Renee Bernard - El juego de un rufián

Crítica realizada por Lolailo

La encantadora Eve Reynolds interpreta el papel de una ingenua debutante, pero es en realidad una experimentada jugadora de cartas que, instigada por su tío, se dedica a desplumar en las mesas de juego a las aristócratas londinenses.

Sólo el rufián más conocido de Londres, Julian Clay, se percata de sus artimañas ya que sabe reconocer a un jugador cuando lo tiene delante. Atraído por la pasión contenida en la tempestuosa mirada de Eve, Julian inicia un arrebatado asedio. Pero el tío de Eve quiere que ella apueste alto y se case con un respetable y adinerado Lord....y Eve tiene sus propias razones para obedecerle. Pero nadie podrá impedir que Julian se lo juegue todo en una partida definitiva en la que podría ganar el corazón y el alma de Eve para siempre.

Eve Reynolds ha quedado huérfana y bajo la tutela de su tío, un arribista ambicioso que utiliza la habilidad de Eve con las cartas para enriquecerse. Ella detesta ese modo de vida motivo por el cual, a espaldas de su tío, se va haciendo con una colección de joyas ganadas en el juego para poder huir y comprar una casita en el campo donde vivir alejada del engaño y las manipulaciones de su tío.

Julian Clay, conde de Westleigh, es un mujeriego, arruinado por sus deudas de juego y bastante cínico en lo que al amor se refiere.

Desde la primera vez que ve a Eve se siente profundamente atraído hacia ella y se plantea su seducción como una caza. La joven también siente el magnetismo que los atrae pero una mala experiencia anterior y la necesidad de ocultar los planes que su tío y ella llevan a cabo, hacen que lo eluda y trate de resistirse con todas sus fuerzas al asedio del atractivo hombre que no oculta el deseo de hacerla su amante.

Finalmente ella acabará cediendo y ambos mantendrán una tórrida relación clandestina, hasta que él sepa toda la verdad sobre Eve y entonces se dedique a ayudarla a conseguir sus sueños.

Este libro es el primero que leo de la autora, a la que por otra parte no conocía de nada, pero es la última entrega de la "Trilogía de las damas".

Al principio el estilo narrativo de la autora me ha resultado un poco chocante: demasiadas reflexiones de los protagonistas y pensamientos entremezclados con diálogos, pero debo reconocer que escribe bien y que la historia no se me ha hecho tediosa en ningún momento.

Yo distinguiría dos partes en esta novela: la primera es la que relata toda la "cacería" a la que Julian somete a Eve, la segunda a partir de que son amantes.

En la primera parte hay cierta tensión, la expectativa de qué sucederá en el próximo encuentro, cómo reaccionará ella.....

En la segunda todo es un poco más monótono, para mi gusto hay demasiado sexo y muy poco amor.

Esta es la gran pega que yo le pongo a la historia, sólo al final de la misma (en las últimas páginas) ellos – por separado- admiten estar enamorados. La historia se resuelve demasiado.....plácidamente entre ellos.

Es entretenido pero no memorable.

Mi valoración 3/ 5.