Sherrilyn Kenyon - Hijo de nadie

Crítica realizada por LadyZarek

Hijo de nadie (Son of no one) es el último libro de los Cazadores Oscuros que ha salido. Pese a que le preceden un buen número de libros, con distintas historias, no se repite. Es fresco, original, y altamente entretenido. Esta vez, Sherrilyn Kenyon deja de lado el mundo griego y nos traslada al mundo artúrico, mezclado con los Tuatha Dé Danann. Si, está vez la cosa va acerca de la leyenda celta. Y sí, Talon, nuestro querido Cazador celta, aparece.

Josette Landry, prima de las hermanas Deveraux (Amanda, Tabitha, Karma...), es una mujer con muy mala suerte. Está en el paro, y se va a quedar sin casa por no poder pagar. Desesperada, acepta un trabajo que le ofrece Serena (la adorable Serena, que aparece de vez en cuando, y que me gustó en "Un amante de ensueño"). Acude junto a un grupo de mujeres a una mansión que supuestamente está encantada. Jo no cree en lo paranormal, pero el dinero es el dinero...

Cadegan vive atrapado en un mundo donde el color no existe. Todo se ve gris. Lleva encerrado más de mil años, gracias a la traición de su hermano. Dicho hermano viene con más de una sorpresa bajo el brazo, os lo garantizo. Cuando una humana aparece repentinamente en su mundo, la protege de los peligros que acechan. Jo no es una mujer cualquiera, de eso se dará cuenta Cadegan de inmediato.

Jo, a su vez, empieza a acostumbrarse a lo paranormal, y se encariña de Cadegan a una velocidad sorprendente. Ese hombre, pese a su vida llena de sufrimiento, es tierno y bondadoso, a la vez que fiero. Ambos deberán enfrentarse a varios peligros, y decidir si vale la pena confiar el uno en el otro para tener una oportunidad juntos.

Mi autora favorita ha vuelto a sorprenderme. No estamos con los egipcios, los griegos o el oeste, y me gusta mucho que los celtas tengan su protagonismo en los apocalipsis que están venga evitar los sufridos seres paranormales de esta larga y sorprendente serie. Si no se lleva la máxima nota es porque el principio se hace un poco durillo de seguir, pero enseguida conecté con el adorable Cadegan, con Jo, los secundarios que aparecen y no voy a nombrar, y detesté a los villanos.

Pobre Cadegan, abandonado en un monasterio... eso tiene explicación. Dicha explicación es una de las sorpresas que este libro trae consigo, ergo... cierro la boca y no lo suelto, y eso que tengo ganas de exclamar lo buena que me parece la última vuelta de tuerca de Kenyon.

Talon es uno de los que aparecen como secundarios. Su mención no implica destriparos nada de la novela, no pasa nada. Los secundarios que se dignan a hacer acto de presencia son adorables, no hay ni uno sólo que no me guste. Y los villanos, un poco desequilibrados, pero están bien desarrollados.

Tengo ganas de que salga la siguiente historia, que según parece será la de un dragón, Maxis. No es coincidencia, o eso creo yo...

Por cierto, Cadegan es galés...delicioso...

Nota: 4'5/5. Un libro de muy alta calidad. Cadegan es un protagonista de los que dejan huella.