Mercedes Gallego - Con patente de corso

Valoración:

Crítica realizada por Viridiana

A finales del siglo XVII, cuando España se descompone social y políticamente a causa de las intrigas, la pobreza y los incesantes ataques de las flotas corsarias contra las riquezas que provienen de América, Blanca de Guzmán se enfrenta a lo que parece su inevitable destino: un matrimonio concertado con un español del Nuevo Mundo. Sin embargo, ese destino sufrirá un revés cuando la fragata en la que viaja, resulta abordada por un corsario que navega bajo bandera inglesa.

Dispuesta a gobernar su vida, Blanca escogerá el camino menos apropiado para una dama pero, con el cual, logrará calmar su desmedida ansia de aventuras y libertad.
Justin MacKane es un escocés que gobierna con mano firme una goleta pirata. Oculta un pasado que le obliga a recorrer las aguas del Caribe con su "Patente de corso" y un único objetivo en mente. No obstante, la irrupción en su vida de una española intrépida, de fascinantes cabellos negros y ojos como la hierba, hará tambalear su tranquila existencia hasta el punto de que la sangre vibrante de la castellana, convertirá su realidad en un verdadero infierno, de placer y contradicciones, al que será incapaz de resistirse.

Ole y Ole. Qué ganas tenía yo de leerme esta novela.

Es que hay que ser sinceros, la sinopsis es una pasada y me enganchó nada más leerla. Aventura, aventura y más aventura, Pues a por ella, que no había leído nada de esta autora.

No sé si puedo cometer spoilers con mi reseña porque soy novata en esto, así que por si acaso, ¡aviso!

Voy a empezar diciendo que el protagonista masculino, Justin, me gusta. Hasta su nombre me gusta, demonios, que no sé por qué siempre ha sido uno de mis preferidos. Además, es el clásico personaje que te enamora nada más conocerlo. Valiente, arriesgado, con secretillos... Y escocés. Jopé, es que no se puede pedir más.

Vale, pues Justin es corsario, tiene un barco y una patente. Como buen corsario, la tenía tomada con las naves españolas que venían de las nuevas posesiones al otro lado del Atlántico. Barco español que veía, a por él. Sin embargo, no ha llegado a ser corsario porque no haya conocido más vida que la de la aventura o el latrocinio. No, no. Él es hijo de un aristócrata, nada menos que de un duque. Pero claro, Justin ha tenido problemas allá en su país, le han tildado de lo que no es, culpado de cosas que no ha hecho y ha tenido que irse parta emprender una nueva vida.

Vamos con la protagonista femenina. Una española de pura cepa, toledana, de esas de aúpa, de las que no se callan, de las que dicen lo que piensan. Blanca de Guzmán está que trina porque la obligan a ir a Nueva España para casarse. Uno de tantos pactos matrimoniales que se llevaban a cabo en esos tiempos, en los que la dama no tenía ni voz ni voto, y la mayoría de las veces ni sabían cómo iba a ser su futuro marido. Blanca es joven, aunque en ese tiempo a su edad ya había muchas casadas.

Pasemos al viaje: como ya supondréis, cuando el barco en el que viaja Blanca es asaltado por los corsarios (por Justin, sí, sí, sí), la muchacha se asusta, pero al mismo tiempo encuentra un camino para librarse del futuro que su padre había planeado para ella: una boda sin amor con un hombre mayor y al que no le une ni siquiera el aprecio.

La relación entre los protagonistas. Estupenda. No, no quiero decir que se lleven de cine apenas verse, todo lo contrario. Blanca es joven, pero cabezota e intransigente, y no se deja amilanar. Un reto para Justin. Acaba echándole un capote para que escape al futuro que le habían planeado y se quede a vivir en las islas caribeñas poniendo en marcha un negocio que le rinda buenos beneficios. No voy a deciros qué negocio es, solo adelanto que nada adecuado para una dama.

El romance, me ha gustado. Es uno de esos de me gusta esta mujer a rabiar, pero no puedo estar con ella. Ay lelo, pensaba yo, si acabarás cayendo. Claro que no todo va a ser fácil, porque hay un personaje que aparece en el momento más insospechado para desbaratarlo todo.

Aventuras y pasión a partes iguales hacen de esta novela un de esas imprescindibles para llevarte a las vacaciones, porque cada vez que mires el mar te acordarás de estos protagonistas.

La novela no es muy larga, me hubiera gustado que ocupara digamos... cincuenta páginas más. Pero es muy, muy entretenida.

 

Crítica realizada por Nieves Hidalgo

Apenas tengo tiempo para leer, tengo mil pendientes, y me gustaría hacer reseñas de todas las novelas, aunque sean cortitas, pero es que no doy para más. Sin embargo, no quería dejar de referirme a esta en concreto.

Desde luego la sinopsis ya te empuja a comprarla, lo mismo que la portada. Pero lo mejor está dentro porque es una novela de aventuras de principio a fin. Yo sabía que esta autora escribía bien porque algo he leído de ella (y algo más tengo pendiente aún), pero así y todo ha sido una sorpresa encontrarme con este argumento tan bien ideado. Sí, porque lo está. No es solo una novela de batallas en el mar, que de corsarios va el tema, sino de personajes que intentan escapar de un futuro aciago y emprender una vida nueva.

Cuatro palabras para decir que la heroína, Blanca, es de las que a mí me gustan: orgullosa de ella misma, de ser de castellana, capaz de hacer frente a las dificultades arriesgándose a emprender un camino inseguro con tal de librarse de un pacto que ella no ha consentido. Y cabezota, sobre todo cabezota. Española tenía que ser.

Otras cuatro para comentar que Justin ha conseguido que babeara. Ay, hijas, es que está cañón, es uno de esos protagonistas con coraje, valiente y altanero, y a mí me pierden esos tipos, lo siento. Además, no sé qué atractivo tienen para mí los escoceses, pero lo tienen. Juntando una cosa y otra...

He disfrutado cada escena, cada descripción, cada diálogo, cada tira y afloja entre ellos.

Lo he pasado en grande.

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