Sandra Brown - Cuando llegue el mañana

Valoración:

Crítica realizada por Sandrayruth

¿Pueden los fantasmas del pasado destruir el mañana?

Cuando subió al avión, Keely no podía sospechar lo que su atractivo vecino de asiento, el diputado Dax Deveraux, llegaría a representar para ella.

Llevaba años sin saber de su marido, pero se negaba a aceptar que, a pesar del tiempo transcurrido sin tener noticias, Mark hubiera sido víctima de aquella horrible guerra. Sin embargo, su inevitable relación con el dinámico político le obligó a elegir entre sus principios... y su corazón.

La historia trata del amor prácticamente imposible entre Keely y Dax. Se conocen en un avión y se dan cuenta de que siente algo el uno por el otro. Cuando bajan del avión Dax decide invitar a Keely a cenar sin saber quien es ella verdaderamente. Cuando se dan cuenta deciden luchar con ahínco para no sentir nada el uno por el otro pero sin llegar a conseguirlo.

Poco a poco se van enamorando perdidamente sin que puedan hacer nada, por lo que empiezan a verse a escondidas del mundo porque por las causas de cada uno, el de Keely por que es miembro del F.I.E.D. una asociación de mujeres en la que luchan por que no les quiten la ayuda a las mujeres de civiles desaparecidos en la guerra, y Dax por su parte es un diputado que se presenta para el senado y además es un comisionado del grupo que va a decidir si siguen dando las ayudas de la organización de Keely.

Mi opinión es que es un libro triste pero a la vez alegre, de esos que tanto me gustan por tratar el tema de las segundas oportunidades, pues Keely ha estado catorce años esperando al que todavía es su marido, con la incertidumbre de si estará vivo o estará muerto, pues nunca ha recibido noticias de él y cuando por fin encuentra a un hombre que la hace sentir cosas no quiere saber nada de él pues para ella está todavía casada. Me ha gustado mucho como trata la autora este tema, pues lo hace de una manera tan delicada que no te hace pensar que en realidad esté siéndole infiel a su marido, pues en el fondo ella cree que está muerto pero falta que se lo confirmen, por lo que cada vez que está con Dax ella se siente humillada y con remordimientos de conciencia.

Los secundarios me han gustado mucho, sobre todo Betty, porque cuando ella encuentra a su marido y se da cuenta por lo que está pasando Keely la anima a seguir adelante con su vida y si está enamorada de verdad a que rehaga su vida, pues ella piensa que ha esperado demasiado a su marido. En cambio no me ha gustado nada su amiga Nicole, pues está todo el rato incitándola a que se vea con hombres y cuando Keely le cuenta como se siente no la comprende para nada y creo que para mí lo más importante de la amistad es saber comprender. Por lo demás un libro muy bonito, con una gran ternura y que recomiendo.

Mi puntuación: 4/5......

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Crítica realizada por Bona Caballero

"Cuando llegue el mañana" (título original, "Tomorrow's Promise") se publicó en abril de 1983, siendo el número 1 de la colección "American Romance" lanzada por Harlequin. La colección se centraba en la vida cotidiana de mujeres estadounidenses, y pretendía tratar temas más actuales.

En este caso, se enfrenta a un tema realmente serio. 1981, la guerra de Vietnam ha terminado hace varios años. Pero quedaban más de dos mil soldados "desaparecidos en combate", es decir, que no se sabe si están heridos, capturados o muertos.

Una asociación de familiares de desaparecidos quiere que el gobierno siga apoyándolos. Su portavoz es Keely Preston, una periodista cuyo marido desapareció en 1969, después de sólo unas semanas de convivencia. Tiene que ir a Washington, D. C. para convencer a un comité del Congreso de que no se apruebe un proyecto de ley. En el avión conoce a Dax Deveraux, congresista por Luisiana, y uno de los solteros más cotizados del país.

Se sienten inmediatamente atraídos el uno por el otro. Con intensidad. Con pasión. Y luchan contra su atracción. Esta tensión sexual mantenida a lo largo de páginas y páginas es de lo más logrado.

Es muy refrescante que los obstáculos sean reales. Keely está casada. Aunque los recuerdos y el amor que sintió aquella novia adolescente sean borrosos o hayan desaparecido. Pero mantiene la esperanza de que su marido vuelva. Y sus convicciones sobre la fidelidad conyugal le hagan sentirse culpable. Además, quedaría fatal que ella, portavoz del grupo, se liase con un atractivo soltero.

Dax es candidato al Senado, lo que le expone continuamente al escrutinio público. Cualquier relación amorosa con Keely destruiría su futuro político. Tiene el difícil papel de enamorado apasionado que, al mismo tiempo, no puede faltar al respeto a la memoria del marido ausente.

Es un típico hombre sureño de Sandra Brown: moreno, seductor y apasionado. En este caso en el subtipo "criollo de Luisiana" de ancestros franceses y plantación a orillas del Misisipi. Te explicas perfectamente por qué Keely se enamora de este soltero y su sonrisa irresistible. Quizá sea un poco más difícil saber qué ve él en ella.

La novela se centra más en la relación amorosa y, de trasfondo, el problema humano de los desaparecidos. No profundiza ni intenta justificar (o criticar) la actuación de EE. UU. en Vietnam. La situación puede darse en cualquier guerra, en cualquier época. Si te metes en la historia, a poco emotiva que seas, puedes llorar o reír, especialmente en momentos conmovedores relacionados con los soldados desaparecidos.

Los secundarios son simpáticos. Nicole es el prototipo de mujer liberada sementera (antes del SIDA y todo eso), divertida y bastante cínica. No me importaría nada tener una amiga así.

Es una de las mejores novelas románticas cortas que escribió Sandra Brown en los ochenta. Ha resistido el paso del tiempo. Se atrapa de la primera a la última página.

Valoración: Buena 7/10.

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