Iba a reclamar la noche de bodas que no había tenido.
Bram MacKinloch había pasado siete largos y atormentados años en cautiverio y sólo hubo tres cosas que lo mantuvieron vivo: la fuerza bruta, la sed de venganza y el recuerdo del bello rostro de su esposa.
El asombro sólo fue una de las sensaciones que estremecieron el cuerpo de Nairna cuando volvió a ver a Bram. Las cicatrices mostraban su sufrimiento y sus ojos reflejaban la voracidad de un deseo tan ardiente que podía consumirlos a los dos. Sin embargo, muchas cosas habían cambiado desde que se unieron con tanta inocencia…
Bram MacKinloch había pasado siete largos y atormentados años en cautiverio y sólo hubo tres cosas que lo mantuvieron vivo: la fuerza bruta, la sed de venganza y el recuerdo del bello rostro de su esposa.
El asombro sólo fue una de las sensaciones que estremecieron el cuerpo de Nairna cuando volvió a ver a Bram. Las cicatrices mostraban su sufrimiento y sus ojos reflejaban la voracidad de un deseo tan ardiente que podía consumirlos a los dos. Sin embargo, muchas cosas habían cambiado desde que se unieron con tanta inocencia…
La injusta lucha entre ingleses y escoceses del siglo XI, es el marco en el que se asienta esta novela. Es bien distinta a las novelas de highlanders a las que estamos acostumbradas aunque prevalezca la imagen de hombres rudos que de ellos tenemos.
Bram Mackinloch ha estado 7 años cautivo y tanto su cuerpo como su mente han sufrido las consecuencias. Poco queda del muchacho tímido y guerrero que se desposó poco antes de ser capturado. Ahora es un hombre marcado, sin más aspiración que liberar al hermano que aun mantienen preso.
Nairna se casó cuando era apenas una niña. A pesar del amor que sintió por su primer esposo, después de tres años en los que lo creyó muerto, volvió a contraer matrimonio. Necesitaba tener su hogar propio y unos hijos que llenaran su vida. Ahora volvía a ser una viuda sin descendencia y sin futuro, y tenía que enfrentarse al milagroso regreso del que fuera su marido.
Nos encontramos con dos personas unidas en matrimonio que apenas se reconocen. Un incierto y difícil futuro por construir les está esperando. Pero antes tienen que solventar las consecuencias de años de separación. Poco o nada queda de las ilusiones de Bram y saber que Nairna ha pertenecido a otro hombre le llena de desconsuelo. Su clan malvive y es ahora su hermano el que lo dirige. No desea recuperar el mando, ni espera que reciban su regreso con alegría, su único objetivo es liberar al hermano que sigue preso.
Nairna sabe cuál es su deber, la vuelta de Bram la llena de alegría y al mismo tiempo de incertidumbre. Se le concede una oportunidad más para encauzar su futuro, tiene que convertirse en la esposa de un hombre que realmente no conoce, convivir con gentes que hasta ahora eran ajenas a su existencia y encontrar el medio de hacerse con un lugar en esta nueva vida.
Michelle Willingham escribe historias de amor donde se nos deja entrever la dureza de la época y esta obra es un ejemplo más. Reclamada por su esposo es pues una de esas novelas que dejan a un lado el tinte rosa y nos sumergen en una época oscura e injusta. Sus protagonistas se alejan de los héroes románticos para cargarse de humanidad. La historia de amor que nos narran está marcada por el pragmatismo de la época y la esencia bondadosa que encierran sus protagonistas. No es una novela cómoda pero la personalidad de Bram la hace hermosa.
Al ser una novela corta no cabe dar más líneas a los secundarios, estos sirven de marco y de anticipo de futuras entregas. Pero aun siendo tan limitado su papel, lo que es en mi caso, la autora ha conseguido llamar mi atención ante la historia de Alex. Por lo que estoy deseando hacerme con la siguiente entrega. Espero, además, que en ella pueda ver el sueño de Nairna hecho realidad…