Raquel Rodrein - El coleccionista de sonrisas

Crítica realizada por ELSA

Nuevamente esta autora me ha encandilado y me ha enganchado en una trama que abarca varios protagonistas pero que todo confluye en una serie de acontecimientos que los unen.

Podríamos decir que es la historia de dos parejas con más en común de lo que parece a simple vista. No quiero desvelar mucho porque sería complicado y porque no me gusta destripar los libros y hay que sumergirse en esta novela, que no sabría calificar, porque tiene sus historias románticas pero a la vez están llenas de suspense.

Los personajes están muy bien perfilados, Duncan un escocés atormentado y Sam el piloto que cambió su residencia y aterrizó en Escocia, las protagonista, Annie una enfermera malagueña atraída por Escocia y Olivia una psicóloga que no ceja en descubrir todo lo que hubo en torno a la vida de Duncan el hombre que la enamoró en una visita a su tierra natal, Granada y que a pesar de quererla guardaba secretos que los separaban. Y son estos secretos los que no la dejan en paz, volviendo de nuevo a Escocia para tirar de ese hilo, incomprensible para ella, pero que la atrae hasta llegar a descubrir la tremenda realidad de la vida de Duncan y a darse cuenta de lo que puede llegar a ser la casualidad en la vida, eso que a veces nos hace decir que el mundo es un pañuelo.

La autora maneja muy bien las historias paralelas y consigue que nos sintamos atraídos por la historia de Sam y Annie y la de Duncan y Olivia y lo hace de forma que el lector no puede parar de leer para ver adonde pueden llevar historias tan diferentes y tan lejanas.

Igualmente nos describe todos los sitios de Escocia en los que transcurre la novela tan perfectamente que nos hace sentir la lluvia, la niebla y ese entorno de esa tierra que tanto atrae a las lectoras de romántica.

El ritmo de la narración está muy logrado, la prosa impecable, los secundarios aportando todos su granito de arena para desentrañar el misterio y todo ello contribuyendo a esa sensación que a veces tenemos de desear llegar al final para descubrir todo el misterio y a la vez apenarnos porque se acaba.