Crítica realizada por ELSA
Berta ha vuelto a Madrid después de quince años en Londres, donde a base de trabajo y esfuerzo ha conseguido ser la propietaria de una restaurante de éxito, se marchó a los diecinueve años harta de vivir con una madre fría, que nunca le mostró el menor cariño, y una hermana muy parecida a la madre.
Después de tanto tiempo se siente segura de que ya no es tan vulnerable, pero al entrar en aquella casa, de la que es heredera, todo el pasado vuelve a golpearla, al intentar buscar entre los trastos acumulados en el desván algo que le explique el porqué de la conducta de su madre.
Sabe que no es hija del marido de su madre, sino de un amante que a su vez posteriormente se casó con su manipuladora hermana y que al igual que el marido de su madre ha desaparecido, siendo sospechoso de un posible asesinato un joven jardinero que fue amante de la hermana.
A lo largo de los diecinueve años que trascurrió su vida en aquella casa solo tuvo el cariño de Teresa, la criada que se ocupaba de todo y que durante más de cuarenta años ha permanecido fiel a la dueña de la casa.
Berta ya no es la joven que se fue y tiene una necesidad desesperada de saber todo lo que ocurrió en torno a esas mujeres, cuyos hombres desaparecen de su vida misteriosamente.
En su búsqueda del misterio que envuelve todo lo concerniente a su madre encuentra en el desván las cartas del joven que fue acusado de la muerte del marido de la hermana, y que tuvo que huir a Estados Unidos pero a lo largo de doce años le ha estado escribiendo cartas, que no han llegado a sus destinataria y que Berta descubre y lee, sintiéndose fascinada por lo que cuenta y por el amor que transmite, del que está completamente segura de que su hermana no es merecedora.
Con este breve resumen y la sinopsis creo que os podéis hacer una idea de que es una novela de suspense que promete.
No conocía a esta autora, pero el argumento me llamó la atención y ¡que descubrimiento!
La novela está escrita en primera persona, cosa que no suele gustarme, pero está tan bien escrita, transmite tan bien los sentimientos de la protagonista, una mujer ansiosa de que la quieran, de tener un poco del cariño que no ha tenido en su vida, que no me importó, es casi como un diario.
Desde la primera línea, te atrapa y mantiene el interés, no sólo por el misterio que se vislumbra, sino porque la autora escribe muy bien, tanto en sus descripciones como en los pensamientos de nuestra protagonista. Mención aparte merecen las cartas, que sin que el protagonista sea partícipe de la historia, ya que están escritas años antes transmiten un profundo amor y son en sí una parte importantísima de la parte romántica de la historia.
No tiene muchos personajes secundarios, pero los que tiene además de estar perfectamente construidos, son muy importantes para la trama de la novela, Teresa la fiel criada que ha sido como una madre, dándole todo el cariño que su propia madre no le dio y que ahora después de transcurrido el tiempo Berta sospecha que oculta bastantes cosas. Alfonso un eficiente detective que Berta contrata dispuesta a descubrir que pasó con su padre/cuñado, y que de esa forma pueda exculpar al autor de esas maravillosas cartas que la han enamorado y como compañeros de esa soledad que siempre la ha acompañado un gato y una vieja muñeca de su infancia.
Me he sentido tan inmersa en la historia que la he leído en un día, porque era incapaz de cortar sin saber que pasaba. Tengo que decir que si esperáis una novela romántica al uso, no lo es, está calificada de suspense romántico y creo que tiene mucho de las dos cosas, no termina mal, incluso hay sorpresas, pero tiene una continuación: Mensajes desde el lago, que voy a empezar hoy mismo para poder ver que ocurrió con nuestros protagonistas.
Mercedes Pinto me ha sorprendido, creo que merece un lugar entre las autoras de suspense, y voy a seguir todas sus publicaciones.
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