Mónica Maier - El amor no es una ciencia exacta

Crítica realizada por Maribel Moreno

Llevaba tiempo queriendo leer algún libro de esta autora porque siempre he visto buenas opiniones de ella. Me la he leído en un soplo y la verdad es que, aun siendo una historia sencilla, me ha dejado muy buen sabor de boca, así que pienso seguir leyendo sus novelas.

Tenemos a Valeria como protagonista de esta historia, una joven de veintisiete años que no puede ser más feliz, a punto de cumplir un año de matrimonio con Aaron, con el que lleva diez años juntos, también ha encontrado un trabajo que aunque ha de dedicar muchas horas, le llena, así que ¿qué más se puede pedir?

Pero en un solo instante la vida de Valeria da un giro de absoluto, su marido le ha dejado una nota y la ha abandonado sin ningún tipo de explicación.
Después de nueve meses Valeria ha rehecho su vida (dentro de lo que cabe), se ha mudado de piso y ahora trabaja en la empresa de Eric, su hermano, Laura y Martín, sin embargo en cuanto a hombres y relaciones se ha cerrado completamente y no quiere saber nada.

Sin embargo cuando empiece con el nuevo proyecto de Blackwell Hotels todas sus convicciones se vendrán abajo, ya que tendrá que trabajar codo con codo con Derek Blackwell, el dueño y el que se ocupará de poner su vida patas arriba y derribar poco a poco y con paciencia las barreras que ha alzado Valeria a su alrededor.

Como he dicho antes, es una historia sencilla pero me ha gustado mucho, igual que los personajes.

Tanto Valeria como Derek son personajes a los que coges cariño, a Valeria le han roto el corazón y no está dispuesta a entregarlo otra vez, por eso su cabeza está hecha un lio, por una parte se siente atraída por Derek, pero no se siente con fuerzas para volver a sufrir por amor.

Derek es millonario, guapísimo y seductor, pero Valeria ha entrado con fuerza en su vida y quiere conquistarla, con paciencia, poco a poco.

Estamos ante una novela sencilla y corta, por eso no me ha gustado demasiado la historia paralela de Laura y Martín, por que sucede muy rápidamente.

En cuanto a secundarios, apenas aparecen, Eric, Laura y Martín, son los que resaltan más, sin embargo, no hay suficiente información de ellos para valorarlos.

La narrativa de la autora es sencilla y fresca, la novela está narrada en primera persona desde el punto de vista de Valeria, por ello, conocemos bien sus sentimientos, su sufrimiento y todas sus inseguridades y miedos, sin embargo, a mí me hubiera gustado conocer un poco más a Derek, sus planes y sus pensamientos.

En definitiva, El amor no es una ciencia exacta es una novela sencilla, fresca y adictiva que se lee de una sentada, una historia de segundas oportunidades para una mujer a la que han destrozado el corazón, y vuelve a tener el amor al alcance de su mano, solo tiene que perseguirlo dejando de lado el miedo y su inseguridad y así alcanzar su felicidad.