Michelle Willingham – Olvidada por su esposo

Crítica realizada por Mencía

Libro 2 de la serie The MacKinloch Clan

¿Volvería a la cama de su marido?

Alex MacKinloch se había convertido en el jefe de su clan y en un tiempo tan oscuro e incierto había conseguido unir a su pueblo. Sin embargo, la relación con su esposa le estaba resultando mucho más difícil. Y cuando descubrió que Laren había estado ocultándole cosas, no pudo contener por más tiempo la frustración que sentía.

Hacía mucho que Laren había olvidado los placeres del lecho marital, sin embargo, en la mirada de su esposo había cada vez más deseo...

El poderoso guerrero escocés parecía haberse propuesto volver a seducir a su mujer...

Aunque esta novela corresponde a la segunda entrega de la serie The MacKinloch Clan se puede leer de forma independiente.

Hasta ahora todas las novelas que he leído de esta autora están muy lejos de las edulcoradas lecturas que otras nos presentan. No solo sus personajes se nos antojan más reales, es también la cruda ambientación con las que los rodea, la que contribuye a situarnos en una dura época donde la lucha por la supervivencia era el motor principal que movía a las gentes. Y si disfrutamos del amor cuando el poder y la riqueza desborda de las páginas de una novela, cuanto más puede llegar a emocionarnos cuando nace y renace entre los escombros de aquellas espinosas existencias.

Alex MacKinloch es el laird de los MacKinloch y como tantos sufre el peso de su cargo, pero en su caso aun más, por las circunstancias que le llevaron a erigirse en el líder de su gente. Él nunca hubiera tenido que cargar con esa responsabilidad si su hermano Bram no hubiera sido dado por muerto. Si no hubiera ocurrido tal desgracia hubiera llevado una vida tranquila al lado de la muchacha que supo robarle el corazón. Laren era joven, extremadamente tímida y la hija de un mendigo, pero desde el mismo instante en que la conoció, supo que no habría otra mujer para él. Mientras que vivió su progenitor pudieron disfrutar del amor que ambos se profesaban, pero una vez que Alex tomó las riendas del poder poco a poco se fueron distanciando hasta convertirse en poco más que unos extraños. La muerte de uno de sus hijos, y la forma que en ambos se enfrentaron a ese terrible dolor por separado, no hizo más que aumentar la distancia entre ellos hasta encontrarse en el momento en que su matrimonio está a punto de perderse.

Laren se enamoró de Alex aun sabiendo que ella no podría ser la mujer que necesitaría a su lado. Sus orígenes y su carácter la alejaban de la gente y la hacían sentir terriblemente inadecuada e inferior. Desgraciadamente para la pareja, los años transcurridos no le habían dado la seguridad y resolución que debería tener la mujer del laird. La muerte de su hijo la sumió en una devastación emocional total que solo fue capaz de superar gracias a las enseñanzas del Padre Nolan. Él le enseñó a hacer cristal, y tras su muerte, ella tomó en secreto su lugar. De esta forma podía desaparecer durante horas, la gente pensaba que no servía nada más que para gandulear, pero allí, en las cuevas, a pesar del duro trabajo y las quemaduras que traía consigo, ella se sentía feliz y era capaz de olvidar.

El hecho de que Laren resulte herida en el último ataque que sufrieron hace que Alex sea consciente de cual es realmente la complicada situación en que se encuentra su matrimonio. Reconstruir su hogar, levantando una nueva fortaleza, conseguir que sus hombres vuelvan a tener fe en la fuerza que une a los MacKinloch y en su liderazgo, y encontrar la forma de sufragar los gastos, sabe que le llevará toda su energía, pero es consciente que si se dedica a ello en cuerpo y alma tarde o temprano perderá lo más importante para él...

Esta es una novela que nos habla del amor y del despego, de cómo, aun amando intensamente, es necesario luchar día a día por mantener vivo ese amor. Nos habla de pérdidas y esperanzas, de dolor, traición, trabajo y sacrificio. Nos habla de cómo Laren y Alex aprendieron a buscar el camino que volviera a unirlos, unas veces renunciando y otras veces superando juntos los obstáculos. En definitiva, nos habla de la voluntad que necesita toda pareja para luchar por el amor que un día les unió.

Olvidada por su esposo es una novela corta y no da margen profundizar. Pero tiene la grandeza que encierra una hermosa historia de amor.

Crítica realizada por Bona Caballero

"Olvidada por su esposo" ("Seduced by Her Highland Warrior", 2011) es la segunda novela de la serie dedicada al clan MacKinloch. Aunque no me pareció que Alex, el esposo protagonista, hubiera olvidado realmente a Laren, su mujer, ni tampoco que emprendiera ningún plan concreto para seducirla de nuevo.

Lo que ocurre es mucho más triste. Pierden a su hijo recién nacido y los dos se aíslan en su dolor. Entre ellos se instala un vacío de palabras no dichas y sentimientos no expresados.

Alex se vuelca en sus obligaciones públicas, dedicando cada vez menos tiempo a su familia. Laren desaparece durante horas. Así que después de un par de años, acaban siendo dos desconocidos que comparten el lecho a última hora de la noche, tan cansados que ni se hablan.

A Alex le convendría otro tipo de mujer, pero se enamoró de ella y no se ha arrepentido. Eso sí, tendrá que aceptar cómo es ella realmente.

¿Y cómo es? Pues desde luego, no la típica heroína pizpireta y decidida que conquista corazones. Tímida e insegura, no desea ser el centro de atención y odia que la miren. La única actividad en la que se siente realizada es fabricando cristal, algo a lo que se ha dedicado durante años en secreto (por improbable que ello parezca, por favor ¡que viven en un pueblo!).

Lo mejor de la novela es la autenticidad a la hora de expresar los sentimientos: la desolación por el hijo muerto, la tristeza por su distanciamiento matrimonial, la inseguridad sobre los sentimientos del otro, la angustia de no saber cómo protegerás a los tuyos, el temor a nuevas pérdidas. La verdad, todo bastante deprimente. Pero son temas novedosos en una novela de este tipo, y la autora los transmite de forma muy creíble.

Lo que ocurre es que no hay nada que realmente te atrape en la historia. En mi caso, se me iba la imaginación intentando pensar otra forma de haber contado la misma historia con estos personajes tan creíbles y coherentes que M Willingham había creado. Podría haber sido una estupenda historia contemporánea más bien chick-lit, sobre una artesana vidriera en una pequeña comunidad de artistas instalada en el desierto de Nuevo México, reencontrándose a si misma y reavivando la llama con su esposo, digamos que el alcalde de la ciudad. Cuando empiezas a reescribir la historia en tu cabeza, es que el libro, tal como es, no te atrapa nada.

Quizá sea porque los personajes me resultaron totalmente modernos. No soy historiadora, pero conceptos como "estatus", "tengo derecho a", "le parecerá muy romántico" o la dualidad cabeza/corazón en el sentido de pensamiento/sentimientos, suenan anacrónicos en boca de alguien medieval.

Por no hablar de otros detalles prácticos de la historia, ya me diréis cómo conseguía el cobalto o la plata para sus vitrales.

Ya sé que no son cosas infrecuentes en la novela rosa "histórica", pero reconozco que a mi me sacan fácilmente del libro, que es lo que me ha ocurrido con este.

Valoración: aceptable, 5/10.