Robert Kimmel Smith - La segunda mujer

Crítica realizada por Melisma

Había sido un trance difícil de superar. Pero estaban ya camino de conseguirlo. La muerte repentina de Jane los había dejado a todos desconcertados e incapaces de reaccionar. Paul Klein queda viudo y con dos hijos a su cargo, Hilary y Bobby. Durante mucho tiempo, el suyo había sido un hogar feliz. Esposa modelo y madre perfecta, Jane fue también una mujer irreemplazable y su pérdida le dejaba un vacío infinito y un dolor insoportable.

Perola vida continuaba y Paul tenía que sacar fuerzas de flaqueza para cuidar de sus hijos. Poco a poco, volvieron a sonreír y a vivir.

Es entonces cuando aparece en sus vidas Ruth Golden, una muchacha decidida, independiente, llena de vitalidad, imprevisible y sorprendente que lo pone todo patas arriba. Una mujer de la que Paul se enamora sin poder evitarlo. Sin embargo, ella no les cae bien a sus hijos y estalla una tormenta sentimental.

Estamos ante una historia de sentimientos, de amor, de pena y de sensaciones encontradas. La muerte de Jane, esposa y madre, una mujer extraordinaria, rompe en mil pedazos la vida de su marido y de sus dos hijos, que no saben cómo seguir adelante.

En esta historia, los personajes secundarios tiene una importancia vital, porque es gracias a los vecinos y conocidos que Paul y sus hijos recuperan, poco a poco, la sonrisa y las ganas de vivir. Y por el amor que renace, cuando nunca había pensado en volver a enamorarse.

Ruth es el punto dominante, la palanca que hace que rote de nuevo la vida del protagonista. Insistente, independiente, activa. Una heroína que se gana el amor de Paul sin mayores problemas. Porque es todo lo que le falta a él, todo lo que echa de menos después de la muerte de su esposa. Ella le devuelve la vitalidad y el deseo de seguir adelante.

Las emociones de los niños, Hailey y Bobby, su rechazo a tener una nueva mujer al lado de su padre, cuando para ellos su madre es insustituible, provoca situaciones conflictivas. Paul no puede hacer a un lado los sentimientos de sus hijos, pero ama a Ruth más que a nada. Sin embargo, está dispuesto a olvidarse de él mismo con tal de que ellos sean felices.

Ruth debe luchar contra el rechazo de los hijos e, incluso a veces, el de los vecinos, que recuerdan a la antigua esposa de Paul como un dechado de virtudes. Pero sobre todo debe luchar contra las preguntas que Paul se hace constantemente; él cree haber perdido el valor, piensa que es incapaz de hacer frente a la vida. Su existencia es un tobogán de subida y bajada.

El autor nos describe extraordinariamente la lucha interna de cada personaje, sus dudas, sus desvelos, el querer y no poder, el desear y no ser capaz.

En esta novela lloras, uf, ya lo creo que lloras, y te ríes, disfrutas, te metes en el argumento, deseas que no olviden a Jane y, al mismo tiempo que lo hagan y reorganicen sus vidas.

Una historia preciosa que me ha gustado muchísimo.