Patricia Marín - Baila para mí

Crítica realizada por Blanca

Con esta novela sí que he acertado. Ya era hora porque lo último que me he estado leyendo no era como para tirar cohetes.

El argumento me llamó la atención, era algo poco visto que prometía una buena historia, como así es, al menos a mí me lo parece.

En dos suspiros me lo he terminado, gracias a que tenía unos días libres y los he aprovechado para leer algunas novelas que tenía pendientes. Tiene una narrativa buena, fácil y con buen ritmo, una vez que te metes en la historia ya no puedes dejarla de lado.

A las lectoras que les guste el ballet, o simplemente las actividades artísticas, van a disfrutar con esta novela porque la autora nos mete en un mundo que, al menos yo, desconocemos. Sacrificio, dudas, miedo escénico, un millón de esperanzas... Todo puede pasar por la cabeza de la protagonista.

Tom me ha parecido un protagonista de los buenos, carismático, con mucho sentido del humor y a la vez un poquito siniestro, que nos hace estar pendientes de saber qué ha sucedido en su pasado, antes de conocer a la protagonista. Es un hombre con una ternura infinita, que desde el primer momento quiere ayuda y proteger a la heroína, que quiere impulsarla a lograr sus sueños.

Eva es una muchacha frágil y fuerte a la vez, de gestos delicados, como yo imagino que deben ser las bailarinas de ballet. Su modo de relacionarse puede resultar un poco distante, hasta frío, pero yo creo que es por el miedo. Sin embargo, lo va perdiendo cuando conoce a Tom, y el mundo que él puede mostrarle fuera de los salones de ballet y del sacrificio de su carrera.

El romance es cadencioso, tranquilo y muy bonito. Y las escenas hot así como su lenguaje... pues eso: caliente, caliente.

Hay secundarios que, a mi modo de entender, necesitarían su propia historia, por la fuerza que tienen y cómo me han calado en esta novela. Aquí aparecen muchos, de modo que no voy a nombrar a todos, ya los iréis conociendo si os decidís a leer este libro. Solo digo que los hay geniales y maravillosos, y que también los hay desagradables y malvados.

Concretando, que la novela me ha encantado, la he disfrutado, he aprendido cosas que desconocía sobre el arte del ballet, y ahora comprendo mejor lo trabajoso que es llegar a ser una figura. En el escenario, nos parece que todo es sencillo, que ese don especial que tienen los bailarines les viene casi regalado. Pues no, como decía una antigua serie de televisión: para conseguir el éxito hay que sufrir. O algo así.