Patricia Hagan - Una señorita del Sur

Crítica realizada por LadyZarek

"Una señorita del sur" es una novela de 1992, cuando los libros políticamente correctos no abundaban. Patricia Hagan sitúa la historia en el sur de Estados Unidos. Un tercio transcurre antes de la Guerra de la Secesión, mientras que el resto transcurre durante ésta. Brett "Gátor" Cody y Anjele Sinclair son la pareja protagonista. Su historia de amor estará llena de obstáculos, y se verá salpicada por el escándalo y el engaño.

Anjele Sinclair es la hija de un rico plantador, y ella heredará (supuestamente), junto a su hermana Claudia, la plantación. A sus dieciséis años está prometida a Raymond, de quien Claudia está enamorada. Anjele no quiere casarse con él, y surge la oportunidad de librarse de ese matrimonio no deseado cuando conoce a Gátor, un cajún que trabaja para su padre, Elton Sinclair. Ambos se enamoran, pero sus planes de futuro se ven estropeados por culpa de una cruel mentira que les separará durante años.

Anjele se marcha a Inglaterra por cuatro años, pero regresa a su hogar cuando se entrea de una trágica noticia, justo cuando estalla una guerra entre el Norte y el Sur. Brett, por su parte, seune al ejército del Norte, dispuesto a vengarse por lo sucedido años atrás. El destino volverá a unirles, de una forma un tanto cruel.

El libro no está mal, pero el final es penoso, y encima la autora se deja asuntos sin resolver, como si nada. El final es malo, de lo peor que he leído, demasiado apresurado y parece que está a medio hacer. El tema de la guerra está muy bien tratado, y la pareja protagonista tiene química, pero su amor chirría, y hay demasiada desconfianza entre ambos como para olvidar. Vamos, que la historia de amor cojea un poco.

Felicito a la autora por crear villanos tan malos y magníficos como son Leo Cody, el padre de Brett, y Claudia, la hermana adoptada de Anjele. Claudia es un mal bicho, muy celosa y vengativa. Da asco su forma de tratar a la pobre Anjele. Leo es un borracho que paga con su hijo su mala fortuna, me pareció patético.

Anjele es valiente, pero también es egoísta. Gracias a su capricho, varios hombres que la ayudaban son encarcelados (y nada más se supo de ellos). En lugar de facilitar las cosas, las dificulta. No me creo que ame a Gátor, es demasiado desconfiada.

Gátor es orgulloso, pero no deja de amar a Anjele. Antes de conocerla, ya tuvo problemas por culpa de otra hija rica de plantador, pero se da una segunda oportunidad. Demuestra no ser rencoroso.

Una historia más o menos decente, pero la autora se deja cosas en el tintero, y se olvida de algunos personajes. El final es malo, malo, malo.

Nota: 2,5/5.