Sheridon Smythe - Míster perfecto

Valoración:

Crítica realizada por Isabel Arconada.

Después de que su tía haya sido engañada por uno de los trabajadores de Mr. Complete, Lydia Carmichael decide demostrar que bajo el servicio de escoltas se esconde una empresa de gigolos, especialmente cuando descubre que la de su tía no es la primera denuncia al respecto. Para conseguir demostrarlo, decide contratrar los servicios de uno de los hombres, atraerlo a su cama (el sacrificio merece la pena) y conseguir así pruebas. Da la mala suerte de que mientras ella está contándole sus planes a su mejor amiga en un bar, en la mesa de al lado se encuentra Luke, L.J Reynolds, dueño de Mr.Complete.

Puesto sobre aviso, decide ser él mismo la escolta de Lydia y darle una buena lección, y si de paso tiene que acostarse con ella, bueno... ¿por qué no? Desde luego, a nadie le amarga un dulce.

Normalmente, cuando escribo una crítica, intento hacer un buen resumen de forma que quede claro de qué va el libro (porque la verdad, a veces los resumenes de las contraportadas no aclaran mucho o incluso hay ocasiones en que tienen poco que ver con el contenido real), pero sin profundizar en muchos detalles concretos (como digo es un intento, no sé si siempre lo consigo); pero en esta ocasión os pido que me perdonéis y me permitáis contaros una escena de la primera parte del libro para que podáis haceros una idea del malicioso pero estupendo sentido del humor de Smythe.

En la contraportada del libro nos encontramos resaltada la siguiente frase "Esta es tu noche de suerte. Resulta que llevo boxers negros de seda". Esto se lo dice Luke a Lydia cuando ella le dice que son sus favoritos, y lo hace para ponerla nerviosa a la entrada de una importante gala benéfica. En realidad, Luke va en plan comando (ñam, ñam). Así que por si acaso, Luke le pide al botones del hotel donde se celebra la gala que le consiga los boxers; el pobre chaval se piensa que le está haciendo proposiciones deshonestas, pero por fin le convence, y quedan en que le va a dejar los boxers escondidos en el baño. Luke, al baño cada 10 minutos a ver si están ya allí, y Lydia pensando que el engreído tendrá que comprobar que siga siendo tan guapo como 2 minutos antes o asegurarse que no se le haya movido ningún músculo de sitio. Uno de los viajes en que Luke está en el baño, el gerente del hotel se acerca a Lydia y le pide que por favor vaya con él al lavabo... Cuando iba a ponerse los boxers, Luke se la ha pillado con la cremallera de los pantalones, (sí, eso que estáis pensando. Ya sé que tiene que doler muchísimo pero... no me digáis que no es genial) imaginaros el tío todo rojo, sudando, doliéndole como el demonio; ella agachada para ayudarle, posición que a él le hace de todo menos relajarle claro... Y yo leyendo tirada en la cama muerta de risa.

Los dos protagonistas me han gustado mucho. Lydia es cabezona como ella sola, tanto que se niega a ver que se equivoca, pero se le perdona porque todo lo hace por amor hacia su tía. Y Luke...está buenísimo, es divertido, inteligente... además tiene muy buen trato con los hombres que trabajan para él, que son como amigos, y con su secretaria, una mujer de 78 años bastante maniática a la que no le importa que él sea el jefe para hacer lo que ella crea que debe hacer, incluyendo tirarle cosas a la cabeza cuando se enfada con él.

De los personajes secundarios los mejores son la señora Scuttle, la secretaria y dos de los escoltas Jet y Greg, los que más salen, me gusta especialmente este último, bueno hasta decir basta, divertido y, desgraciadamente, gay.

Mr. Perfecto es un libro sexy; no hay muchas escenas de cama sólo las necesarias, pero todas esas insinuaciones... Smythe tiene un estilo sencillo y ágil, que te atrapa -resulta muy difícil dejar el libro a un lado porque estas deseando saber qué será lo siguiente-, y sobre todo, tiene un sentido del humor delicioso que me ha tenido llorando de risa desde la primera página hasta la última.

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