Melannie George - El arte de la seducción

Crítica realizada por Mailo

A Parris Sutherland le importan poco los cotilleos que giran a su alrededor después de que la dejaran plantada ante el altar. Está demasiado ocupada con un nuevo proyecto: disfrazarse de “Lady Escrúpulos” para hacer justicia entre los mujeriegos que plagan la alta sociedad. Pero al mismo tiempo trata de resistirse al deseo que despierta en ella el hombre que la protegió en su niñez, Dominick Carlisle, que ha regresado a casa después de ocho años.

Al nuevo Duque de Wakefield no le interesan demasiado las aristocráticas obligaciones que le han endosado. Preferiría desenmascarar a Lady Escrúpulos, sobre todo si eso lo distrae de los sentimientos que le insipira Parris y que tanto tiempo lleva sofocando, y de los sueños que lo acosan desde una noche de bochorno que pasó con una joven misteriosa mucho tiempo atrás. Pero cuando Dominick descubre que todas las mujeres que ocupan su mente son una sola, Parris jura enseñarle a esa picaruela una lección sobre seducción que la llevará justo hasta el altar.

Sin lugar a dudas, Melanie George es una de las autoras que atrapan con sus novelas. Por algo es una de las más vendidas en Estados Unidos. Y es que escribe bien, sus personajes resultan reales, sus historias son entretenidas y hace vibrar a las lectoras con todas las circunstancias que rodean al romance.

La novela me atrapó desde el primer capítulo y me la leí en poco tiempo. Tengo que confesar que las historias de Regencia me gustan más que otras y la facilidad con que se lee a esta autora hizo el resto.

Parris conoce a Domick desde que era una niña, han crecido juntos. A ella le hubiera gustado que ese hombre le hiciera más caso, pero es aún muy joven y él no quiere comprometerla.

Durante una fiesta de máscaras, Dominick conoce a una misteriosa mujer que lo seduce. Hermosa y decidida, se ofrece a él y para su sorpresa ella resulta ser virgen. Completamente asombrado, está decidido a saber quién es la misteriosa dama. Pero ella desaparece tan misteriosamente como ha aparecido dejando atrás solamente un pañuelo. Las iniciales son de Anne, la hermana de Parris.

Llevado por el error, cree que ella es la mujer que le ha embrujado y ofrece compensación. Parris está desecha, creyendo que Dominick ama a su hermana. Es entonces cuando el héroe se une al ejército y se marcha para no regresar hasta ocho años después.
Al regresar, Dominick se encuentra con una Parris totalmente cambiada, más segura de sí misma, una mujer a la que han dejado plantada en el altar. Desconoce que ella, en el último momento, decide contar a su prometido que le ama a él.

En la novela hay un montón de malentendidos mientras que la hermana de Parris hace lo imposible por mantenerlos separados. Muchos secretos que confesar. Porque Parris tiene una doble personalidad, enmascarándose en Lady Escrúpulos y dedicándose a vengarse de la malicia de los hombres. Esto no hace sino meter a la protagonista en continuos problemas.

Estamos ante una novela de Regencia entretenida, donde los protagonistas navegan por entre los riscos de los secretos y el peligro, con unos diálogos bien escritos y situaciones que te hacen reír en más de una ocasión.

Puede que la historia se centre demasiado en los dos personajes principales, particularmente me hubiera gustado saber más de los secundarios que, aunque están bien argumentados, no están muy definidos.

El héroe es un hombre sincero, caballeroso y leal, a veces hasta resulta un poco lánguido, pero no por eso carece de fuerza en la historia. Tal vez le falta un poco de dureza, al menos para mí, porque reconozco que me gustan un poco más malévolos.

En cuanto a Parris, a pesar de que afirma haber amado al protagonista desde que era una niña, se debate en creer siempre lo peor de él. Eso rechina. Pero bueno, al final se da cuenta de que es el hombre íntegro que creía que pequeña y todo se arregla.

Quitando los inconvenientes que detallo, es una novela de agradable lectura, que hace pasar buenos ratos. Ligera y sin demasiadas complicaciones para seguirla. No es, desde luego, una de esas novelas para recordar toda la vida, pero sí para una tarde de relajo.