Sophie Kinsella - La reina de la casa

Valoración:

Crítica realizada por Andromaca

Emprendedora y eficiente abogada de la City londinense, Samantha no sólo adora su trabajo sino que vive para él. Adicta al estrés y la presión extrema, ha llegado hasta el punto de enviar y recibir emails durante las sesiones de relajamiento con su terapeuta. La adrenalina es su combustible y convertirse en socia de un prestigioso bufete su objetivo declarado. Y cuando está a punto de conseguirlo surge la catástrofe en forma de error garrafal que cae sobre ella como un meteorito. ¿Qué hacer) Pues huir, huir lo antes y lo más lejos posible, y tan lejos que en su ofuscación acaba ocupando el puesto de ama de llaves de una aristocrática mansión.

¿Cómo puede haberle ocurrido? Mientras Samantha dilucida el enigma, su encuentro con el hombre soñado en forma de jardinero cachas le abrirá nuevas perspectivas, hasta el punto de replantearse un cambio radical en su vida.

Samantha es una adicta al trabajo. Sólo vive para el trabajo. Apenas tiene tiempo para descansar, y mucho menos para divertirse o disfrutar. Su única meta es convertirse en socia del bufete de abogados en el que trabaja, y al que tantas horas dedicas.

Un día comente un error. Un error gravísimo y le entra el pánico. Incapaz de afrontar los hechos, huye.

Como en trance deambula por la calle y se sube a un tren, hasta que su caminar le lleva a las puertas de una gran mansión.

Por error, la confunden con una asistenta, y sin darse cuenta acaba contratada como ama de llaves de una pareja un tanto excéntrica.

Y ahí comienzan las aventuras de Samantha. Su trabajo consiste principalmente en encargarse de la limpieza, de la ropa y de la comida...el gran problema es que ella no tiene ni idea de tareas del hogar. Ella misma tenía una asistenta contratada y el único uso que le daba a su piso se limitaba a la cama para dormir y al armario para cambiarse de ropa.

Samantha no tarda en darse cuenta de que no puede gastarse su sueldo en pedir comida a domicilio o que le laven y planchen la ropa de sus jefes. Así que acepta la ayuda que le ofrece Nathaniel, el jardinero. Y desde modo comienza sus clases particulares de cocina y tareas domésticas con la madre de Nathaniel.

Él se da cuenta desde el primer momento de que Sam no es una asistenta, pero no la descubre ante los dueños de la casa porque cree que huye de una relación desastrosa.

Poco a poco Samantha va cogiendo el tranquillo a los entresijos que supone el hecho de llevar una casa como ésa, mientras que su relación con Nathaniel es cada vez más estrecha.

Por primera vez, en muchos años, dispone de tiempo libre, pero no sabe utilizarlo. Nathaniel será el encargado de mostrárselo. Él será el encargado de mostrarle que hay algo más que el trabajo, y que importa más disfrutar de las cosas que la vida ofrece.

De todas las novelas que he leído de Sophie Kinsella, ésta es la que más me gusta. Y es que La reina de la casa es realmente divertida. Disfruté mucho leyéndola, y mis buenas risas me eché. Del tipo de risa que hace que levantes la vista del libro para ver si alguien te está mirando extrañado.

Es una novela plagada de situaciones cómicas, divertidos malentendidos y obstáculos, que la protagonista consigue salvar estoicamente.

Sin duda es una novela que recomendaría leer si lo que se busca es pasar un buen rato y olvidarse de todo lo demás. Es una lectura que engancha y no se hace nada pesada.

Los demás personajes aportan mucho a la hora de hacer esta novela tan amena. Nathaniel es...para babear. No puedo decirlo de otra forma más clara. Y los Geiger, los jefes de Samantha, son de lo que no hay, especialmente Trish.

Sólo tengo buenas palabras para esta novela, y como he dicho antes, para mí, de lo mejor que ha escrito Sophie Kinsella.

Valoración: 4,5 de 5

 

Crítica realizada por Anasy

Me encanta Sophie Kinsella porque es una autora que me hace reír mucho y por eso siempre que sale un libro de ella corro a comprarlo, menos los de la serie de Becky que nunca me atrajeron demasiado, por una confusión pensé que La reina de la casa pertenecía a ésta serie y lo fui dejando de lado hasta que hace poco me di cuenta de mi error y me lancé a por él.

Samantha es una joven abogada a punto de ser ascendida a socia de uno de los más prestigiosos bufetes de Londres, es el sueño de su vida, para lo que ha luchado desde niña y ha trabajado durante horas interminables aniquilando toda vida social y anteponiendo su trabajo ante todo lo demás.

Samantha siempre fue aleccionada para ser abogada, viene de una familia de abogados con grandes carreras y siempre ha estado presionada por su madre para ser la mejor, para superarse, para trabajar más horas que nadie lo mismo que ella, que antepone cualquier asunto de su trabajo a sus hijos. Samantha vive en perpetuo estado de estrés donde apenas tiene tiempo para dormir unas cuentas horas y donde toda su vida se compone de su trabajo y el bufete en el que trabaja.

Pero un error garrafal en el trabajo justo antes de su nombramiento hace que el mundo de Samantha de un vuelco tremendo, sufre una especie de crisis que la lleva sin rumbo por las calles de Londres hasta que se monta en un tren con destino desconocido. Después de apearse termina frente a la puerta de una casa donde la dueña la toma por la nueva empleada del hogar y que Samantha en ese momento de confusión y desconcierto, no saca de su error.

Sin entrar en muchos detalles Samantha con algunas mentiras y engaños decide quedarse como empleada de los Geiger, pero si bien es un as como abogada, como ama de casa es un cero a la izquierda, no sabe como se pasa una aspiradora, como funciona un horno, como se pone una lavadora, no sabe preparar ni la comida más elemental pese a decirle a sus jefes que ha estudiado con los mejores chefs. Samantha está metida en un buen lío hasta que aparece Nathaniel, el jardinero del matrimonio, joven, guapo y consciente de las deficiencias de Samantha para las labores de la casa, por lo que al final decide echarle una mano.

El nombre de Samantha en Londres está por el fango, ver toda su carrera arruinada y que nadie se acuerde de lo buena abogada que era hasta ese momento son un duro golpe para la joven, así que pasa de ganar un sueldo maravilloso por un trabajo de oficina a romperse los huesos por un sueldo muchísimo más bajo en un trabajo del que no tiene ni idea, pero que escoge libremente.

Samantha descubre un mundo nuevo, uno muy duro donde hay que limpiar el polvo, la colada y las miles de tareas que requieren una casa a las órdenes de unos jefes un tanto peculiares, pero también aprende a disfrutar de las cosas más sencillas, a relajarse, a tener días libres y a sentirse satisfecha y feliz con las cosas que consigue con su trabajo, como aprender a hacer pan. Y también está Nathaniel porque el que se siente muy atraída desde el principio pero que siente un odio muy profundo hacia todos los abogados. No hay que dejar de lado a los Geiger, un matrimonio de mediana edad muy peculiar que harán pasar muy buenos momentos.

Pero ¿qué pasará cuando todo se descubra? Samantha se ha descubierto a sí misma en cierta manera, pero si tiene la posibilidad de volver a ejercer de abogada pese a la escasa vida que llevaba antes ¿lo hará?.

Me ha gustado mucho este libro, no será de mis favoritos de ella, pero lo he devorado como a todos los demás, me eché unas risas y me divertí mucho con una serie de personajes peculiares a veces un poco absurdos pero muy entretenidos.

Muy bueno.

 

Crítica realizada por Patricia Bonet

Tenemos a Samantha. Adicta a su trabajo, pues vive por y para él, jamás ha cometido un fallo. Lo lleva todo controlado al milímetro y nunca ha permitido que algo se salga de su sitio. Abogada de profesión, y además de las mejores, vive pegada al teléfono y el orden rige su día a día. Su objetivo principal es ser socia del bufete en el que trabaja, y parece que está a punto de conseguirlo, pero todo lo que conoce, todo a lo que está acostumbrada, todo lo que es, está a punto de cambiar.

Ha cometido un fallo. Y no es uno pequeño, es un gran fallo. Uno que lleva a uno de sus mayores clientes a perder demasiado dinero. Samantha está muerte de vergüenza, no sabe como afrontarlo y decide huir. Salir del despacho y comenzar a andar, subiéndose en trenes y en cualquier medio de transporte que sea necesario para escapar de esas oficinas.

Así es como terminará en esa gran casa, como empleada de hogar. Ella, que no sabe ni lo que es un cazo ni cómo programar una lavadora. Que no ha barrido en su vida y ya no digamos pasar la aspiradora. Pero hay algo que Samantha tiene claro, y es que nadie le dice que algo no puede hacerlo. Mientras tanto, averiguar qué ha pasado y cómo ha llegado a esa situación serán su principal objetivo. Eso sí, deberá hacerlo sola, pues todos los que creían en ella acaban de abandonarla.

Una historia con la que las risas están aseguradas. Me ha gustado mucho la forma que tiene la autora de contar las situaciones, a cuál más disparatada. Samantha es un personaje con el que empatizas desde el principio y al que le coges mucho cariño. Compartes su ansiedad e inquietud por todo lo que le está pasando. Y la autora, a través de ella y de los personajes que la rodean, te enseña lo importante que es vivir el día a día y que, si nos obsesionamos por algo, ya sea el trabajo o cualquier otra cosa, podemos llegar a perdernos muchas cosas, entre algunas a nosotros mismos.

Aunque el peso total de la historia recae sobre la protagonista, pues conocemos en todo momento qué piensa o qué siente, los secundarios le terminan de dar ese broche de oro a la historia. Un elenco muy dispar entre sí pero a la vez muy necesario para conseguir que Samantha salga adelante de todas y cada una de las situaciones en las que se ve envuelta.

Desde luego, "La reina de la casa" fue una elección muy buena como primera toma de contacto con la autora.

PATRICIA BONET

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