Sarah Morgan - Una noche sin retorno

Valoración:

Crítica realizada por Lilian

"El dinero, el talento y la experiencia en la cama no compensaban un corazón de hielo...

Fiestas salvajes, mujeres hermosas, interminables horas de trabajo... nada ayudaba al famoso arquitecto Lucas Jackson a escapar de su oscuro y triste pasado. Cuando llegó al castillo de su propiedad en medio de una tormenta de nieve, lo único que buscaba era el olvido... Decidida a llevar personalmente unos documentos importantes a su jefe en medio de la tormenta, Emma Gray empezaba a lamentar la misión en la que se había embarcado. Nunca hubiera esperado que el lado oscuro del normalmente serio y reservado Lucas pudiese generar tan primitiva, poderosa e inapropiada reacción"

Opinión:

Intentaré resumir el argumento del harlequin en unas cuantas frases porque no da para más. Y por eso de que las damas primero, empezaré hablando de la señorita Emma Gray. La fiel Emma, trabaja como ayudante personal del arquitecto Lucas Jackson. La imagino como un ratoncillo de campo, marrón y suave. Siempre está disponible para hacerle la vida más fácil a su jefe y debido a esto, un día que Lucas olvida unos papeles muy importantes en el despacho, se mete de lleno en una tormenta de nieve para llevárselos. Carreteras blancas, viento helado y un Lucas borracho, la esperan cuando llega a su destino. Emma, en su afán de ser útil, acaba consolando a Lucas sobre la alfombra. Le da tanta pena verle triste, y como no hay nadie más a mano, decide ofrecer sus encantos de buen grado. Al día siguiente la situación es muy embarazosa y, a lo Tarzán y Jane, todo es: Soy tu empleada... Y yo tu jefe... Vamos, que hasta en el cielo parece que un reactor va a escribir: Una y no más, Santo Tomás...

Pasadas las primeras vergüenzas, la parejita llega a un acuerdo tácito: Aquí no ha pasado nada y cada uno a lo suyo. Emma necesita el dinero y Lucas, que siempre ha sido muy resultón, no quiere ponerse a contratar más personal. En fin, que os podéis imaginar el resto...

Siempre amigos, es una de mis novelas preferidas, así que, cuando vi que Una noche sin retorno la había escrito la misma autora, me lancé de cabeza dispuesta a pasar un buen rato. Y claro, tanto empeño puse que salté a una piscina sin agua, o lo que es lo mismo, no leí ni la sinopsis y así me ha ido. La historia trasmite poco y no logra que imagines algo más que la nieve golpeando una ventana o la probable grandiosidad del castillo donde se refugia Lucas.

Tampoco me ha gustado la pareja que forman Lucas y Emma. He leído miles de enamoramientos entre jefe y empleada y éste es tan tibio... Lo único que destacaría es el juego al equívoco que se ha traído Sarah Morgan con Emma y Jamie.

Mi puntuación es 2/5.


Crítica realizada por Bona Caballero

"Una noche sin retorno" (título original en inglés, "A Night of No Return") es una novela genérica de Harlequin que se publicó en inglés en noviembre de 2012, la número 3098 de Harlequin Presents. En España se ha incluido en la línea Bianca, n.º 2219. Ha ganado el premio RITA 2013 al mejor romance genérico breve.

Está nevando, días antes de Navidad. El genial y millonario arquitecto Lucas Jackson llega al castillo de Chigworth, un casoplón que está restaurando en Oxfordshire. Tiene un secreto e intensísimo dolor que pocos conocen, del que quiere escapar con "fiestas salvajes, alcohol, mujeres, trabajo".

Aunque "había descubierto que daba igual lo que hiciera o con quién lo hiciera, el dolor era el mismo", la noche en la que empieza la historia pretende dedicarla a beber y beber. Se encuentra con una fiesta sorpresa organizada por su última conquista, una mujer espectacular. Lucas no duda en echarlos a todos de casa, a cajas destempladas, ciego de dolor.

Pero entonces, en esa noche de nieve, frío y recuerdos, vuelven a llamar a su puerta.

Es Emma Gray, su fiel asistente desde hace dos años. Lucas viaja al día siguiente al Golfo Pérsico, y saldrá desde el propio castillo, sin pasar por la oficina. Pero resulta que se ha dejado -¡y sin firmar!- unos papeles que llevar, obligatoria y perentoriamente. Este insólito olvido debería haberle dado ya una pista a Emma de que Lucas no anda muy bien.

No consigue mandárselo por mensajero. Se ve que no llegan a Oxfordshire.
Emma le llama por teléfono. Pero, ¡ay, su "workalcólico" jefe lo tiene apagado o fuera de cobertura! Segunda pista de que Lucas no está para nadie.

Pero Emma es una muchacha con recursos y se impone una última tarea antes de cogerse dos semanas de vacaciones navideñas: llevarle los papeles a casa, ella misma, en su coche, por las carreteras nevadas.

Allí descubre a un Lucas diferente. No es el jefe adicto al trabajo, serio y centrado, sino que revela su lado humano, desconsiderado y sufriente. No está para fiestas ni para firmas. Sólo quiere regodearse en su depresión. Emma debería dejarlo emborrachándose.

Pero no puede, porque la muchacha tiene un corazón de oro. Y mentalidad de maruja, porque se pone a recogerle los restos de la fiesta. Cuando al final decide marcharse, ha nevado tanto que conducir no es seguro. Esa será una noche sin retorno para ambos. Lucas necesita que lo reconforten y a Emma, por un momento, ese papel le sienta muy bien.

No, no esperéis un inmediato y loco enamoramiento. A la mañana siguiente, Lucas sigue siendo el hombre que ha renunciado al amor. Y Emma es consciente de que no le conviene. Motivo 1: no es un hombre particularmente cariñoso. "Salgo con mujeres que no están interesadas en el amor porque eso no es algo que yo pueda ofrecer". Motivo 2: no puede tener las dos cosas, el trabajo y el amor, así que tiene que elegir lo primero porque necesita el dinero para mantener a su familia.

Los dos intentan volver a su relación laboral anterior, sin darle excesiva importancia a lo ocurrido. Sólo que, claro, las cosas nunca son tan fáciles. Aquella noche los cambió para siempre, aunque tarden un poco en darse cuenta. La sensualidad, como es propio de la línea Bianca, es sutil, no hay cosas demasiado explícitas ni salvajes. Quizá la resolución del conflicto, al final, sonaba un poco apresurado. Lucas supera su problema con una clara manipulación de Emma y los Ferrara. Y, ¡puf! Se da cuenta de repente de que la quiere mucho y ya sólo les queda ponerse a comer perdices. Es un harlequin, había llegado al número de palabras y no vamos a perder demasiado tiempo con el desenlace.

Hay un pequeño conflicto secundario, entre Emma y su hermana y esta última al principio parece que va a ser la mala. Pero luego demuestra lo mucho que la quiere, y al final acabas dándote cuenta de que la hermana tiene sus razones, y que su vida es bastante sacrificada y Emma está un poquito haciéndose la mártir.

Es una novela entretenida para pasar un buen rato. Se la recomendaría a quienes buscan una sencilla historia de amor, dulce y no-tan-típica, entre "jefe millonario torturado por su pasado" y "muchacha trabajadora de buen corazón que lo redime".

He visto críticas que van de la A- hasta la C+. Para mí, es un harlequin un poco mejor de la media, pero no una joya para guardar y releer.

Valoración: 6/10.

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