Sheri Whitefeather - Noches indias

Crítica realizada por Lilian

"El reloj biológico de Joyce Riggs era como una bomba a punto de estallar y su desesperación por evitarlo la condujo directamente a los brazos de Kyle Prescott. El mestizo apache lo sabía todo acerca de exorcizar demonios y accedió, no sin cierta reluctancia, a ayudar a Joyce a liberar la mente de su secreto conflicto, aun a sabiendas de que el tiempo que pasaran juntos podría llevarlos a lo inevitable. Llegados a ese punto los dos se plantearon una relación sin compromisos, pero ¿qué pasaría si Joyce le confesara su necesidad de tener un hijo y su esperanza de que él le concediera ese deseo?"

Opinión:

Como sigo tocando el palo del Oeste y estaba un poco cansada de vacas y polvo, decidí dar un giro a mi lectura y puse mis miras en Noches indias. Un harlequin de temática actual, donde los personajes no pueden ser más dispares: Kyle Prescott está al otro lado de la ley. De madre india y padre blanco, se siente más identificado con su parte étnica. Su aspecto, lo imagino aterrador: Alto, musculoso, de pelo negro atrapado en una coleta y la piel tan cobriza como la de sus antepasados apaches. Pertenece a una sociedad de guerreros que luchan en la sombra, por recuperar las antigüedades que han sido expoliadas a su pueblo. Kyle y sus amigos, no dudan en entrar en la casa del coleccionista de turno en busca de sus tesoros. Vive en una finca destartalada, acompañado de dos perros y se dedica, en sus ratos libres, a dar clase de lucha cuerpo a cuerpo. Y este es el arte que le acerca a la detective Riggs, una rubiales sonrosada que busca entretenerse en sus vacaciones.

Joyce, empieza a sentir de cerca el vértigo de los cuarenta y necesita olvidar, desesperadamente, que quiere un hombre que le ponga un anillo en el dedo y que le dé muchos hijos. Decide, por eso de "Mens sana in corpore sano" poner distancia emocional al asunto, y aprender a moler a golpes a los enemigos. La verdad es que ni haciendo memoria, recuerdo muchas escenas de lucha porque creo que la autora lo que buscaba era un nexo de unión para sus personajes y una vez encontrado, dejarles que dieran rienda suelta a sus instintos. Y vaya que dan rienda suelta... Los encuentros entre la Ley y el Orden y el Robin Hood moderno, echan chispas. Joyce, prefiere no mentarle a Kyle sus ansias más secretas y Kyle, pese a sí mismo, suspira por ella a todas horas. Ambos juran no enamorarse y mientras tanto, disfrutan de la bañera, el granero, la cama...

En fin, que poco más puedo añadir que no haya dicho ya. La novela es de las flojas y quitando que los protagonistas se buscan como el fuego a la hierba seca, lo demás es para olvidar. De hecho, me he arrepentido de dejar mis historias vaqueras en busca de nuevas emociones. No es la primera vez que me pasa: Leo una sinopsis que habla sobre un protagonista indio o mestizo, y ya me pongo a soñar con colinas y caballos.

Mi puntuación no pasa del regular, 2/5.