final es de ellos, pero a mí me aguado un poco la historia.

Lo que más me atrae de Megan Mulry es su magnífica escritura. Me parecen fantásticos sus ágiles, frescos y divertidos diálogos; sus personajes, en general, están muy bien desarrollados; me gusta mucho la ambientación que, como ya he dicho en otras ocasiones, las historias de esta serie vienen a ser una versión moderna de las romántica de Regencia. Y para redondear unas lecturas ligeras y entretenidísimas, siempre, siempre nos regala un romance lleno de tensión sexual y emocional, muy sexy, picante, tórrido y muy romántico al mismo tiempo. Por cierto, de todas las historias de la serie, esta se lleva la palma en cuanto sexo fuertecito.

Recomiendo este libro y en general toda la serie porque me parece diferente, divertida, inteligente y refrescante.

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