Nicole Jordan - Desear a un duque

Crítica realizada por Melisma

Libro 6 de la serie "Las guerras del cortejo"

Dos años después de perder a su amado prometido en la guerra, Tess Blanchard se siente preparada para arriesgarse a amar otra vez. Por eso está horrorizada cuando un amenazador escándalo la obliga a casarse con su mayor rival, Ian Suhterland, duque de Rotham. Este noble increíblemente arrogante, irresistiblemente seductor es el último hombre al que podría imaginar amar. Para empeorar las cosas, Tess descubre secretos del perverso pasado de Rotham que la hacen huir de Londres hacia su remoto castillo en Cornualles.

Después de haber deseado durante mucho tiempo a Tess, Ian está exasperado cuando la sociedad cree él ha expulsado a su reacia novia de la cama de matrimonio así que la sigue pisándole los talones. Naturalmente, esa ardiente rivalidad les conduce a gloriosas noches llenas de placer – complicadas por un misterioso fantasma que deambula por el castillo de Ian y por la molesta insistencia de Tess de jugar a casamentera con sus amigos. ¿Pero puede el deseo ardiente de dos corazones enfrentados convertirse en la felicidad conyugal y en el amor eterno?

La que más y la que menos ya conoce a esta autora. Este es el sexto libro de una serie. Tess ha perdido a su prometido, muerto en combate. De momento, no tiene intenciones de dar su mano a otro hombre, pero las circunstancias obligan a veces y se encuentra ante un problema: o se casa con Sutherland con el que le pillan besándose, o saltará un escándalo descomunal. Acepta porque no le queda otro remedio aunque él no es santo de su devoción.

Acepta, sí, pero con una condición: se casarán solamente de nombre. Ella detesta a Sutherland, un hombre demasiado arrogante que se burla a cada paso de todo, y de ella. Ian, sin embargo, tiene otros planes para su matrimonio.

Es la típica historia en que los personajes principales se llevan como el perro y el gato, se odian, son enemigos –bueno, al menos ella lo es, porque Ian la quiere desde hace mucho tiempo-, pero poco a poco la chica va enamorándose de su marido. Por lo menos hasta que se descubren algunos secretos.

Novela de Regencia que forma parte de una serie divertida. La pareja principal funciona bien, su romance es entretenido, el comportamiento de cada uno hace pasar buenos ratos. Chica terca, chico orgulloso y algo engreído al que hay que bajar los humos.

Hay muchos secretos, bastantes malentendidos, enfrentamientos dialécticos y algo de intriga.

Pero la novela, según mi opinión, está lejos de alcanzar la cima de las anteriores, creo que se hace un poco sosa aunque empieza bien, parece que la historia de ellos dos va a ser más interesante. La verdad es que me esperaba bastante más de este libro. No es que me haya decepcionado, a mí me decepciona leer cosas mal escritas, con múltiples faltas de ortografía o traducciones tan horribles que no sabes si estás leyendo la novela o el diccionario que tienes que tener a mano. No, no me ha decepcionado en ese sentido, pero sí en el argumento que creo que decae tras los primeros capítulos, convirtiéndola en una novelita simple. De haberla enfocado desde otro prisma, es una historia con potencial, pero me parece que a la autora le ha sido complicado sacar más de lo que ha escrito, y es una pena. No se profundiza en los personajes.

Eso sí, nos muestra una sociedad con reglas severas, como era en la época de la Regencia, con una moral doble, una para los ricos y otra para los pobres, una para los hombres y otra para las mujeres. Algo se aprende, aunque ya hemos leído bastante sobre este modo de comportarse, guste o no cómo lleva la historia hasta el final.

También tiene humor y eso es un punto a favor del libro. En cuanto al romance entre los personajes principales, no está mal, se hace entretenido. De todos modos, insisto, la autora no ha aprovechado todo el potencial del argumento, como si estuviera deseando acabarla.